El Deportivo

A casi dos meses del infarto: el plan de recuperación que sigue al pie de la letra el histórico Patricio Toledo

El exportero de Universidad Católica recuerda el instante que causó preocupación en el Claro Arena. Además, su doctor destaca que la recuperación del exfutbolista "ha sido espectacular".

El mensaje de Patricio Toledo a dos meses de sufrir un infarto. DRAGOMIR YANKOVIC/PHOTOSPORT

El domingo 28 de septiembre será un día difícil de olvidar para Patricio Toledo. Aquel día el exarquero de Universidad Católica sufrió un infarto agudo al miocardio mientras participaba de Adiós Capitanes, la despedida del fútbol de José Pedro Fuenzalida, Milovan Mirosevic y Cristián Álvarez.

Desde entonces el exgolero, quien llegó a ser considerado como el mejor exponente sudamericano en el puesto en 1991, después de la Copa América que se jugó en Chile, ha enfrentado un largo, pero positivo proceso de recuperación.

“Fue algo muy inesperado. Un mes antes me había avisado el cuerpo que algo malo pasaba. Tuve un dolor fuerte en el tórax y alcancé a hacerme dos exámenes con un cardiólogo, me faltaba el del día lunes después del partido y por lo que pasó no alcancé a llegar. Para mí fue tremendo. Me acuerdo solo del momento en el que Cristián Álvarez me pide la polera para simular lo que fue cuando él le atajó el penal a la U y de ahí no me acuerdo de nada hasta que estaba en la clínica”, señala el exfutbolista en diálogo con El Deportivo.

A su vez reconoce que se juntaron una serie de factores que permitieron que pudiera recibir la atención médica adecuada y en un tiempo reducido. “Me pasó en el momento preciso, en el lugar preciso. Con esos angelitos que permitieron una pronta recuperación. El caso de Cristián Álvarez, de la Vieja Reinoso, de Rodrigo Valenzuela que fueron los primeros que llegaron a atenderme. Fuero los primeros que hicieron la fuerza para que tuviera esta segunda oportunidad”, remarca.

“Los doctores me explicaban que estuve prácticamente ocho minutos muerto y cuando llegué a la clínica me pusieron la última carga con el desfibrilador y desperté”, recuerda. Un punto clave en el inicio del tratamiento.

También valora el trabajo de todos los profesionales que se dedicaron al caso desde quienes lo atendieron en la ambulancia hasta los que estuvieron presentes en la rehabilitación, incluyendo 18 sesiones de kinesiología.

“Después de la operación siguió apareciendo gente de luz, que yo les digo angelitos. Voy a estar eternamente agradecidos con ellos, porque si bien es su trabajo, nunca había visto la vocación para atenderme. No solamente a mí. Siempre una sonrisa, una palabra de ánimo, una broma para hacerme sentir lo mejor posible. Eso hizo que me recuperara súper rápido”, indica.

Ahora continúa con el proceso de recuperación con algunas restricciones. “Me prohibieron comidas y cambiar mis hábitos de alimentación. Lo mío se produjo porque hago colesterol malo. Cuando jugaba esto evolucionaba súper bien. Cuando dejé de tener esa parte fuerte física de elite, empezó mi problema”.

Al mismo tiempo, aprovecha de dejar un mensaje para las personas en base a su reciente experiencia. “Que se preocupen de su cuerpo. Uno se puede ver bien por fuera, pero no se sabe lo que pasa por dentro. A mí me decían ‘oye, pato, estás súper bien. Estás para jugar de nuevo’. Yo sacaba pecho, pero por dentro no sabía lo que tenía hasta que me pasó lo que me pasó”.

Por último, dejó un mensaje a los hinchas y la dirigencia de la UC que han estado presentes todo este tiempo. “El apoyo de ellos fue fundamental. El cariño, el respeto, las oraciones que la gente hizo por mí, fue fundamental para tener esa fuerza y volver a la vida. Católica se portó especialmente bien conmigo. El presidente Juan Tagle está siempre pendiente de lo que me pasa y se agradece. Hace mucho tiempo tenía una espinita en mi corazón respecto al club, pero después de lo que pasó, eso queda atrás. Siempre voy a querer a mi club y a la gente que me estuvo ofreciendo su ayuda”.

“Su evolución ha sido espectacular”

Por su lado, el doctor Dante Lindefjeld, cardiólogo del Centro de Enfermedades Cardiovasculares de Clínica Universidad de los Andes, recuerda el momento en el que comenzó a tratar a Patricio Toledo.

“El paciente llegó en condiciones de alta gravedad, porque tuvo este paro cardíaco que fue presenciado. Fue reanimado de forma efectiva, pero había mucha inestabilidad hemodinámica. Es decir, de la actividad cardiovascular”, recuerda de entrada el doctor Dante Lindefjeld, cardiólogo del Centro de Enfermedades Cardiovasculares de Clínica Universidad de los Andes.

Así mismo, el profesional de la salud reconoce que hubo otro factor importante en el proceso de recuperación de Toledo. “Lo trajeron precozmente, ese fue otro punto clave”, destaca.

Desde aquel momento se desarrollaron una serie de exámenes con el fin de dar con el punto exacto en el que se había producido el infarto para posteriormente desobstruir la arteria.

Ahora, a dos meses desde aquel momento, el proceso de recuperación sigue en marcha. “Cuando un paciente tiene un problema cardiovascular, la idea es programar controles periódicos para ajustar los medicamentos y hacer un seguimiento de la evolución del paciente, pero paralelamente, es importante ingresarlos a un programa de rehabilitación por los beneficios que tiene”.

Entre ellos se encuentran “reducir futuros problemas cardíacos, recuperar lo que más se pueda de la condición cardíaca antes del problema de inicio. Promover estados saludables e incentivar a que hagan actividad física, monitoreando hasta qué punto es seguro realizar los esfuerzos”.

De todas maneras, Lindefjeld destaca que en el caso de Patricio Toledo “su evolución ha sido espectacular. Satisfactoria al 100 por ciento”.

“Él tuvo mucha suerte de que, pese a sufrir un infarto, el proceso de reanimación fue muy precoz y el que haya llegado muy rápido a la clínica salvó mucha masa miocárdica”, valora. En especial porque en este tipo de casos “minuto que pasa, masa miocárdica que sufre, corazón que muere. En este caso fue todo tan a tiempo que la secuela es prácticamente imperceptible. Paralelamente, el ajuste de medicamentos, su reacondicionamiento físico, hace que el paciente saque el mejor provecho al tratamiento que se le hizo de forma temprana. Su pronóstico es favorable y esto va permitir que podamos controlar lo que viene a futuro que es minimizar el riesgo de nuevo evento, pero controlando todos los factores previos”.

Además, el doctor Dante Lindefjeld resalta el hecho de que Toledo sufrió el infarto teniendo una buena preparación física, lo que ayudó a la recuperación. “Él tenía un buen sustrato físico y de tolerancia aeróbica. Eso hizo que pudiera aguantar toda esa tormenta”.

Por el momento, las únicas restricciones a las que debe someterse el exportero son “controlar el consumo de carnes rojas grasas, bajar la cantidad de grasas en los lácteos, comer poca sal, tomarse los medicamentos en las horas previstas, seguir con el calendario de controles y cumpliendo con eso para reintegrarse de la mejor manera a la vida cotidiana”.

Por último, el cardiólogo entregó un mensaje a los hinchas del fútbol y en especial a los de Universidad Católica. “Espero de que den el máximo de apoyo a un ídolo com Pato Toledo, porque a los ídolos hay que apoyarlos siempre. En las buenas y en las malas. Él necesita el cariño de todos los que lo aprecian y darle el máximo de apoyo, para que no solo sea una reinserción del estado físico y de salud, sino que también una reinserción social, laboral y todo lo que compete para tener una vida saludable”, concluyó.

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