La última carta de Violeta Parra: "Me cago en los discursos de despedida"

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El 5 de febrero de 1967, la compositora de Gracias a la vida escribió una carta dirigida a su hermano Nicanor y luego apoyó la pistola en su sien derecha. Con el tiempo, la carta adquirió bordes míticos. A más de 50 años de su muerte, las últimas palabras de Violeta Parra son reveladas en un perfil de la periodista Sabine Drysdale para el libro Extremas (UDP). En un tono de rabia y amargura, la artista se dirige severamente a sus hijos Angel e Isabel.


Cuatro meses antes había publicado Las últimas composiciones. Entre otros temas, el disco recoge Run run se fue pa'l norte, La cueca de los poetas y Gracias a la vida. Considerado su obra cumbre, el álbum es también el testamento musical de Violeta Parra: en él exhibe de modo superlativo la maestría y madurez artística que había alcanzado. Pero aquellas no fueron sus últimas palabras.

El domingo 5 de febrero de 1967, en su habitación junto a la carpa de La Reina, Violeta Parra trabajó horas en una carta que fue encontrada en sus piernas cuando un balazo cubrió de tragedia aquella tarde de verano.

Dirigida a su hermano Nicanor, con quien había almorzado el día anterior, la última carta de la artista más significativa de la música chilena se mantuvo por décadas en la intimidad de la familia. Con el tiempo, su contenido se volvió materia de leyenda.

"La 'Carta del vidente' de Rimbaud no es más lúcida, no es más apocalíptica, no es más humilde", dijo Nicanor Parra en su libro de Conversaciones con Leonidas Morales.

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La artista y compositora se quitó la vida en su carpa de La Reina el 5 de febrero de 1967.[/caption]

Más de 50 años después, la última carta de Violeta Parra es revelada por la periodista Sabine Drysdale en Violeta Parra: la violenta Parra, uno de los 13 perfiles que integran el volumen Extremas, recién publicado por Ediciones UDP.

"Si juntamos dos mil hombres no alcanza a salir de ellos un cuarto de hombre.

"Desesperada, nada. Clarificada.

"Dice uno por ahí que los Parra son cortados a una misma tijera. El que lo dice debe haberlo cortado por un serrucho.

"Yo no me suicido por amor. Lo hago por el orgullo que rebalsa a los mediocres", escribe.

La carta contiene palabras de gratitud hacia Nicanor Parra, y expresiones ásperas y duras hacia su hermano Roberto, con quien solía pelear por sus excesos con el alcohol. Del mismo modo, se dirige con amargura a sus hijos, sobre todo Angel e Isabel.

Artista de una fuerza arrolladora, temperamental y de personalidad inestable, a los 49 años Violeta Parra atravesaba una profunda crisis, acentuada por el fracaso del proyecto de la carpa de La Reina y la relación con el suizo Gilbert Favré.

En su carta se transparentan esos dolores, pero cruzados por cierta rabia y dureza: Violeta se dirige severamente hacia su entorno.

"Mi madre es una reina mañosa.

"La Carmen Luisa despertará frente al vacío que deja su madre.

"Me cago en los discursos de despedida.

(…)

"Los revolucionarios clandestinos le han quitado una luchadora al país.

"No tuve nada. Lo di todo. Quise dar, no encontré quien recibiera.

"Angel está prisionero. Isabel también. Carmen Luisa también, pero de la nebulosa. Y no como los anteriores huevoncitos grandes. Los deslumbran los encerados.

"Pucha qué gran tipo es Nicanor. Sin él no habría Violeta Parra. Pero al pobre yo le escondo todo porque le rompe el corazón.

"El presidente Frei es un farsante. Fidel es un romántico. Lenin se equivocó.

"No quiero que mis hijos sean más cobardes".

https://www.youtube.com/watch?v=PLJxelCflIA

Al límite

Los fragmentos de la carta integran un completo perfil elaborado por Drysdale en el volumen Extremas, editado por la periodista argentina Leila Guerriero. El libro recoge historias de 13 mujeres que se entregaron a su vocación, desde el arte o la guerra al deporte y la fe.

"Era muy difícil escribir un texto sobre Violeta Parra luego del trabajo que había realizado Víctor Herrero (Después de vivir un siglo), cuya biografía es detallista", dice Matías Rivas, director de publicaciones de la UDP. "Sabine logró hacer un texto poderoso, con intención periodística y literaria. La aparición de fragmentos de la mítica carta de Violera Parra dirigida a Nicanor antes de suicidarse son tremendos. Le dan al texto contundencia, ya que está la voz de la protagonista expresándose en una situación límite. Es un gran perfil. Memorable", añade.

En el conjunto destacan también el perfil de la poeta Stella Díaz Varín, la Colorina, por Oscar Contardo; la cantante mexicana Alejandra Guzmán, por Wenceslao Bruciaga; la artista cubana Ana Mendieta, por Alan Pauls, y la argentina Liliana Maresca, por Mauro Libertella.

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