¿Comedia romántica? ¿Drama romántico? Las categorías muchas veces son algo difíciles; lo concreto es que Amores materialistas (o Materialists, en su título original) aborda lo que implica enamorarse en pleno 2025, en medio de aplicaciones de citas, algoritmos, estándares irreales y vínculos desechables.

Con Dakota Johnson, Chris Evans y Pedro Pascal en los roles principales, la nueva película de Celing Song sigue a una casamentera de Nueva York que se dedica a hacer coincidir a parejas a través de su trabajo en una app. Asegura que está en un celibato voluntario, hasta que conoce a un millonario y, en el mismo evento, reaparece un amor de juventud.

En la antesala al estreno local del filme, este jueves 31 en cines chilenos, aquí revisamos las claves de un largometraje que no pide permiso para analizar las particularidades del amor en los tiempos actuales.

*El amor es un algoritmo

Adore es una costosa aplicación que le promete a sus suscriptores conseguirles una cita con un hombre o mujer que se ajuste a sus requerimientos. Para garantizar el éxito del ejercicio están personas como Lucy (Dakota Johnson), quien asesora a diferentes clientes que les comunican sus peticiones en persona o por teléfono. El mayor triunfo de su labor es que todo termine en matrimonio. Puede decir que ha tenido un desempeño sobresaliente, porque se apresta a asistir a la novena boda desde que está en ese empleo.

Lucy habla igual en el trabajo y en una cita: el amor es una transacción, donde todo quieren ganar y nadie quiere perder; lo ideal, bajo esa visión, es que ambos candidatos tengan similares orígenes, sueldos, posturas políticas y atractivo. ¿Demasiado fría? ¿Carente de magia? Es probable. Pero a la larga ese es el vehículo con el que la directora canaliza sus múltiples preguntas en torno a algo que todos experimentamos.

“Creo que el amor es el mayor misterio en la vida de todos y, por lo tanto, uno de los temas más importantes del cine. El amor es el drama que todos experimentamos y merece el máximo respeto”, señaló a Los Angeles Times.

*La mano de Celine Song

Vidas pasadas (2023) acaparó aplausos por la sensibilidad con la que narró la historia de una escritora de teatro que se reencuentra con su amor de infancia. Con un tono más ligero y una vocación más pop (pero de nuevo respaldada por A24), Celine Song brinda otra exhibición de su buen ojo para perfilar las complejidades de las relaciones humanas. La mejor muestra de su talento está en la facilidad con la que construye escenas íntimas en que sus personajes bajan las defensas y exponen su vulnerabilidad.

Song fue una casamentera durante medio año y, según ha contado, abandonó el trabajo porque se estaba divirtiendo demasiado. La cineasta utiliza esa experiencia armando algunas secuencias cargadas al humor, demostrando que también tiene la capacidad de tejer momentos distendidos.

*La fórmula romcom a su antojo

La protagonista, una mujer que no quiere nada serio, de pronto se encuentra en medio de un triángulo amoroso, justo al medio entre un hombre adinerado, dueño de diversas propiedades, y su ex, un actor que aún vive en un departamento compartido.

Suena a fórmula, pero la directora y guionista le aplica algunos ajustes: lo más cerca que está la protagonista de tener una mejor amiga es una clienta con la que se encariñó; hay un giro dramático que ninguna comedia se permitiría, y las decisiones de sus personajes están más ancladas en la realidad que en una cinta promedio del género.

*El rol de Pascal

El actor chileno se pone en la piel de Harry, un hombre de finanzas que ha tenido mala suerte en el amor. A ojos de Lucy, es un “unicornio”, el tipo de soltero que cumple todos los requisitos en todos las clasificaciones. Tiene el físico, tiene el dinero, tiene la seguridad. No parecen haber puntos débiles.

Tras protagonizar Los Cuatro Fantásticos: Primeros pasos, donde interpretó –al mismo tiempo– al hombre más listo de ese mundo y a un tipo con escasa inteligencia emocional, Pascal llena los zapatos de un hombre plenamente convencido de lograr su objetivo: enamorar a Lucy, a pesar de su insistencia en que hay otras mujeres que podrían ser mejores candidatas.