Derrota electoral desata crisis en el gabinete de Fernández: cinco ministros presentan la renuncia y sacuden al gobierno de Argentina

Alberto Fernández y Cristina Kirchner se dirigen a los medios tras los resultados de las primarias del domingo, en la sede del Frente de Todos en Buenos Aires. Foto: AFP

Los miembros del equipo ministerial que pusieron sus cargos a disposición son considerados como cercanos a Cristina Kirchner. Desde la oposición denunciaron una estrategia de la vicepresidenta para lograr "un golpe de Estado" contra Alberto Fernández.


Cinco ministros, además de varios funcionarios de áreas estratégicas del gobierno, presentaron este miércoles su renuncia al Presidente argentino, Alberto Fernández, quien aún debía decidir si las aceptaba, tras la inesperada derrota electoral sufrida por el oficialismo el domingo en las primarias legislativas, que derivó en una crisis política dentro de su alianza de centroizquierda.

El ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, fue el primero en ofrecer su renuncia. Poco después le siguieron los titulares de las carteras de Justicia, Martín Soria; de Ciencia, Roberto Salvarezza; de Ambiente, Juan Cabandié, y de Cultura, Tristán Bauer, considerados como cercanos a la vicepresidenta Cristina Kirchner.

La misma decisión tomaron Paula Español, secretaria de Comercio Interior; Luana Volnovich, titular del Programa de Atención Médica Integral (Pami) -la obra social de los jubilados y pensionados-; Fernanda Raverta, responsable de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses); Pablo Ceriani, presidente de la estatal Aerolíneas Argentinas, y la titular del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), Victoria Donda. El dirigente del Instituto Patria Jorge Ferraresi, ministro de Desarrollo Territorial, lo hizo de forma verbal, según el diario Clarín.

El periódico argentino señala que la jugada del kirchnerismo duro, que comenzó más temprano durante la jornada, con la renuncia “a disposición” del gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, de todo el gabinete provincial, tiene un objetivo final: dar un golpe de efecto y forzar el desplazamiento del jefe de gabinete de Fernández, Santiago Cafiero, y de los ministros Matías Kulfas (Desarrollo Productivo) y Martín Guzmán (Economía), quien ayer se mostró con el Presidente en un acto y defendió su gestión con un fuerte discurso político.

Un hombre se traslada en bicicleta mientras los vehículos de los medios de comunicación se estacionan frente a la Casa Rosada en Buenos Aires, el 15 de septiembre de 2021. Foto: AP

“Escuchando sus palabras del domingo por la noche, donde planteó la necesidad de interpretar el veredicto que ha expresado el pueblo argentino, he considerado que la mejor manera de colaborar con esa tarea es poniendo mi renuncia a su disposición”, manifestó De Pedro en una nota dirigida a Fernández y reproducida por la agencia estatal de noticias Télam.

La primera voz oficial tras la decisión de los funcionarios kirchneristas fue la de Jorge Ferraresi, ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, quien declaró que él también había presentado la renuncia el lunes, pero Fernández no se la aceptó. “Todos los ministros presentamos la renuncia”, dijo Ferraresi a Radio Con Vos.

“Algunos lo hicieron por escrito y otros de palabra. Todos los ministros le dijeron que disponía del espacio nuestro si así lo consideraba”. “Tenemos un gran trabajo por delante. No es cuestión de nombres, sino de política”, afirmó el ministro, también cercano a la expresidenta.

El único de la tropa “albertista” que, según supo Clarín, puso su renuncia a disposición del Presidente, en forma verbal, era el canciller Felipe Solá. Lo hizo luego de la derrota y antes de esta seguidilla de renuncias de funcionarios kirchneristas.

En tanto, el titular del Trabajo, Claudio Moroni, y Sabina Frederic, de Seguridad, expresaron su “total e incondicional apoyo al presidente”, en medio de las renuncias masivas de funcionarios kirchneristas. Gobernadores, sectores del sindicalismo y movimientos sociales también manifestaron su respaldo a Alberto Fernández.

Fernández se reunió ayer con los ministros que no renunciaron. Del encuentro participaron el jefe de gabinete, Santiago Cafiero; el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, y de Desarrollo Social, Juanchi Zabaleta. En otra sala se reunieron el resto de los ministros del albertismo, aseguró el diario Ámbito Financiero.

El exjefe de gabinete entre 2009 y 2011 y en 2015 bajo la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, Aníbal Fernández, también se sumó a la reunión. “Si va a tomar cambios, yo lo haría antes del 14”, remarcó el actual interventor de Yacimientos Carboníferos Río Turbio, como un consejo directo hacia el presidente luego del encuentro que mantuvieron durante la tarde. “No hay ninguna crisis”, reiteró.

En tanto, el titular de la Cámara de Diputados y tercer socio estratégico del oficialista Frente de Todos, Sergio Massa, decidió reunir durante la tarde de ayer a sus funcionarios en el gobierno para analizar los pasos a seguir en la sede del Frente Renovador, en Retiro.

Según el portal La Política Online, Massa y el exdiputado y actual alcalde de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, sonaban para reemplazar a Cafiero en la jefatura de gabinete o un súper ministerio económico. Sin embargo, el mismo medio aseguró que Alberto Fernández analizaba rechazar todas las renuncias y no hacer ningún cambio.

Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner.

Las renuncias masivas se dan en un contexto en el que puertas adentro del gobierno se daba el debate sobre la conveniencia de esperar -o no- a noviembre para oxigenar al Ejecutivo, señala Clarín. “El cataclismo político de la derrota del domingo eclosionó a las 72 horas, con el gobierno en situación de fractura virtual. Debajo venía aflorando un duelo de reproches mutuos y cuentas no saldadas que explotaron en el volcán del revés electoral”, escribió el columnista Héctor Gambini.

Al respecto, el expresidente Eduardo Duhalde se refirió a la presentación masiva de renuncias de ministros vinculados al ala kirchnerista del gobierno del Frente de Todos y dijo que “están tratando de echarle la culpa a Alberto” de la derrota electoral. Asimismo, expresó su temor de que la situación se agrave: “Podemos estar en las vísperas de enfrentamientos en las calles”, advirtió en diálogo con el diario La Nación.

Desde la oposición, en tanto, Elisa Carrió, referente de la coalición Juntos por el Cambio y líder de la Coalición Cívica, aseguró que las renuncias de ministros y funcionarios del gobierno afines a Cristina Fernández de Kirchner responden a una estrategia de la vicepresidenta para lograr “un golpe de Estado” contra el Presidente Alberto Fernández.

“Un vicepresidente que vacía de poder al Presidente está haciendo un golpe de Estado”, sentenció la exdiputada nacional por la ciudad de Buenos Aires y sostuvo que los que presentaron su dimisión “se quieren correr de una derrota que es de Cristina Kirchner”.

“Este tipo de situaciones es la derivación de que no hay acuerdo estratégico de cómo se sale de la situación del domingo y refuerza la impresión de que el oficialismo ha perdido legitimidad y lo que está pasando traba la posibilidad de que pueda recuperarse electoralmente”, reflexionó el analista político Carlos Fara. “Lo que está sucediendo es fruto del no acuerdo permanente en Alberto y Cristina”, agregó en declaraciones al canal de noticias por cable La Nación +.

El peronismo gobernante sufrió el domingo una de sus peores derrotas electorales desde el retorno de la democracia en 1983, en las primarias para elegir a los candidatos a diputados y senadores que participarán en los comicios legislativos del 14 de noviembre próximo.

El peronista Frente de Todos obtuvo 31,8% de los votos, mientras la coalición opositora Juntos por el Cambio alcanzó 41,5% en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). De ratificarse estos resultados en noviembre, donde se renovará la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, el oficialismo perdería el control de la Cámara Alta y la mayoría simple en la Cámara Baja, lo que lo obligaría a negociar su agenda con la oposición.

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