Claudio Valenzuela, voz de Lucybell: “Hubo un momento bien grave en el cual había decidido no tocar nunca más”

Claudio Valenzuela

Por estos días, el músico está en medio de la gira nacional que conmemora los 30 años de Lucybell. Una celebración que culminará su primera parte con una trilogía de conciertos en el Teatro Coliseo los próximos 22, 24 y 25 de este mes. Aquí, Valenzuela comparte algunas de sus reflexiones personales, políticas y artísticas luego de tres décadas ininterrumpidas de carrera.


Su nombre es un imprescindible del rock nacional. Hoy, con nueve álbumes de estudio y 30 años de carrera, Lucybell se mantiene como una de las bandas medulares de nuestro país. Un estatus que Claudio Valenzuela, líder y miembro fundador del grupo, pudo comprobar en carne propia.

Durante las últimas semanas, el músico ha estado sumergido en la primera tanda de la gira nacional que celebra las tres décadas de historia de la banda. Pero más allá del simbolismo que implica ese contexto, la conexión presencial con el público le confirmó que el legado de Lucybell sigue vigente.

“Cuando empecé a notar, una semana antes de viajar, que ya había varios shows sold out y que se veía muy bien toda la respuesta de la gente... Yo creo que te das un poco cuenta con eso, primero, que la música de Lucybell está ahí, presente, en el corazón y en la piel de la gente. Y luego, al tocar en los teatros, donde puede entrar todo el público, hay dos y a veces tres generaciones viendo los shows. Van los papás con sus hijos que son igual de fans que ellos cuando eran más jóvenes”, comenta el músico al otro lado del teléfono.

lucybell

“He visto chicos de ocho hasta los veintitantos años, jóvenes. De repente te dicen que vienen escuchando la banda hace muy poco, hace un año, que escucharon todo y les encantó. Hay un redescubrimiento también con lo que pasa con nosotros como Lucybell, y creo que en general con todas las bandas en Chile. Con la pandemia han sido tres años muy complejos para todos los músicos, para todo el arte en general. Para todos los trabajadores del arte, técnicos, etcétera. Entonces, hay una gran energía de poder hacer las cosas bien y de querer hacer muchas cosas”. Un espíritu que, afirma, se condice con las ganas del público de no perderse instancias de música en vivo.

Aún faltan fechas para el cierre de la primera parte de la gira, que culminará con una trilogía de conciertos en el Teatro Coliseo de Santiago el 22, 24 y 25 de septiembre y donde cada jornada estará dedicada a dos discos fundamentales de su catálogo. Mientras, el balance de los primeros recitales –que incluyen presentaciones en Antofagasta, Chillán y Valdivia– es más que positivo: “Ha sido muy emocionante, especialmente después de todo esto, donde hay que encontrarse a uno de nuevo como artista. Y luego entregarlo a la gente. Así que ha sido un proceso de conocimiento mutuo”, expresa Valenzuela.

“Han pasado cosas increíbles dentro de los shows. Esto de irme a la gente y poder cantar entre medio de ellos. Ha sido algo bien interesante para mí en el desarrollo como artista. No sé si legado es la palabra, pero sí hay canciones que son parte de la vida de la gente. Y uno a veces se nubla un poco con eso, por tus propias preocupaciones, por tu historia. Pero está ahí, en la gente. Está la segunda generación, los hijos de los hijos de quienes fueron alguna vez a ver un primer show de Lucybell el 90 y algo, y están igual de impresionados con lo que está pasando con la banda en vivo. O con los discos cuando los escuchan. Y para mí eso fue impagable. Creo que ahí es donde uno empieza a aprender y entender que, okey... esto todavía tiene que hacerse. Pero sí reconozco que han sido tiempos muy complejos”.

- Con 30 años de trayectoria, ¿dónde ubicarías las claves de la vigencia y trascendencia de la banda?

Si estuviera una fórmula, te juro que la vendería en botellitas pequeñitas, así como los influencers venden unas cosas muy extrañas, desde el agua con que se bañan (risas), pero bueno. Creo que son las canciones. No soy yo ni los seis músicos que han pasado por la banda aparte de mí. Son las canciones.

“Creo que por ahí es donde va todo. Las canciones de Lucybell han envejecido muy bien y eso lo veo por la gente. Veo a un niño cantando aún Milagro, un niño que ni siquiera había nacido. Y quizás ni siquiera su mamá había nacido cuando lo escribí. Es súper bonito cómo se transforma este cariño, este amor o lo que puedas sentir a través del tiempo. No sé si hay una fórmula o una receta. Pero es súper valioso. Creo que, a mí, todo eso me devolvió un poco la vida”.

Una gira para renacer

Los meses de la pandemia no fueron sencillos para nadie. Tampoco para la voz de Lucybell. Aunque hoy lo ve como un proceso de cambios y reinvenciones personales y artísticas, no duda en definirlo también como un momento de profunda soledad que, incluso, lo llevó a replantear sus deseos de continuar en la música.

“Creo que hay una suma de cosas cuando estás en un momento tan crítico. Para mí lo fue. Yo no estaba en Chile. He estado en una ciudad donde no conozco a nadie. Un tiempo muy solitario para ser franco, donde solamente veía a mis hijos y mis perros. En el alma tenía una soledad bastante grande y en un momento incluso pensé en no tocar nunca más. Dedicarme a otra cosa o seguir haciendo música, pero sin subir más a un escenario. Hubo un momento bien grave, bien clave, en el cual había decidido no tocar nunca más”, confiesa.

Así, volver a los escenarios se transformó en un acto fundamental. “De a poco se fueron reformando esas ganas de volver a ver qué pasa. En lo personal fue muy difícil. Hubo muchos quiebres en mi vida en ese tiempo, y volver a tocar en vivo era enfrentarlo. Había que ser otra persona, otro personaje, no podía ser el mismo que era antes. Y mirar las canciones de una forma diferente. Había que entender la vida entera y lo que estaba tratando de decir de forma diferente para poder sobrevivir”.

En palabras de Valenzuela, se trata de un ejercicio que se conecta con el proceso interno de reconocerse y proyectar lo que hace como músico. “Puede ser la misma canción que llevo cantando 30 años, pero ya no es la misma. Ninguna es la misma. Y eso es un desafío, pero igualmente puede dar mucho miedo. Pero, al fin y al cabo, cuando ya estaba ahí, no sé, en noviembre del año pasado, y empezamos a tocar, este personaje empezó a surgir. Tenía que aparecer este nuevo personaje. No quería que fuera la misma persona. Y no podía tampoco serlo, por más que quisiera”, explica.

Para mí, en lo personal, ha sido un proceso de introspección y de crecimiento muy especial. Y con la respuesta de la gente, que te suma una energía que te confirma que, okey... Hay que seguir, hay que hacer esto. Cuando ves el cariño increíble de la gente en todos los shows, esta suma de magia y de energía que va ocurriendo. Nada, supongo que aparece este nuevo personaje en una forma mágica”, reflexiona el artista.

Otro aspecto de su vida que se ha movido hacia otros rincones en los últimos 30 años es la composición. Un ejercicio que, hoy, tiene una presencia constante en su día a día. En lo práctico, el músico dejó de componer sólo con la guitarra. En lo personal, el desafío ha sido reinterpretar sus propias canciones.

Hoy, confiesa que se encuentra en un momento de re-encanto con la escritura. “Estoy escribiendo de nuevo después de harto tiempo en que no lo hice. Y hay otra persona escribiendo ahí, no es el mismo de hace tres años. Eso es muy bueno. De hecho, estoy sorprendido conmigo por lo que estoy diciendo, de las ideas nuevas”.

El soporte suele ser el lápiz y el papel. “De repente es un vómito de escribir cosas. Y cuando las vuelvo a leer, digo: ufa, ¿cómo estoy diciendo eso, ¿cómo voy a decir esto?’. Pero bueno, es súper interesante entender que estos procesos han sido únicos, que son cambios gigantes y que también hay que plasmarlo en lo que tú haces. No puedo decir lo mismo que dije hace cinco años. Es imposible porque no soy la misma persona”, afirma.

Sensaciones post plebiscito

Durante el estallido social del 2019, Claudio Valenzuela fue uno de tantos artistas que hicieron público su apoyo a las causas sociales reivindicadas por la ciudadanía. En una ocasión, incluso llegó a la Plaza Italia para emplazar a los militares que se encontraban reprimiendo las protestas.

Asimismo, se mostró entusiasta respecto al proceso constituyente y la posterior aprobación del borrador constitucional. Por eso, el resultado del plebiscito celebrado el pasado 4 de septiembre lo dejó consternado.

“Voy a ser súper franco. Creo que nos farreamos una gran oportunidad como país y como sociedad, de poder hacer un país mucho mejor. De marcar un hito”, reflexiona. “Obviamente existían cosas que poder arreglar, pero había bases que, de haber sido aprobadas, nos llevarían a otro lado”.

Lucybell

“Antes de la entrevista, estaba leyendo una encuesta de por qué la gente votó rechazo y varias de las razones son realmente chistosas, por decirlo de una forma, porque son las mentiras implantadas. Como que el dinero de las pensiones no iba a ser tuyo, que te lo iban a quitar. O, no sé, que tu casa nunca va a ser tu casa. Un montón de mentiras que se le implantaron a la gente con el plan mediático del rechazo. Fue un trabajo muy bien hecho, donde la gente se desinformó enteramente y donde nadie realmente sabía por qué estaba votando”, plantea el artista.

En el escenario político post plebiscito, la voz de Lucybell reconoce que uno de sus temores es que la posibilidad de tener una constitución escrita en democracia quede en nada. “La situación es bien compleja. Creo que simplemente no va a pasar, lamentablemente. Quiero ser positivo, pero me cuesta. Han sido días de pensar muchas cosas, de sentir el odio de la gente del rechazo en mi página, de cómo me escriben cosas, poco menos que ‘ándate a vivir a Venezuela’. Cosas bien estúpidas”.

Al igual que otros personajes públicos, el músico ha sido foco de ataques en sus redes sociales, una actitud que interpreta como “una revancha después de lo que pasó el 18 octubre del 2019 y de todo lo que se logró. Es como que toda la gente un poco más conservadora está en un momento de revanchismo muy grande. Como si dijeran ‘ahí, tenís, este es el país real, no queremos cambiar esto, no queremos que las mujeres decidan si quieren abortar o no, no queremos que haya una paridad, etc.”.

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“Esas son cosas que eran, en mi punto de vista, sumamente importantes para poder crear un país mucho mejor de lo que teníamos antes. Y ahora veo que no está pasando. Me da un poco de pena, un poco de rabia, obviamente. Y decepción, un poco, en alguna parte. Pero eso no significa que no voy a seguir. Lamentablemente para toda la gente que está en mis redes, yo voy a seguir existiendo. Me parece que merecemos un país mejor por los hijos nuestros, por los hijos de mis hijos, por los abuelos, por mi madre que tiene una pensión de mierda de 70 lucas después de haber trabajado 30 años. Cosas que a la gente realmente como que se lo olvidó”, expresa.

- Mencionabas que las distintas etapas de tu vida permeaban la composición. ¿Sientes que todo lo que ha pasado política y socialmente en Chile se verá reflejado en las letras de Lucybell, o tus propias letras como solista, con un mensaje más explícito en lo político y lo social?

Es inevitable, de una u otra forma. Me toca que yo no vivo en Chile, claro, pero siempre estoy acá. Pero, además, voy a Europa, estoy en Estados Unidos, etc. Viajo harto por miles de razones y puedo mirar un poco de primera mano lo que va ocurriendo alrededor. Y no es solamente Chile. Es todo un proceso mucho más grande. Es algo que tiene que ver con salvarnos. Tenemos que sobrevivir y es algo que todavía la gente no lo está tomando muy en serio.

Ni si quiera es para mí, ni para nuestros hijos. Va más allá. Pero siento que sí, van a estar en alguna parte. Estoy escribiendo diferente. Hay una realidad y una forma distinta también de enfrentar el amor, el desamor, las formas de comunicación, de relaciones interpersonales. El abandono, por ejemplo, que es diferente ahora que vivimos todos abandonados por un rato, por lo que tiene otro valor, otra forma de verlo. Sí, obviamente va a estar ahí de alguna u otra forma.

Presente y futuro para Lucybell

A pesar del confinamiento, los últimos dos años de la banda han sido fructíferos. El 2020 publicaron Mil Caminos, un LP con 18 clásicos de su cancionero en formato acústico, y el 2021 estrenaron Pasos, documental dirigido por Felo Foncea que retrata la trastienda de la grabación del último disco en Estudios del Sur.

Y según cuenta Valenzuela, es muy probable que se lance nueva música de la banda en lo que queda del 2022. “Está totalmente la idea. No sé si un disco entero por el momento, pero sí hay varias ideas circulando”, adelanta el músico.

“Por el momento, estamos sumamente concentrados en poder hacer estos shows de los 30 años de la increíble manera que lo hemos hecho hasta ahora. Pero sí hay ganas de hacer música nueva. Yo sigo haciendo música nueva todo el tiempo, lo otro es presentarla, que son dos cosas diferentes”, agrega.

El futuro más inmediato para la banda son las dos fechas restantes en Coquimbo y Viña del Mar. Después, los tres conciertos que cerrarán la primera mitad de la gira en el Teatro Coliseo. A diferencia del resto de shows, las presentaciones en Santiago estarán enfocadas en distintos discos: Peces y Magnético el 22 de septiembre, Viajar y Amanecer el 24, y Lucybell (o el disco rojo) y Comiendo Fuego el 25.

Respecto a la elección de los discos que protagonizarán cada velada, Valenzuela señala que es un ejercicio que se condice con los shows conmemorativos que han realizado anteriormente, como las celebraciones de los 20 años de Peces y Amanece.

Esa especie de ejercicio, de revisar lo que estaba pasando históricamente, creo que nos llamó mucho la atención. Y me parece súper interesante poder juntar dos discos que fueron muy disímiles. No sé, un día es Peces y Magnético; otro, Viajar y Amanece, que tienen una sintonía muy especial. Y la última noche, que es el 25, es el disco rojo (Lucybell) y Comiendo fuego, dos discos bastante más eléctricos y rockeros dentro de toda la gama”, explica.

El color fue otro elemento que influyó en la curatoría. “Puede sonar súper extraño, pero tiene que ver con colores. Más allá de los tiempos y todo, me hace mucho sentido asociarlo con los colores. Creo que por ahí partió. No es random, pero sí tiene una suerte de intuición. No hay un proceso metódico de pensamiento, sino de creer que los colores me hacen sentir lo que debería ir”.

Por su parte, el músico también tiene intenciones de retomar el curso de su carrera solista. En ese contexto, confidenció a Culto que sus discos están prontos a ser reeditados y compartidos en las distintas plataformas digitales gracias a un acuerdo con Altafonte. Esto, al mismo tiempo que trabaja en un proyecto de música electrónica y gestiona los últimos detalles con el director Jorge Olguín para la publicación de un videoclip.

También ha continuado el camino de la producción musical trabajando en proyectos en México y Perú en la línea de la labor que viene desarrollando hace algún tiempo con su estudio Máquina Nómada.

Dentro de todo, lo más importante para el músico es haber reconquistado sus deseos de no abandonar la ejecución musical. “Creo que eso es lo más interesante para mí, en lo personal. Volver a tener ganas de tocar, volver a tener ganas de girar, volver a tener ganas de hacer lo que realmente soy en mi alma, que es ser músico. Porque yo hago eso. Soy y es algo inevitable”.

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