El conflicto que sepultó a la vecindad: la tensa relación de Florinda Meza con la primera esposa de Chespirito
Por estos días, la serie de HBO Max que muestra la vida de Chespirito se centra en la fricción entre Doña Florinda y Graciela Fernández. Un cara a cara que nunca se pudo superar y que también involucró a los hijos, aunque la primera esposa del comediante guardó respetuoso silencio al respecto durante años. Pero ambas se toparon en la adultez.

Un viejo video que circula por redes sociales muestra a Florinda Meza y Roberto Gómez Bolaños hablando de defectos y virtudes. O más bien de lo primero, porque en un momento la charla no es nada de amistosa. Es más bien ponzoña pura por parte de la actriz.
A la hora de describir a su pareja y a quien ha calificado de “amor de su vida”, Meza dice que tenía “siete grandes defectos”. “Seis hijos y una esposa”, completa.
Chespirito intenta frenar al acento ofensivo de la aseveración y dice: “No, no, cómo defectos, son seis hijos maravillosos”.
Florinda arremete: “Si fueran míos serían maravillosos. Como no eran míos, eran un problema y un defecto”.
La fricción entre ambos por los hijos de Gómez Bolaños -de su primer matrimonio con Graciela Fernández- confirma la distancia que la familia del comediante siempre tuvo con quien fue su última pareja.
Un cortocircuito plasmado en la miniserie Chespirito: sin querer queriendo, ya disponible en HBO Max, creada y producida por Roberto Gómez Fernández, hijo de Gómez Bolaños y Graciela Fernández, y para la que Florinda Meza no dio su autorización de utilizar su nombre. De hecho, en la trama su personaje se llama Margarita Ruiz, aunque tiene las mismas características de Meza en la vida real.
Las tensiones
La producción enfrentó tanto a ambos bandos que incluso en parte de la historia sus creadores le envían “mensajes” a Florinda para situarla en el lugar que, según ellos, le corresponde. En el quinto capítulo, el personaje de Gómez Bolaños -encarnado por Pablo Cruz Guerrero-, mientras habla con un ejecutivo de televisión, le dice: “No hay que confiar en la gente con nombre de flor”.

El asunto es más explícito en las escenas donde el personaje de Meza (Bárbara López) comienza paulatinamente a enfrentarse a Graciela Fernández (Paulina Dávila). Después de todo, mientras Chespirito estaba casada con esta última, comenzaron sus coqueteos, sus acercamientos y finalmente su relación con su compañera de vecindad.
En el cuarto episodio, se muestra a todo el elenco de El Chavo del 8 almorzando en Acapulco, mientras graban el célebre capítulo del programa en el balneario mexicano.
Durante una escena ficticia, el personaje inspirado en Meza critica la manera de comer de otro integrante del elenco, lo que provoca que Fernández la confronte con la frase: “Fíjate que conozco gente que ha llegado así a los 90 años… sin meterse en la vida de los demás”. El ambiente se vuelve tenso de inmediato.

En otra escena posterior, la esposa de Chespirito no quiere dar permiso a las hijas que tiene con el comediante para acudir por la noche al bar del hotel en donde se presentará un famoso cantante.
Margarita Ruiz -o sea, Florinda Meza- finalmente irrumpe en la escena alentando a las hijas de la pareja y contradiciendo de la autoridad de Graciela frente a su prole, con Roberto Gómez Bolaños en medio de todo y sin saber qué hacer.
En el quinto capítulo, la situación escala y es aún más áspera. En la previa a una grabación en el mismo Acapulco, donde estaba todo el elenco, María Antonieta de las Nieves (La Chilindrina), Ramón Valdés (Don Ramón) y Édgar Vivar (El Señor Barriga) hablaban sobre lo evidente que era la cercanía entre el autor de la serie y Florinda Meza. Una relación que ya no daba para más en su intensidad.
Lo que los actores no sabían era que el micrófono estaba encendido y que Graciela Fernández, presente en el lugar, alcanzó a escuchar casi toda la conversación.

De hecho, Ramón Valdés lanzó una frase cargada de sarcasmo contra Graciela: “la vieja chancluda se cuece aparte”, mientras María Antonieta remataba diciendo: “parece que la señora quiere armar su orquesta, primero empezó con un triángulo y ahora va en cuarteto”. Todos esos comentarios llegaron a oídos de Graciela, quien se muestra visiblemente afectada y también no da para más.
De esa manera, tras confirmar las sospechas, Fernández decidió enfrentar a su esposo. Chespirito no lo negó ni bajó los fuegos: “Claro que siento algo especial por Margarita. Hemos vivido momentos intensos en giras, compartimos pláticas y tenemos mucha química artística”. Aunque intentó suavizarlo recordándole a Graciela que ella era su confidente y la madre de sus hijos.
Después, Graciela también buscó a Florinda en Acapulco. Le cuestionó por qué pasaba tanto tiempo con su esposo y si eso tenía relación con el distanciamiento emocional que sentía. “¿Cómo ves a Roberto? Al parecer tú pasas más tiempo que yo con él”, la enfrentó Fernández.

La respuesta de Meza fue breve: “Tú eres una gran mujer”. Graciela replicó con ironía, señalando que los hombres suelen preferir a mujeres más jóvenes, además de que ambos compartían la misma pasión profesional. El círculo -o el triángulo- no tenía vuelta.
El silencio y la última vez juntos
A partir de ese viaje a Acapulco, la relación entre Florinda y Chespirito se acentuaría, hasta después convertirse en pareja. Eso sí, Graciela Fernández -quien falleció en 2013 a los 84 años- nunca habló mal de ella, y optó prácticamente por no dar entrevistas y casi desaparecer de la primera plana para evitar un tema tan incómodo. Se mantuvo en un respetuoso silencio.
Sin embargo, en algún momento, en la adultez, se toparon en un evento. Fue en la boda de Roberto Gómez Fernández, hijo del icónico comediante.
Un video filtrado en redes sociales muestra la ceremonia religiosa en la que contraen matrimonio Gómez Fernández y Chantal Andere, celebrada cuando el productor e hijo del legendario comediante se casó por segunda vez en 2001. Entre los asistentes se encontraban Graciela Fernández, como madre del novio, y Florinda Meza, como pareja de Gómez Bolaños.
Graciela Fernández y Roberto Gómez Bolaños acuden juntos, de acuerdo a los protocolos familiares. Florinda Meza aparece sentada en la segunda fila, muy seria, casi incómoda, alejada del ambiente más festivo que domina entre los presentes. Casi no participa en el evento. Su fricción no sólo es con Fernández, también con el propio hijo de Gómez Bolaños.
Recordemos que, para ella, los hijos del actor eran “un defecto”.
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