La exhortación de los protagonistas del 15-N: si no se llega a un nuevo acuerdo constitucional, “puede significar un colapso de las democracias”

Foto: CEP.

El exministro del Interior Gonzalo Blumel recalcó que es urgente que el proceso constituyente culmine, ya que se hace apremiante corregir los problemas que tiene el régimen político chileno y, una nueva Carta Fundamental es la única posibilidad de hacerlo. "Hay que cerrar este capítulo porque el principal problema que tiene Chile es su sistema político y las capacidades del Estado para actuar eficazmente. La discusión constitucional es una oportunidad única”, aseguró en un seminario organizado por el CEP.


Fueron parte de los protagonistas de lo que fue el histórico Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución firmado por los partidos políticos el 15 de noviembre de 2019. Tres años después, el exministro del Interior Gonzalo Blumel, la exsenadora Ena von Baer (UDI), el expresidente del Senado Jaime Quintana (PPD) y la expresidenta de RD Catalina Pérez fueron convocados por el Centro de Estudios Públicos (CEP) para abordar lo que fue la negociación que le abrió las puertas al proceso constituyente.

Los cuatro invitados recordaron los momentos más icónicos de esa negociación. Pérez se conectó desde Valparaíso y estuvo poco rato, ya que tenía que votar la ley de presupuesto. En el diálogo entre Blumel, Quintana y Von Baer se comentó lo relevante que es tomar la experiencia del 15-N en el contexto actual en que los partidos están negociando, otra vez, un acuerdo constituyente. Los tres hicieron un llamado a los partidos políticos y afirmaron que es urgente cerrar el problema constitucional.

“Yo no relativizaría ni por un instante la relevancia de la Constitución en el contexto actual del país. Yo veo con mucho riesgo, con mucha preocupación, de que este ciclo no lo cerremos bien. Han transcurrido más de dos meses del resultado del plebiscito y yo siento que estamos transitando en la cornisa, esto es peligroso, no cerrar bien este proceso”, comentó el senador Quintana.

Luego el exlíder del Senado emplazó a los partidos a llegar a un acuerdo, ya que, de lo contrario, los riesgos son muy altos: “Ha faltado mirar el espíritu del acuerdo del 15-N. Cuando no hay una respuesta adecuada, institucional, de conducción política, esto puede significar un colapso de las democracias. Eso hay que tenerlo muy presente y yo he sido reiterativo. Cuando han transcurrido más de dos meses (...) hay que hacer un esfuerzo. Estamos contra el tiempo. Hay que cerrarlo pronto”.

La exsenadora UDI también se sumó a esas palabras. “Estoy 100% convencida de que el proceso constituyente tiene que seguir y tiene que continuar. Si no se termina el proceso constituyente que está abierto, esa herida no va a sanar, porque, si no, cada vez que haya un problema va a ser la legitimidad de la Constitución. Este proceso tiene que terminar de buena manera, tiene que producirse el cierre del proceso”, dijo la exparlamentaria, quien fue una de las redactoras del documento que se firmó esa noche de noviembre.

El exministro Blumel fue otra de las voces que se sumaron a esta reflexión. El extitular de Interior fue uno de los rostros clave del gobierno quien, desde La Moneda, estuvo participando en las intensas tratativas que ese día se llevaron a cabo en el Congreso de Santiago. “Un acuerdo que fue histórico, se transformó en una farra histórica. Ojo con una cosa, el que fracasó fue la Convención, no el acuerdo mismo. Por lo tanto, hay que darle continuidad y cerrar bien este capítulo. No podemos seguir con esta herida abierta permanentemente porque, si no, esto a la vuelta de la esquina va a reflotar y vamos a estar en una situación mucho más compleja”.

Oportunidad para corregir las fallas del sistema político

Blumel apuntó sus palabras a lo que, según él, es el núcleo del asunto. Para el exministro la mayor urgencia de cerrar el problema constitucional apunta a que es la única opción de corregir los graves problemas que está experimentando el sistema político del país.

“Lo que uno esperaría es que este proceso constituyente, que es una historia en desarrollo, pueda arribar a buen puerto y se haga cargo del principal problema del sistema político chileno, que es la hiperfragmentación del sistema político, la falta de incentivos para la colaboración y la creación de mecanismos que permitan la gobernabilidad. Este choque permanente, este juego de suma cero del sistema democrático chileno que cada cierto tiempo se exacerba, si no lo corregimos, nos va tener de tumbo en tumbo durante los próximos años”, dijo Blumel.

Por eso fue que pasó el siguiente mensaje a los partidos políticos que están en la recta final de la negociación por el nuevo acuerdo: “Hay que cerrar este capítulo porque el principal problema que tiene Chile es su sistema político y las capacidades del Estado para actuar eficazmente. La discusión constitucional es una oportunidad única, que se da cada 100 años y si no la tomamos somos… no muy inteligentes”.

La exsenadora gremialista también abordó ese punto. “Uno de los problemas que tenemos en nuestro sistema político es que tenemos un permanente loop y nunca solucionamos el problema real. Esto puede volver a ser un loop si es que no se termina el proceso constituyente y no nos hacemos cargo de los problemas de fondo”, dijo Von Baer.

Para eso, agregó, es importante que el oficialismo no se equivoque en los diagnósticos: “Uno de los problemas de la centroizquierda es que el diagnóstico estaba errado, no es que los chilenos hayan querido una refundación de todo el sistema político y económico, porque por algo perdieron en el plebiscito. Hay un problema de diagnóstico y hay que tener cuidado con volver a responder lo mismo frente a la pregunta de la ciudadanía. Si vuelves a decir lo mismo, que hay que refundar el país, que hay que volver a hacer todo de nuevo, que los chilenos no quieren tener libertad para elegir, vas a tener un problema”.

El error histórico

Finalmente los expositores comentaron lo que a su juicio fue el principal error del acuerdo. “Las alteraciones que se hicieron a las normas electorales fueron un error. Fueron modificaciones que alteraron la representación. Tenemos como contrafactual la elección parlamentaria posterior, del Congreso, en que la representación fue nada que ver a lo que hubo en la Convención Constitucional. Eso no estuvo bien. Como gobierno no tuvimos capacidad de conducirlo porque estábamos en una situación de bastante dificultad con sectores de nuestras propias bancadas que se sumaban alegremente a mociones impulsadas por la oposición, o por parlamentarios del propio oficialismo, que finamente empezaron a desvirtuar todo esto y generaron esta Convención, con normas tan especiales que distorsionaron la representación”, dijo Blumel.

Von Baer coincidió en lo mismo. “Cuando cocinas un caldo, tiene un tiempo para que te quede bueno. Este caldo tuvo su tiempo y el tiempo se cerró en el momento en que se firmó y los errores vinieron después. ¿Por qué? Porque las listas de independientes no eran parte del acuerdo y la gracia de lo que ocurrió esa noche es que el bullicio, el Twitter, la presión pública, estaban fuera. Los errores se cometieron después. El error fue que nosotros no fuimos capaces de no cambiar el acuerdo, el resultado habría sido más reconducente ”, dijo la exparlamentaria.

La exministra luego agregó: “Nosotros hubiésemos tenido una Convención muy distinta si es que no se hubiese cambiado el sistema electoral que se acordó esa noche. Desde mi punto de vista, ese es el error histórico y además que no se llevó una buena negociación en escaños reservados. Para eso teníamos tiempo. Lo peor del acuerdo fue lo que pasó después con tiempo, no lo que se produjo esa noche sin tiempo. Esa es una buena escuela sobre cómo se producen las buenas negociaciones”.

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