Preocupación en EE.UU. ante el fenómeno de quienes no regresan por la segunda dosis de la vacuna

Un hombre se registra para recibir una vacuna en un centro de inoculación junto al Parque Máximo Gómez, en el barrio de La Pequeña Habana de Miami. Foto: AP

Recientemente las autoridades informaron que el 8% de quienes recibieron la primera dosis de la vacuna contra el Covid-19 no retornó por la segunda inyección. Temor a efectos secundarios, falsa sensación de seguridad tras la inoculación inicial o falta de stock se cuentan entre las razones.


Cuando los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) informaron recientemente que casi el 8% de los millones de norteamericanos que recibieron la primera dosis de la vacuna contra el Covid-19 no había regresado para recibir la segunda inyección que necesitaban, la cifra generó preocupación de que Estados Unidos podría no poder alcanzar la inmunidad de rebaño.

El 44,4% de la población del país ha recibido al menos una dosis de la vacuna y el 31,8% está completamente inoculada, según los últimos datos de los CDC. Y en muchos lugares de Estados Unidos, cada vez es más fácil vacunarse a medida que aumenta la oferta y disminuye la demanda, destaca CNN.

¿Pero por qué una parte de los estadounidenses no ha vuelto por su segunda dosis? De partida, la cadena de televisión, que cita a expertos en salud, señala que no es inusual que las personas renuncien a una segunda inyección requerida de una vacuna. La tasa de omisión de la segunda dosis de la vacuna que previene el herpes, por ejemplo, fue de aproximadamente el 26% entre los beneficiarios de Medicare, según un análisis de la Kaiser Family Foundation.

Respecto a las razones que tuvieron las más de cinco millones de personas (o casi el 8%) que recibieron una primera dosis de las vacunas Pfizer o Moderna y no volvieron por la segunda inyección, The New York Times enumeró varias. En entrevistas, algunos dijeron que temían los efectos secundarios, que pueden incluir síntomas similares a los de la gripe. Otros argumentaron que sentían que estaban suficientemente protegidos con una sola dosis.

Un hombre recibe la vacuna de Johnson & Johnson contra el Covid-19 antes de un partido de fútbol de la MLS, en Seattle. Foto: AP

“Algunas personas pueden haber tenido efectos secundarios desagradables relacionados con la primera dosis y decidieron por sí mismos que no querían volver a experimentar eso con la segunda”, dijo Angela Rasmussen, viróloga de la Organización de Vacunas y Enfermedades Infecciosas (VIDO), citada por la Deutsche Welle.

Además, apunta Rasmussen, es posible que una pequeña cantidad de personas simplemente haya olvidado que necesita una segunda dosis. Se supone que la segunda inyección de la vacuna Pfizer debe administrarse 21 días después de la primera. Para Moderna, la segunda dosis es 28 días después.

Pero otra razón por la que las personas pueden omitir la segunda dosis es que no comprenden su importancia o que no están bien informadas. Y eso puede ser más difícil de arreglar, asegura CNN. Algunas personas dicen: “Oh, estoy bien. No corro mucho riesgo, así que solo necesito una vacuna”, dijo la Dra. Leana Wen, analista médica de la cadena de televisión. “Y luego, algunas personas creen que una vacuna les dará, de alguna manera, protección suficiente. La segunda es solo por si acaso. Eso no es cierto”.

Rasmussen opina de la misma forma. “Hay algunas personas que pueden haber leído que es suficiente con una sola dosis”, lo que supone una falsa sensación de seguridad, comentó a la cadena alemana.

De hecho, la mayoría de los estadounidenses pueden estar mal informados sobre el momento de la inmunidad después de la vacunación, según un reciente estudio publicado en el New England Journal of Medicine.

Un letrero anuncia la vacuna Johnson & Johnson contra el Covid-19 en el Dodger Stadium en Los Angeles, California. Foto: AFP

Aproximadamente el 20% de los encuestados creía que las vacunas brindaban a los receptores una protección sólida después de la primera dosis, y otro 36% no estaba seguro. Solo el 44% de las personas inoculadas informó que las vacunas conferían una “protección fuerte” una o dos semanas después de la segunda dosis, como establecen las pautas de los CDC.

“A pesar de los esfuerzos actuales, muchos estadounidenses, incluidos muchos de los que ya han recibido una primera dosis de la vacuna, siguen confundidos sobre el momento de la protección y la necesidad de una segunda dosis”, escribieron los autores del estudio.

Se esperaban esas actitudes, señala The New York Times, pero sorprendentemente ha prevalecido otro obstáculo. Varios proveedores de vacunas cancelaron las citas de la segunda dosis porque se quedaron sin suministro o no tenían la marca correcta en stock.

Walgreens, uno de los mayores proveedores de vacunas, envió a algunas personas que recibieron una primera inyección de la vacuna Pfizer o Moderna a obtener su segunda dosis en farmacias que solo tenían la otra vacuna a mano. Varios clientes de la cadena dijeron en entrevistas que se apresuraron, en algunos casos con la ayuda del personal de la farmacia, a encontrar un lugar donde obtener la segunda dosis correcta. Otros, presumiblemente, simplemente se rindieron.

También los factores demográficos y socioeconómicos pueden influir en ello. Según la doctora Lisa Cooper, directora del Centro Johns Hopkins de Equidad Sanitaria, particularmente los afroamericanos enfrentan barreras estructurales para acceder incluso a la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus.

Nuevo umbral para la inmunidad colectiva

En este escenario, señala The New York Times, alcanzar la “inmunidad colectiva” es poco probable en EE.UU., creen ahora los expertos. Las variantes de coronavirus que circulan ampliamente y la vacilación persistente sobre las vacunas mantendrán el objetivo “fuera de alcance”. “Existe un consenso generalizado entre los científicos y los expertos en salud pública de que el umbral de inmunidad colectiva no es alcanzable, al menos no en el futuro previsible, y quizás nunca”, advierte el periódico.

Al principio, se estimó que el umbral de inmunidad de rebaño objetivo era aproximadamente del 60% al 70% de la población. La mayoría de los expertos, incluido el Dr. Anthony Fauci, el principal epidemiólogo de la Casa Blanca, esperaba que Estados Unidos pudiera alcanzarlo una vez que las vacunas estuvieran disponibles.

Compradores caminan alrededor de un área de control de vacunas Covid-19 dentro de un Wal-Mart en San Antonio, Texas. Foto: AFP

Pero a medida que se desarrollaron las vacunas y la distribución aumentó durante el invierno y la primavera, las estimaciones del umbral comenzaron a aumentar. Esto se debe a que los cálculos iniciales se basaron en el contagio de la versión original del virus. La variante predominante que ahora circula en Estados Unidos, llamada B.1.1.7 e identificada por primera vez en Reino Unido, es aproximadamente un 60% más transmisible.

Como resultado, los expertos ahora calculan que el umbral de inmunidad colectiva es de al menos el 80%. Si se desarrollan variantes aún más contagiosas, o si los científicos descubren que las personas inmunizadas aún pueden transmitir el virus, el cálculo deberá revisarse al alza nuevamente, destaca el Times.

Además, las encuestas muestran que alrededor del 30% de la población de EE.UU. todavía se resiste a vacunarse. Se espera que ese número mejore, pero probablemente no lo suficiente. “Teóricamente es posible que podamos llegar a una cobertura de vacunación de alrededor del 90%, pero yo diría que no es muy probable”, dijo Marc Lipsitch, epidemiólogo de la Escuela de Salud Pública T. H. Chan de Harvard.

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