El Deportivo

La dura disputa que sostuvieron David Pizarro y Luis Enrique, el DT del PSG finalista de la Champions

En la temporada 2011-12, el controvertido DT español llegó a la Roma, equipo en el cual el porteño era uno de sus líderes. Tras meses de diferencias, la relación entre ambos explotó en enero de 2012 y terminó con el chileno cedido a Manchester City.

David Pizarro y Luis Enrique se enfrentaron duramente en la Roma.

En julio de 2011, el técnico del Paris Saint-Germain finalista de la Champions, el español Luis Enrique, iniciaba su meteórica carrera como entrenador de un equipo de primera. La presidenta que en ese entonces comandaba la Roma, Rosella Sensi, se decidía por el asturiano tras su salida del equipo de proyección de Barça Athletic.

Un equipo italiano que estaba plagado de estrellas como Francesco Totti, Daniele de Rossi y Simone Perrotta; todos campeones del mundo con a Azzurra, cinco años antes. Además de ellos, un chileno completaba el cuadro de principales referentes de la escuadra de la Loba: el porteño David Pizarro.

Ellos fueron los encargados de dar la bienvenida al español. Un tipo con mucho carácter y muy pocas pulgas, que intentó implantar su sello dentro y fuera del campo. Un dibujo de 4-2-3-1, aun revolucionario para la época, con la firme convicción de poner la táctica sobre los nombres propios.

Estilo franco y directo del adiestrador que chocó con el concepto de equipo que mantenían alguno de los líderes de la escuadra. Sobre todo, el Fantasista nacional, quien no se acostumbraba al juego de su nuevo DT. Incluso, en el comienzo de esa temporada, se especuló con la salida de Pizarro, situación que fue desmentida por el propio técnico antes del comienzo del torneo de la Serie A italiana.

Escasos minutos

Lo cierto es que antes de la llegada de Luis Enrique, el Enano de la Providencia gozaba de un elevado estatus en la disciplina del equipo. En la temporada anterior había sido otra vez líder en la mitad de la cancha, tras sumar 22 presencias, un gol y dos asistencias.

Todo cambió para Pizarro bajo la disciplina del asturiano. No fue convocado para el estreno ante Cagliari. Y aunque fue titular contra Inter y Siena, en este último duelo salió en el entretiempo para ser borrado en la cuarta fecha contra.

Solo sumó cinco presencias más en esos primeros dos meses. Después de eso, una sobrecarga muscular y una molestia en una rodilla menguaron las opciones del porteño.

En paralelo, la relación con el DT se fue fragmentando cada día un poco más. No solo con Pizarro, sino también con Totti y los otros líderes, acostumbrados a un trato más cercano con los antecesores en la banca, pero más que nada con el chileno.

Quiebre total

En la práctica vespertina del miércoles 5 de enero de 2012 en la Roma, estalló todo. Pizarro abandonó el entrenamiento del cuadro capitalino y se negó a realizar la última parte de los trabajos físicos.

Hecho que desató la furia de Luis Enrique, quien lo reprendió en el camarín, frente a la total indiferencia del mediocampista. Situación advertida por algunos dirigentes de la Roma, quienes sacaron sus cuentas respecto de la situación del futbolista.

El más perjudicado fue el propio futbolista, separado del plantel estelar por el propio técnico. Tras varias diferencias, Pizarro tuvo que terminar el mes de enero de 2012 jugando con la reserva, escuadra con la que sumó una ignominiosa presencia, de acuerdo con el currículo del chileno.

En el último día del mercado de invierno europeo, el porteño dio la gran sorpresa y aceptó la oferta para marcharse a préstamo a Manchester City y jugar en la Liga Premier de Inglaterra. Las relaciones con el adiestrador estaban completas rotas y así lo explicó el propio Fantasista.

“Llegó el receso de invierno en Italia y yo no estaba en el equipo titular. Roberto (Mancini, técnico de Manchester City) sabía de eso y conversamos acerca de la posibilidad de venir. La verdad es que no pensé que iba a llegar a este punto. Fue de último minuto, se hizo muy rápido”, expresó en ese entonces el del Cerro Ramaditas.

El talentoso jugador chileno era un viejo anhelo de Mancini, quien ya lo había querido llevar a la Lazio en 2003 y sabía de la situación que estaba pasando en la Roma.

“Para cada jugador es importante la valoración que te pueda entregar el técnico. Creo que es bueno cuando un entrenador muestra confianza llevándote a su equipo y Mancini me conocía de antes”, dijo en ese entonces Pizarro.

El choque

Antes de la partida del volante, el DT español golpeó la mesa para explicar, desde su punto de vista, la salida del Enano de la Providencia. El hispano dio por zanjada la disputa y envió un fuerte mensaje al porteño, solo horas antes de que se oficializara su cesión a los Ciudadanos.

“Si Pizarro está negociando con otro equipo, algo significa... Si tengo que decirles algo a los jugadores se lo digo a la cara. No tengo ningún problema con Pizarro, siempre se ha portado muy bien. Pero tengo que elegir”, advirtió el asturiano.

Pero todo se había roto. El ex del Barcelona prefirió a Daniele De Rossi, Miralem Pjanic, Fernando Gago y Simone Perrotta en el puesto durante la temporada 2011-‘12. Una vez terminada su cesión en Inglaterra, a mediados de 2012, el volante volvió a referirse al tema que lo alejó de la capital de Italia.

“No tenía intención en dejar el equipo de la Roma, tampoco en enero, pero tenía una mala relación con Luis Enrique. Cuando Mancini llamó, acepté. Fue todo muy repentino. Ahora me voy de vacaciones, y luego volveré a Roma. Espero terminar mi carrera europea en AS Roma, todavía tengo un año de contrato y estoy muy motivado”, dijo el porteño antes de firmar con la Fiorentina por tres temporadas.

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