Un sueño incipiente

MAURICIO GATO RODRIGUEZ
Foto: José Luis Muñoz

La selección de skateboarding nació en enero. Historias, sueños y desafíos para un deporte ya olímpico que aún no tiene infraestructura propia en Chile. Esta semana disputa las clasificatorias a Lima 2019.



Es temprano y de mañana. Como es costumbre, Mauricio Gato Rodríguez llega a las dependencias del skatepark público ubicado en las cercanías de la Ciudad Deportiva de Iván Zamorano, en Las Condes. Ahí, en las instalaciones, aguarda por sus pupilos. Mientras tanto, observa cómo los aficionados intentan diversas maniobras. Con el tiempo van llegando de a uno los skaters que participan de los entrenamientos de la selección, que mira a los Panamericanos y los Juegos Olímpicos. Gato, profesional del skateboarding hace quince años e impulsor de escuelas alrededor del país, es el entrenador.

"En enero comenzamos con esto y es una linda experiencia. Se ha trabajado bien", dice Rodríguez. Todo es nuevo. Recién en enero se formó la selección, cuando se dio a conocer que este deporte sería parte de los Juegos Olimpicos de Tokio 2020 y de los Panamericanos de Lima 2019. De hecho, la próxima semana viajarán 12 deportistas nacionales a representar a Chile en las clasificatorias para la cita panamericana.

Los entrenamientos dividen a los sub 15 y los mayores. Ambos equipos cuentan con hombres y mujeres. Actualmente, cerca de treinta jóvenes entrenan y son parte de la selección del Comité Olímpico. Las rutinas de entrenamiento se dividen en dos formas: la modalidad específica, la cual busca complementar y desarrollar las partes más débiles de cada deportista. El otro modo de ejercitar es la de volumen e intensidad, cronometrar rutinas tal cual como se hace en competencias. "En Chile hay muchos cabros que son secos, pero en los campeonatos hay una declinación enorme porque no están acostumbrados a entrenar. A desarrollar trucos en ciertos tiempos", añade Rodríguez.

Las competencias olímpicas y panamericanas se dividen en street y park. La primera hace referencia a la calle, al skateboarding tradicional, de ciudad. Acá los obstáculos son barandas, escaleras y muros. La segunda categoría apunta más a velocidad y destreza en superficies como bowls o piscinas de cemento. Cada joven tiene su especialidad y en los entrenamientos se potencia esto. Durante los clasificatorios a los Panamericanos llegarán dos por categoría y sexo.

La gran carta chilena será Danny Fuenzalida, skater profesional erradicado en Miami. De hecho, el deportista viajará directo de Estados Unidos a Lima. Fuenzalida cuenta con participaciones en los eventos más importantes del mundo. "Es un privilegio para los chicos estar al lado de él. Es una motivación que vean a alguien que ha vivido de esto. Definitivamente es un espejo para todos los jóvenes chilenos que practican este deporte", dice el entrenador nacional.

Gato Rodríguez ve a las mujeres como la máxima proyección nacional en este deporte. Afirma que ahí probablemente estén los mejores resultados a corto y largo plazo. "La categoría de mujeres está muy potente. El nivel de hombres es mucho más elevado, entonces en ellas hay una gran oportunidad y las hemos preparado".

Josefina Tapia (16) es un ejemplo de esto. Patina desde los 12 años, ahora es especialista en la categoría park y viajará a Lima para sumar experiencia junto a dos compañeras. Ella ha dado todo por el deporte. Le cerraron antes de tiempo su año escolar y dejó Cachagua, su ciudad natal, para venirse a Santiago a la casa de su abuela. Todo el sacrificio es para entrenarse mejor. "Quiero estar preparada para lo que se viene ahora. Quiero darlo todo y no fallar. En esto, se compite contra una misma", dice.

El regalón de todos es Emilio Suárez (10), el más joven de la delegación que viajará a Lima. De hecho, la Federación envió una carta especial para lograr que compitiera. Comenzó a los dos años y competirá en la categoría street. Asegura que la prefiere porque mantiene la esencia y permite "fluir por todas partes de la ciudad". "Es bacán que sea olímpico porque así cambia la percepción del skater, donde muchos piensan que son ladrones. Pero no, somos deportistas y nos encanta esto", explica la promesa.

El sueño de todo skater es ser profesional. Vivir de la tabla, viajar y recibir una paga por lo que hace. En Chile, ese sueño es complicado, pero que ahora sea una disciplina olímpica abre el apetito de muchos. "Se gana bastante en términos de seriedad. Ahora va a ser más factible profesionalizarse y no hacer que se vayan a Estados Unidos si es que quieren vivir de esto", cree Rodríguez.

Pero no todo es alegría en la selección de esta disciplina. Los deportistas deben entrenar en skateparks públicos ya que aún no tiene un lugar exclusivo para ellos. "Es complicado coordinar los entrenamientos. Tengo que hacer que chicos pidan permiso en el colegio, porque no tenemos nuestro lugar para entrenar. Lo estamos haciendo en un espacio público y eso dificulta en términos de horarios. También en problemas de flujo, ya que muchos vienen aquí a aprender y se pueden provocar accidentes con los deportistas", dice preocupado Rodríguez, que remarca: "Hago un llamado a las autoridades y les recuerdo que el sakteboarding es un deporte olímpico. Entonces, sí o sí debemos tener un lugar para entrenar".

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