Caval: Las clases de golf para Dávalos que pagó la empresa y las boletas que serían ideológicamente falsas

Dávalos
AgenciaUno

La Fiscalía ha logrado establecer una serie de pagos de Caval no asociados a su giro y ha recopilado diversos testimonios que dan cuenta de la emisión de documentos por servicios no prestados.


En la fase final de la indagatoria sobre la presunta estafa al empresario Gonzalo Vial Concha a través de Caval, el Ministerio Público ha detectado una serie de anomalías asociadas al funcionamiento de la empresa, entre ellas el pago mediante la compañía de actividades ajenas al giro de la entidad y nuevos testimonios que darían cuenta de delitos tributarios.

Así, por ejemplo, consta en el expediente la declaración del profesor de golf Claudio Araya Gallardo, quien detalla que en los meses finales del año 2012 en el club La Pirámide -en la comuna de Huechuraba-, dio clases de esta disciplina a un grupo de cuatro personas: Mauricio Valero, ex socio de Natalia Compagnon en Caval; el hijo menor de Valero; Sol Herreros, ex gerente de Caval; y Sebastián Dávalos Bachelet.

"Este es un lugar abierto a todo público, para la práctica del Golf", detalla Araya Gallardo y agrega que inicialmente su alumno fue Valero, pero que posteriormente éste le pregunto si yo podía hacer clases colectivas: "Hicimos un programa, donde contemplaba realizarles clases a Mauricio Valero, su hijo de 7 años aproximadamente, Sol Herreros y Sebastián Dávalos, que consideraba 2 clases grupales por semana, y una vez que estuvieron en condiciones de jugar, los sacaba un día a la semana a Cancha".

Por esta capacitación deportiva, Araya emitió tres boletas a Caval por un monto total de $1.444.443 con la glosa Gestión de Negocios Servicios Profesionales.

Otra situación anómala es la Alex Rojas García, contador auditor que coincidió con el gerente financiero de Caval, Marcelo Carreño, en Indecs. Cuenta que en 2012 Carreño le ofreció un trabajo externo de revisión de informes de distintas empresas por un monto bruto de $11.111.111. Rojas  emitió la boleta a Caval y recibió en su cuenta corriente una transferencia de $10 millones. "Durante el año 2012, nunca realicé la revisión de ningún informe y tampoco realicé algún trabajo", plantea. Acota que Carreño le ordenó devolver los recursos y le prometió que se quedaría con la retención del 10% del SII. En julio de 2013, le pidió una segunda boleta por $8.128.342 con la glosa Asesoría Financiera. Tampoco brindó este servicio ni recibió pago alguno.

En la investigación, al menos otras dos personas reconocen haber operado de esta forma.

"Somos cara de r...."

Una de las personas que refiere haber sido parte de los boleteros que tuvieron que restituir los pagos a Caval es Victorino Arrepol, el polémico asesor que cuenta a su haber con un autosecuestro, que creía que el mundo terminaba en 2012 y que estuvo involucrado en la falsificación de un correo electrónico del ex ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga, por lo cual se encuentra formalizado. El 21 de marzo volvió a declarar ante la Fiscalía, esta vez en calidad de testigo. "En Caval siempre nos pedían hacer boletas, en este caso Marcelo Carreño, y quiero referir que yo hacía boletas por cierta suma pero me pagaban mucho menos, por ejemplo, hay una boleta de $30 millones de la cual no recibí ni $10 millones, es más, me pedían que hiciera la boleta y después les tenía incluso que devolver el dinero. Es más, creo tener un deposito que hice en la cuenta de Valero o Carreño por estos conceptos de boletas que yo emití y les tenía que devolver el dinero", dijo.

Aseguró que "en Caval no tenía un sueldo fijo, yo boleteaba para Caval y había una empresa que se llamaba SCR que me hacía liquidaciones de sueldo. Esa empresa era de Marcelo Carreño el contador de Caval, esa empresa me hizo 10 o 12 liquidaciones de sueldo en los años que referí antes". SCR es la empresa con la que mantuvo relaciones comerciales CCU. Según Arrepol, "Valero y Carreño había llegado a éste nombre con Valero y significa 'Somos cara de raja'".

Arrepol sostiene que durante su permanencia en Caval detectó que a Gonzalo Vial Concha, con quien trabajó posteriormente de forma particular, le "querían sacar plata" mediante negocios inexistente.

"Al dinero que le sacaban a Gonzalo Vial le decían 'cabeza de ciervo'. En una oportunidad se juntaron en el casino Monticello con Gonzalo Vial. Lo sé por que luego pasaron en el auto al Hotel Lyon donde yo me quedaba en Santiago, pasando ahí Marcelo y Mauricio, en el porta maletas habían dos bolsos y decían 'ahí están las cabezas de ciervo, mañana te pagamos', no sé como llegó ese dinero a sus manos", adujo.

Además, consignó que "Dávalos era parte fundamental en Caval, estaba presente en la empresa, prácticamente manejaba Dávalos y Compagnon la empresa. y ellos también manejaban a Mauricio, esto yo lo sé, porque Mauricio llamaba a Natalia y le decía 'Habla con Chanchito' refiriéndose a Sebastián Davalos, por lo negocios que tenían con Gonzalo Vial, esto demostraba que Dávalos siempre tuvo conocimiento de los negocios de Vial, todo esto yo lo sé porque escuchaba las conversaciones que tenían, estaba yo dentro de la empresa, la empresa era pequeña y todos manejábamos información. Caval prácticamente sobrevivía como empresa con el dinero que pagaba Gonzalo Vial".

La misma impresión asegura tener Claudio Cabezas, quien fue gerente de desarrollo de Graneles desde 2013 a 2015.

"Mi cargo consistía en el desarrollo de nuevos proyectos y en ese contexto Gonzalo me introduce a Natalia Compagnon, en su oficina en Rancagua, me dice que ella es la directora de una consultora llamada Caval y que había estado realizando algunos estudios y proyectos para él y en ese contexto me informara de cuáles habían sido los desarrollos o avances que había tenido. Fue solo una reunión introductoria y no se habló de ningún proyecto en concreto que se estuviese desarrollado", cuenta Cabezas.

Agrega que thubo una segunda reunión en las oficinas de Caval donde se hizo una presentación general sobre los temas en que supuestamente estaba trabajando Compagnon, pero que no quedó conforme con lo expuesto, por lo que les pidió que profundizaran en un tercer encuentro en Graneles. De hecho, le envió un mail con todos los antecedentes que requería.

"Caval nunca asistió, dejándonos plantados un par de horas en la sala de reuniones de Graneles, desde el gerente general a Gonzalo Vial incluido, recuerdo que incluso la llamamos por teléfono y no respondía (…) Natalia señalaba que le había entregado un disco duro a Gonzalo Vial, con información detallada y profunda de sus proyectos, el cual Gonzalo siempre señalo que no recibió y mis colegas y yo tampoco", declara Cabezas.

Afirma que tras estos contactos, le informó a Vial que su recomendación era no seguir trabajando con Caval "porque en mi parecer y el de todos los ejecutivos carecían de profesionalismo necesario para llevar los supuestos proyectos en cuales trabajaban. A esta altura y con los antecedentes descritos personalmente ya hubiese cortado toda relación con Caval, pero Gonzalo quería darle otra oportunidad".

La relación entre Vial y Compagnon se mantuvo un par de meses. Hoy el empresario afirma que fue engañado por Compagnon y busca que ésta responda ante la justicia.

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