Por Claudio VergaraEl presente de Delfina Guzmán entre un importante reconocimiento y un documental: “Ella está bien para tener 97 años”
Una de las actrices más emblemáticas de la escena nacional se alista para recibir un galardón por parte de la Universidad de Chile, el lugar donde estudió. Ese mismo día se estrenará un documental que recoge su relato y sus facetas. "Ella funciona bien, tiene su cabecita perfecta todavía", dice a Culto uno de sus hijos.

Delfina Guzmán (97) destina un lugar privilegiado de su casa al diploma que certifica que se graduó de Teatro en la Universidad de Chile en 1956, momento en que inauguró una de las carreras más prolíficas y reconocidas de la escena nacional.
“Sí, está en un lugar bien elegido de su casa. Basta con eso para saber lo importante que fue para ella la Universidad de Chile. Ella siempre estuvo vinculada a la institución, a pesar de que no fue catedrática, porque ella se dedicó a las artes, no se dedicó a la pedagogía”, dice a Culto uno de los cuatro hijos de la actriz, Gonzalo Meza, fruto de su matrimonio con el dramaturgo Gustavo Meza, a quien precisamente conoció en la Universidad de Chile.
Un lazo con la casa de estudio que esta temporada, casi 70 años después, abrirá un nuevo capítulo. La entidad le entregará el próximo jueves 27 de noviembre, a las 18.30 horas en la Cineteca Nacional del Centro Cultural La Moneda, la Medalla al Mérito Cultural Profesor Pedro de la Barra, en reconocimiento no sólo a su vínculo con el lugar, sino que también al fundamental paso por sus aulas.
De hecho, la condecoración lleva el nombre de uno de los maestros de Guzmán, el profesor, actor, director de teatro y dramaturgo chileno, galardonado con el Premio Nacional de Arte de Chile en 1952.
“Yo tengo la sensación de que es justicia divina, en términos de que Pedro de la Barra fue su profesor, su mentor. Él fue quien llevó al grupo de la Universidad de Chile a iniciar sus carreras y que la trajo de vuelta al Teatro Ictus, para de ahí dispararse hasta lo que se convirtió hasta el día de hoy, en términos del cariño de la gente y de su aporte artístico al mundo cultural de este país. Entonces, que ya se llame así el premio, lo encuentro maravilloso. Pedro estuvo en sus inicios y ahora ya ella está en su retirada”, declara su hijo, deslizando que hay una suerte de círculo que se cierra, una época que baja el telón.
Al respecto, la rectora de la universidad, Rosa Devés, asegura: “Es un honor otorgar la Medalla al Mérito Cultural Profesor Pedro de la Barra a la gran artista Delfina Guzmán, emblema del teatro nacional, admirada y querida por Chile. Su talento, oficio, ética y voz pública son ejemplo para las nuevas generaciones. La Universidad agradece la posibilidad de homenajearla una vez más y así contribuir a que su presencia siga resonando con la misma fuerza”.

Justicia y documental
Gonzalo Meza también cree que la justicia no sólo es divina y simbólica, abrazando a Guzmán de nuevo con su maestro, sino que también marca de forma paulatina una diferencia con otros casos en la cultura del país: el homenaje se realiza en vida. El también actor y director teatral teoriza: “Sin ánimo de criticar, somos un país que no homenajea en vida. Espera que la gente se muera a acordarse lo bueno que eran. Eso ha ido cambiando”.
Hace muy poco Jaime Vadell ganó el Premio Nacional de Artes, quien por lejos es el mejor actor en la historia de Chile. Gente como Juan Radrigán también fue reconocido en vida. Bueno, mi propia mamá ha sido galardonada muchas veces y ahora que este reconocimiento de la Universidad de Chile, que es donde ella estudió, donde ella se formó, donde hizo su gran sacrificio, es muy agradable. Porque deja una sensación de que el sacrificio que tuvo mi mamá, en términos de la dedicación absoluta que tuvo hacia el arte, se ve recompensado en este reconocimiento”.
A través de un comunicado, la propia Guzmán saludó a la comunidad de su alma mater, subrayando que ha “pasado la vida entera intentando que el teatro no se apague dentro de mí. No hay mayor premio que seguir viva y en escena, aunque sea en la escena de la memoria. Agradezco a la Universidad de Chile, mi primera casa, por recordarme que el arte no se jubila: solo cambia de forma como la vida misma”.

El homenaje a la actriz también se materializará en un documental. Se trata de Delfina: cállese, apúrese y no se luzca, un retrato que la observa desde una óptica íntima, lúcida y humana. A través de su voz, su memoria y su mirada -y también la de sus más cercanos-, el registro dirigido por Ricardo Carrasco Farfán reconstruye la vida de Guzmán, “una mujer que desbordó todos los moldes: actriz, intelectual, feminista temprana y figura indomable de la escena nacional”, describe un comunicado.
El proyecto se estrenará también en la misma instancia de la Cineteca. “Más que una mirada superficial, en este documental hay una profundidad en lo que es la historia de ella desde los propios protagonistas. En general está contado por las personas que la conocen. Está visto en términos mucho más familiares, mucho más profundos, una mirada a largo plazo, no una sucesión de fotografías que tenga alguna explicación histórica, sino que también ahonda en sus lazos familiares, sus lazos culturales, sus lazos amorosos. En todo lo que la influyó”, califica Meza.

El trabajo audiovisual se empezó a trabajar cuando la intérprete tenía 93 años, por lo que tuvo la oportunidad de participar de los relatos. “Sí, su trayectoria es fácil de recorrer, porque mi madre fue una persona pública desde que salió de la Universidad de Chile, fundamentalmente”, acota Meza.
En ese sentido, diversas publicaciones en el último tiempo alertaron sobre el estado de salud de la actriz. Uno de los hijos de su primer matrimonio, Joaquín Eyzaguirre, reveló a principios de mes en TVN que su madre estaba delicada y que no podía caminar con normalidad, pese a que sus facultades intelectuales seguían intactas.
Al respecto, Meza dice: “Mi mamá está bien, para tener 97 años está estupenda. Le cuesta caminar, porque sus huesitos ya no le aguantan, pero está súper consciente, se enferma como todo el mundo, nosotros nos preocupamos el doble cuando se enferma, porque es una persona ya no de la cuarta, sino de la quinta o sexta edad. Pero funciona. Ella funciona bien, nosotros la visitamos todos los hermanos, tenemos una cotidianidad con ella, la visitamos todo el tiempo, y tiene su cabecita perfecta todavía. Eso es lo grande del teatro, que te obliga a usar tu cabeza y tu memoria, te vacuna contra los problemas de la vejez. Tiene buena memoria, unos días sí, otros días más, otros días menos, tiene días buenos, días malos, como todo el mundo, pero en términos comparativos tiene puros días buenos para tener 97”.

“Ella nunca se fue con ninguno de nosotros, mantuvo su independencia hasta el día de hoy, vive en su departamento, hay que ir a verla porque es su departamento, sus reglas, todo funciona. Como siempre ha funcionado con ella, es indomable, literalmente indomable. Un día nos van a avisar que se murió de vieja, pero no sé si antes o después que nosotros, porque de que tiene aguante la señora, tiene aguante (se ríe)”.
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