La escena se parece, en alguna medida, a la que se había producido ocho días antes. La locación, en rigor, es la misma. El protagonista, también. Aníbal Mosa sale de la Casa Alba, el recinto que acoge a las promesas del Cacique y que también es usado como centro de reuniones. Como una suerte de extras, aparecen los periodistas y camarógrafos que esperan la opinión del presidente de Blanco y Negro. Cuando el sureño traspone la puerta, se encienden luces.

Lo que cambia radicalmente es el guion. Si en el capítulo anterior de la teleserie (la forma en que la definió Alfredo Stöhwing, el extimonel de la concesionaria y quien para estos efectos funcionaría como el antagonista) Mosa había anunciado que el directorio que encabeza había autorizado a la administración para el inicio de las negociaciones que conducirían a la salida del DT, ahora el libreto es diferente.

Mosa se debilita: las esquirlas del caso Almirón que desestabilizan al presidente de Colo Colo

Si hay alguien que puede celebrar el término de una historia que parece de ficción, pero que es absoluta realidad, es Jorge Almirón. El entrenador nunca quiso dejar Macul y menos en las condiciones que le habían planteado: el tope que estaba dispuesto a pagarle la concesionaria, según la mentada autorización a la que aludió Mosa, bordeaba los US$ 1,2 millones. El resto del contrato que une al DT con los albos equivale prácticamente al triple de esa cifra. Al entorno del estratega, por cierto, también le había molestado la forma en que se habían enterado de la determinación, a modo de un peculiar eufemismo. Otro personaje del relato, Pablo del Río, el representante del DT, había sido categórico. “Hubo un apresuramiento y una exposición innecesaria”, había dicho a El Deportivo. Estratégicamente o no, el agente había dejado el país, donde estuvo intentando el entendimiento. A distancia, tampoco logró el acuerdo para interrumpir la relación.

“Estábamos esperando tener una última conversación con el entorno de Jorge (Almirón),y después de charlar con su entorno, hemos dado la apreciación de que seguiremos trabajando juntos. Jorge seguirá siendo el director técnico de Colo Colo de aquí en adelante”, anunció, resignado. En su sector habían reparado en que la modalidad de salida respondía, precisamente, al respeto que sentían por el entrenador. Se argumentó que se pudo haber optado por un despido más enérgico, pero que se consideraron los logros del año pasado.

Mosa perdía, entonces, su gran batalla. El timonel, de hecho, trató de estirar la resolución lo más que pudo. La materia solo se trató casi al final de la reunión, en el acápite varios. Se limitó a informar que no había avances en las tratativas, aunque seguían en pie.

La otra, eso sí, la ganó, al menos parcialmente: la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) descartó irregularidades en el balance de 2024, que había sido objetado por la Junta Ordinaria de Accionistas. “En consideración a lo expuesto, la mera mención de una denuncia ante esta Comisión, así como el relato de los supuestos hechos que habrían motivado la presentación de dicha denuncia, no reuniría los requisitos expresados en el párrafo anterior para entenderse como observación ‘precisa y fundada’ por lo que el rechazo a los estados financieros en la junta ordinaria celebrada el pasado 28 de abril no daría lugar la configuración de la hipótesis contemplada en el citado artículo 77 de la LSA”, consigna la resolución. Igualmente, la entidad precisa que hay una investigación que sigue en curso. “Atendido lo anterior, no resulta necesario referirse a las demás materias consultadas. Sin perjuicio de lo anterior, cabe precisar que lo expuesto no obsta, a otras medidas de supervisión o sancionatorias que pudiera adoptar esta Comisión, derivadas de los hechos descritos y que motivan la presente consulta”, consigna.

El portomontino, reelegido al mando de la concesionaria con el respaldo del Club Social y Deportivo Colo Colo, había comenzado una peligrosa cuenta regresiva. La sorteó exitosamente. Ahora, de hecho, se debe convocar a otra junta para la aprobación del balance.

Un liderazgo en discusión

La continuidad de Almirón en la banca del elenco de Pedreros pone en serio entredicho el liderazgo de Mosa en el club. A comienzos de año, con el título fresco y un ambicioso mercado de fichajes que auguraba una temporada exitosa, el panorama era distinto. Alcanzó el peak de popularidad entre los hinchas, quienes lo compararon con el jerarca del Real Madrid, Florentino Pérez. Lo apodaron Florentino Mosa.

Ahora, los jugadores, que en otras ocasiones se han mostrado cercanos al dirigente (aunque a comienzos de año retrasaron el inicio de la pretemporada descontentos por el cálculo de los premios), ahora no vacilaron en respaldar al estratega. Hubo manifiestas declaraciones respecto de que el conductor debía continuar en su cargo. Incluso, ejercicios de autocrítica, como el que realizó Alan Saldivia, que procuraban eximir al DT de parte de la responsabilidad por el actual momento deportivo. Sin embargo, en la interna del conjunto de Macul es sabido que la relación entre el transandino y el plantel sufrió un distanciamiento producto de los malos resultado, pero también debido a algunas decisiones difíciles de entender para el camarín.

A nivel directivo, en tanto, ni los cinco votos que le dieron la mayoría al eufemismo que utilizó Mosa para autorizar el inicio de las tratativas con el DT y su entorno, lograron darle sustento a la postura. De hecho, Daniel Morón, el gerente deportivo de la concesionaria, terminó jugando un rol clave: el potente informe que entregó en la misma sesión en que el mandamás anunció el potencial adiós del DT, terminó por solidificar la postura del sector opositor: el denominado bloque Vial. "Es insólito lo que se ha hecho pasar a nuestro entrenador y a los jugadores, es inentendible, pero así está la situación. No tengo más que informar, el presidente dijo que deberían tener novedades a la brevedad", dijo Stöhwing antes de que se produjera el giro. “Mantengo la posición de que me encantaría que se quedara, la hinchada y todos los jugadores y todo el mundo lo está apoyando para que se quede”, graficó. Mosa había quedado, efectivamente, debilitado.