Ziomara Morrison: "La jugadora chilena no se preocupa de ir al gimnasio, de estar bien físicamente"

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La jugadora de Los Leones, máxima exponente del baloncesto femenino chileno, aborda muchos temas: la liga, la Selección, el éxito de las Huasitas, la ola feminista y la homosexualidad en el deporte.



La mejor basquetbolista en la historia de Chile está de paso por el país. De paso, porque disputa la Liga Nacional Femenina, que solo dura tres meses. De paso, porque su futuro sigue en Europa, de donde viene de disputar la liga de Polonia. Ziomara Morrison (30 años y 1,95 de estatura) es admirada y un ejemplo para una disciplina que en el país comienza a tener logros en menores. Ella fue pionera: la primera y única chilena en la WNBA. Y ahora, vistiendo la camiseta de Los Leones de Quilpué en la efímera LNF (en la que ya clasificaron al cuadrangular final), bajo el sol de la Quinta Región y en medio de un recreo del colegio del mismo nombre que el club, analiza el presente, el futuro y la contingencia.

¿Qué la trajo de vuelta a Chile?

Quería jugar el año pasado la liga, pero por tiempo no se pudo. Ahora en Europa me tengo que integrar más tarde, no tengo tanto apuro, así es que fue un buen momento para volver después de cinco años sin jugar la liga chilena. Siempre es lindo volver a tu país y jugar.

¿Cómo evalúa su última temporada, en Polonia?

Fue muy buena. Personalmente tuve buenos números, terminamos segundas en la fase regular y en playoffs no nos fue bien, pero tuvimos un buen desempeño.

En Chile la liga dura tres meses, ¿son suficientes para consolidar un campeonato?

No es suficiente. Se debería hacer un esfuerzo y tener una liga más larga. Se hace lo posible por mejorarla y lo importante ahora es que exista; antes, ni eso.

¿Ha cambiado la liga en estos cinco años?

La calidad de las extranjeras ha mejorado en todos los equipos, por lo que he visto. Creo que ha sido un punto fundamental.

¿Y las chilenas?

El nivel se puede mejorar compitiendo. Fuera de estos tres meses es muy poco lo que se juega a nivel competitivo. También teniendo más compromiso en el entrenamiento, cambiar la forma. Por lo que conversé con otros clubes, el nivel de entrenamiento es bajo, no entrenan siempre. No es que haya un programa físico que seguir, no sé del ciento por ciento de los casos, pero sí en la mayoría.

¿Cómo debería ser?

Por ejemplo, si me dedico al básquet y quiero mejorar, debo hacer programas físicos, pesas. Les falta mucho a las jugadoras chilenas. No se preocupan de ir al gimnasio, de estar bien físicamente. Es fundamental para subir el nivel.

¿Es malo el prototipo de la chilena para el básquetbol?

No diría que malo, porque podríamos ser fuertes si lo trabajamos. Si bien no somos todas altas, sí hay personas que son chiquititas y muy rápidas y ágiles. Eso hay que potenciarlo.

¿Vio el logro de las Huasitas?

Vi la noticia y la verdad estoy muy contenta por ellas. Debería fomentar aún más el básquet femenino. Se debería seguir el proceso y no abandonarlo.

¿Cómo se puede aprovechar esa generación?

Seguir entrenando día a día, no solo juntarse para los torneos, seguir un proceso de entrenamiento continuo. Darles programas físicos para que hagan en sus casas.

De la selección adulta, ¿ha tenido alguna novedad?

Absolutamente nada, no me han comunicado nada.

Para el último Sudamericano se juntaron poco antes, ¿en otros países hay programas de trabajo?

Continuamente. Tienes a Argentina, Brasil... Hay mucho. Lo bueno es que la mayoría de las jugadoras sale al extranjero y eso las mantiene en ritmo. Y las que juegan en sus países tienen una liga más larga. Las selecciones se juntan seis o siete meses antes de competir, es distinta la realidad.

¿Es obligación salir de Chile para progresar en su deporte?

En este minuto, lamentablemente, sí. Por como están las cosas acá. Yo salí a los 15 años, fue un caso súper aislado, gracias a que Claudio Jorquera me llevó a un campus en Argentina y me vieron.

Dijo que prefiere el básquet europeo a la WNBA, ¿lo mantiene?

He tenido mejores experiencias en Europa. Ahí la liga es más larga. Son muy distintas. La WNBA tiene sus pros y sus contras. Me encantó el tema profesional, cómo manejan todo, la prensa, el público, todo es distinto. También hay mucha política, jugadoras con mucho nombre y a eso no me adapté.

La Copa del Mundo de Francia visibilizó aún más el fútbol femenino, ¿cómo ve esa revolución que pareciera estar creciendo?

Me sorprendió el cambio que ha habido. Me encanta que se siga el deporte femenino. Me gustó que se haya vivido el cambio mundial.

¿Se puede lograr la igualdad entre hombres y mujeres en el deporte?

La igualdad es el camino que se debe seguir. Estamos empezando un lindo proceso a nivel mundial y ojalá lleguemos a la igualdad. Eso deseamos todas las mujeres deportistas y en todo ámbito, ¿por qué no?

¿Se mira en menos el deporte femenino?

Mucho. Lo veo en todo. Por ejemplo, para conseguir auspiciadores. Una tontera: no me llegaron las maletas y tuve que conseguir alguien que me ayudara con ropa por auspicios, haciendo un trueque. Fue muy difícil, porque, claro, es básquetbol femenino y ¿quién sigue el básquetbol femenino?

¿Es un prejuicio decir que hay más homosexualidad en el deporte femenino?

Me fui a los 15 y siempre lo vi como algo súper normal. En España las chicas un día salían con una chica y después con un chico. Qué bueno por ellas. No tengo nada en contra, es súper normal la cultura, no es algo para ver diferente. En España yo era la única hétero, pero no se vive nada distinto.

¿Y si una mujer trans quiere ser parte del equipo?

No me ha tocado la experiencia, pero no veo por qué tenga que ser algo distino. Para mí, personalmente, es una mujer y ya está.

En Chile pareciera haber una visión más primitiva del tema. Entonces, de lo que conoció en Europa, dice que es normal.

Sí, para mí el tema de incluir personas que sean distintas no es tema. Yo veo a la persona, me da lo mismo si es gay o trans. Es una persona, juego con ella y ya está.

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