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La trastienda del último concierto de Lucybell: ver el fin de un coloso del rock chileno

Uno de los grupos claves en el rock chileno se despidió de los escenarios el viernes 10 en Movistar Arena. Un adiós que comenzó a planificarse en abril pasado, en un diseño que derivó en los dos conciertos sold out de la semana pasada. Culto estuvo en el backstage y vivió el adiós de un grupo que sonó más fuerte y contundente que nunca.

La trastienda del último concierto de Lucybell: ver el fin de un coloso del rock chileno Foto: Pedro Rodríguez/La Tercera

A pesar de sus años de escenario, el baterista José Miguel “Cote” Foncea, reconoce que la perspectiva de la despedida de Lucybell generaba un nervio. Más bien, la inquietud por ofrecer un show a la altura de la historia del grupo. “Esto es increíble -comenta a un costado del escenario, donde recibe a Culto, tras la prueba de sonido, la tarde del 10 de octubre-. Ayer (jueves) no dormí, antes de ayer tampoco, pensando en los pequeños detalles y también los grandes detalles”.

El viernes 10, la banda que tocó durante 30 años sin interrupción y se consolidó como una fuerza ineludible del rock chileno, subió por última vez al escenario, en la segunda de las dos fechas sold out en el Movistar Arena. Era el remate de la gira nacional Ecos, que arrancó en julio pasado en Antofagasta con presentaciones extensas. Fue un tramo intenso, en que Lucybell se despidió en directo. “Esta es una banda con un arraigo muy en el trabajo en vivo -detalla “Cote” Foncea-. Hicimos 32 conciertos entre el 5 de julio y el 30 de agosto. Creo que eso no lo habíamos hecho en 15 años”.

"Cote" Foncea, en el adiós de Lucybell Foto: Pedro Rodríguez/La Tercera.

Tras el show del jueves, en que la banda celebró los 30 años del disco debut, Peces, para el viernes se respiraba el adiós. “La energía hoy es otra”, cuenta un integrante del staff. Desde temprano se veían fans luciendo poleras de la banda, en los alrededores del Movistar Arena. Los músicos arribaron al recinto, cada uno por su lado en una van propia, entre las 13:00 y las 14:00 horas. Almorzaron en el mismo Arena, que en su backstage cuenta con una cómoda zona con mesas, sillas y hasta unas máquinas de Arcade ¿el menú? Incluía una variedad que iba desde spaghetti al olivo, pollo grillado, carnes, ensalada y postres.

Aquel fue un momento de camaradería. Los músicos fraternizaron con su staff y cercanos. Entre estos, estaba Carlos Moena, el histórico director de algunos de sus videos más emblemáticos (como el de Mataz, Flotar es caer, entre otros), quien compartió largo rato con Claudio Valenzuela. También fueron acompañados por sus familias, quienes se fueron sumando durante el día. Aunque se respiraba el adiós, el ambiente era grato.

Lucybell en la previa al último show en Movistar Arena. Foto @el.eme eMe Ramon Gomez

A media tarde los músicos estaban en el escenario trabajando en la prueba de sonido. El equipo técnico se ocupaba de los últimos ajustes para los 15 instrumentos que se tocan en los shows (entre guitarras eléctricas, acústicas, bajos, contrabajo, etc). También se probaban las visuales, las luces y el telón blanco que debía caer cuando arrancaran con la primera canción de noche. Mientras, el bajista Eduardo Caces bajaba al nivel de la cancha con su bajo headless Steinberger para escuchar el sonido. Y a un costado del escenario, trabajaba Jorge Gaete. El hombre encargado de la producción técnica y logística de la banda desde hace 27 años. Muchos le llaman “el cuarto Lucybell”, pero cuando se lo mencionan, él se ríe. “Solo a veces”, dice.

Mientras afina su bajo Gibson Riper del 78’, con el que suple a Caces en las canciones en que este toca la guitarra, dice que apenas ha podido darle vueltas a que está trabajando en el último show del grupo que ha acompañado por tanto tiempo. “Desde que empezamos la gira, uno está tan habituado a esto que no le tomas el peso a lo que es. Y ya estar acá hoy es como… seguro que durante el show va a ser un mar de emociones, recuerdos, anécdotas”. Pero el hombre trasunta optimismo. “Yo creo que en realidad, Lucybell no va a dejar de existir. Creo que esto es un descanso y quizás volveremos a vernos en unos añitos más, pero obviamente que nunca se sabe…Pero en fin, estoy muy feliz de que los chiquillos confíen en mí, para poder desarrollar mi trabajo”.

Gaete tuvo un rol clave para concretar el adiós. Un proceso que comenzó hace meses. “Empezamos a trabajar en este montaje desde abril, con las primeras ideas. Mucha reunión online, bajar ideas. Obviamente no estamos creando la rueda ni nada de eso. Entonces hubo que sacar ideas, comparar y de ahí bajarlo a algún concepto que nos guste y también hacer algo diferente a lo que ya habíamos hecho. Y ya por julio llegamos, más o menos, a lo primero que se va a ver hoy día en el show”.

Claudio Valenzuela, en el último show de Lucybell. Foto: Pedro Rodríguez/La Tercera.

El show final tuvo el desafío de montar un espectáculo distinto al del día jueves en que se celebró el aniversario de Peces. En el fondo, fue pensar dos despedidas. Además de cambios en el setlist, el montaje escénico del jueves fue distinto. “Como era una celebración de los 30 años de Peces, tratamos de darle un sentido más parecido a como era en esa época, sin tanta parafernalia de pantallas y cosas así, que no existían o se usaban de otra forma. Entonces, tratamos de darle algo un poco más minimal a lo de ayer. Y hoy, como ves, vamos a tirar toda la carne a la parrilla. Siempre es bonito poder trabajar a un nivel así de producción dentro de Chile. Siempre hay algo de nerviosismo, es un bonito desafío y creo que lo logramos”, dice Jorge Gaete.

También hubo que decidir el setlist del adiós. Una conversación que se fue zanjando con el paso de los meses. La idea era incluir los temas emblemáticos, pero también algunas joyas recónditas de la discografía del grupo, como Mi propia cruz o Arrepentimiento. “Cuando hicimos la primera lista de canciones de este show ¡eran 80 canciones! Entre las que te gustan, las que son para los fans, los singles. Era difícil. Fuimos cortando, hasta que llegamos a un número -dice Gaete-. Estaba claro que siendo un show final, fuimos viendo la historia, los singles, las canciones que no son tan conocidas, porque hay un fan de Lucybell que es un fan acérrimo, el de la popera negra, de la Blondie. Hay que agradecerle a ese gente que hayan joyitas dentro del setlist”.

Otra parte clave en el adiós fue la productora Lotus. Su director y fundador, Sebastián de la Barra, fue testigo del proceso. Estuvieron en marzo pasado tocando en su último Lollapalooza y los han acompañado en varios eventos. “Hemos trabajado tanto en festivales como en conciertos, y la verdad que nos honra mucho poder cerrar un ciclo de tantos años con estos dos conciertos en el Movistar Arena, de una manera súper bonita, con mucho público, con tremendo espectáculo, que permite seguir fortaleciendo el gran momento que está teniendo la música chilena”, dice a Culto.

Eduardo Caces, en el último show de Lucybell. Foto: Pedro Rodríguez/La Tercera.

Fue el show del viernes 10 el primero que se anunció y se agotó rápido. Tiempo después, en junio, se sumó el segundo concierto, el del aniversario de Peces, que terminó siendo el primero del adiós. No fue casual. De la Barra revela que siempre estuvo en el plan que la despedida fuera en dos noches. “Siempre pensamos hacer dos, pero la banda en un momento deciden sorprender con una puesta en escena y un setlist distinto, honrando el disco Peces. Y ahí sale este producto distinto, este concierto diferente. Igual esperábamos que en una despedida de Lucybell, el público iba a reaccionar, armaron una gira por Chile, tocaron en Lollapalooza fue un trabajo largo para llegar a este punto”.

Cuando baja del escenario tras la prueba de sonido, “Cote” Foncea, reflexiona sobre lo extensa de la carrera del conjunto en la que él integró 2 de sus 3 décadas. “Hoy vino toda la familia, están mi esposa, mis hijos, mi suegro. Para mí eso es como la carga más fuerte de todo, porque estamos acostumbrados a tocar en lugares grandes, es bonito, es un orgullo poder llenar por segunda vez un Movistar Arena y haber hecho un gran concierto para celebrar los 30 años de Peces. Pero mira, si pusiera al Cote 20 años atrás, no hubiera pensado jamás que hubiéramos durado 20 años, no por lo pesimista ni nada, pero es porque los ciclos de las bandas habitualmente son más cortos. Y hoy estamos hablando de una banda de 30 años, con una amistad, con un cariño, con una energía única, así que estamos, puta, felices”.

Claudio Valenzuela, en el último show de Lucybell. Foto: Pedro Rodríguez/La Tercera.

Poco después de las 19.00 horas, los músicos y el equipo cenaron en el backstage. Mientras, la gente comenzó a llenar el Movistar. Ya a casi una hora antes del arranque, el recinto ya lucía lleno, lo que no es casual en el público local, más acostumbrado a llegar sobre la hora.

Por fin, pasadas las 21.00 horas, cayó el telón. Lucybell arrancó el concierto con una inusitada potencia. Son unos veteranos de la carretera y aunque ya pasan los cincuenta años, sonaron fuerte. Desde el inicio con De sudor y ternura, un clásico de sus primeros días, el concierto tuvo una fibra eléctrica que estremecía. El segmento acústico, en un escenario más pequeño en la parte posterior de la cancha, emocionó a la fanaticada. Cuando comienzan a tocar Carnaval, en un bello arreglo, Caces se gira para mirar el público alrededor. Minutos después, cuando están por tocar , con Claudio Valenzuela cantando de pie, Foncea lo abraza, como para darle ánimo. La gente celebra el momento con un aplauso.

Lucybell en su último show en Movistar Arena. Foto @el.eme. eMe Ramon Gomez

Fue un concierto extenso, algo más que el del jueves, que en tres horas repasó la historia de la banda. Hacia el final, cuando tocaron Mil Caminos (con Gaete, en un discreto segundo plano a un costado del escenario tocando el bajo), la emoción le afloró a los músicos. Se abrazaron y se tomaron una foto en escena. Claudio Valenzuela apenas pudo hablar. “Gracias, por las vidas que van y las vidas que vienen”, dijo. El público les regaló una última ovación. Se encendieron las luces y mientras la gente dejaba el Arena, en la música envasada sonó Last Goodbye, de Jeff Buckley.

De vuelta en la zona de backstage, los músicos fueron acompañados por sus cercanos, firmaron discos y libros que les hicieron llegar. La noche cerró en el bar Jack Daniels, ubicado en el cuarto piso del sector norte del Arena, donde la banda hizo una recepción íntima a su equipo y staff, para agradecerles por su trabajo. A pesar del receso, algunos de los músicos seguirán ligados al booking Mojo con el trabajaban hasta ahora. Valenzuela alista su nuevo trío, que estará en Lollapalooza 2026, aunque trabajará de manera independiente, mientras Cote Foncea seguirá con sus proyectos, entre estos la banda Dracma y Eduardo Caces prepara algunas novedades musicales. Al final de los mil caminos siempre habrá desvíos.

Lucybell en su último show en Movistar Arena. Foto @el.eme. eMe Ramon Gomez

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