Las "40 horas" más complejas de Monckeberg con Chile Vamos

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La reducción de horas de la jornada laboral abrió un nuevo flanco de críticas en el gobierno y uno de los principales afectados ha sido el titular de Trabajo. Si bien hay parlamentarios oficialistas que han criticado su gestión en privado, y en especial su forma de comunicar, desde La Moneda defienden a Monckeberg.


No han sido semanas fáciles para el ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg. Así lo reconocen en el gobierno. El secretario de Estado ha tenido que enfrentar algunas críticas en el oficialismo que apuntaron principalmente en la demora que tuvo para reaccionar al proyecto opositor, liderado por la diputada PC Camila Vallejo, que busca reducir la jornada laboral a 40 horas.

A esto se suman, según algunos, las dificultades propias que ha tenido el ministro para comunicar bien la iniciativa del Ejecutivo que, hasta ahora, no cuenta con respaldo cerrado de Chile Vamos, ya que en Evópoli aún persisten las dudas sobre la indicación que anunció el gobierno el jueves pasado para reducir la jornada a 41 horas promedio. Además, en la coalición recalcan que desde que el lunes pasado, cuando se evidenció que la propuesta de la izquierda concitaba más apoyo ciudadano, se perdió el control de la agenda.

Por esta misma razón, es que, en el propio Ejecutivo, algunos reconocen que la responsabilidad no es solo de Monckeberg, sino también apuntan al rol del comité político por no haber previsto con "mayor anticipación" que esto se podría transformar en un flanco y por no mantener alineados al bloque. Tanto así, agregan algunos, que el propio Presidente Sebastián Piñera tuvo que intervenir el lunes para llamar al orden.

"Pero, ¿qué hacemos nosotros? Mandamos un comunicado de tres o cuatro hojas, probablemente también se vuelven locos yendo a un matinal por aquí o por allá. (…) Tenemos que adaptarnos a los tiempos, ser más lúdicos, más creativos, más activos, más agresivos en términos comunicacionales y no pensar que esto sigue siendo igual que el 2000 cuando uno iba a un canal de televisión en el prime y con eso estaba todo solucionado".

Esas fueron hoy las palabras del diputado y presidente de RN, Mario Desbordes, al ser consultado -en entrevista hoy en Tele 13 Radio- sobre dónde están los errores comunicacionales del gobierno en el debate sobre la reducción de la jornada laboral. En la entrevista, Desbordes blindó la gestión de la vocera de gobierno, Cecilia Pérez, en este episodio y enfocó su crítica a la Secom, con dichos que fueron interpretados como un cuestionamiento al ministro Monckeberg, también miembro de su partido. Esto, luego que el secretario de Estado había estado ayer desplegado en un matinal explicando la iniciativa de La Moneda.

Los dichos del líder de RN se suman a la advertencia que él mismo había hecho a este medio sobre un posible flanco en la reforma previsional, que también lidera Monckeberg. Esto, debido a que, a su juicio, el 4% adicional que contempla el mensaje presidencial, en el caso de los trabajadores independientes y que emiten boletas a honorarios en el sector público, debería ser voluntario y no con costo a su bolsillo.

La nueva advertencia de Desbordes respecto a la reforma previsional, no cayó bien en el gobierno y transmiten que "le hizo un flaco favor" al ministro. En todo caso, más tarde, Desbordes aclaró a La Tercera PM que sus declaraciones no son cuestionamientos al secretario de Estado. "El ministro Monckeberg tiene todo mi apoyo y creo que ha enfrentado bien este difícil trámite de dos proyectos complejos de manera paralela. Lo que he hecho, es poner sobre la mesa un punto que me parece complejo, y lo hago por lealtad con el gobierno y el ministro", manifestó.

En medio de su compleja semana, Monckeberg citó el lunes a una cena en su casa, para aplacar las críticas desde su partido, en el que al menos cuatro parlamentarios de RN –Gonzalo Fuenzalida, Andrés Longton, Francesca Muñoz y Ximena Ossandón- ya habían manifestado su apoyo al proyecto de Vallejo.

"Mientras Vallejo iba a explicar con cercanía y de forma clara, tú ibas a ser clases de derecho laboral", le habrían dicho algunos. En esa cita -que algunos calificaron de tensa- además, se le hizo ver al ministro de Trabajo que era "obtuso", que no escuchaba ideas y le recordaron que lo que ha ocurrido con el proyecto de reducción de jornada laboral se le había advertido hace tres meses.

En tanto, desde La Moneda, si bien reconocen que el ministro ha tenido algunos traspiés comunicacionales, por ejemplo, cuando en radio Universo dejó abierta la posibilidad de fusionar el proyecto de gobierno con el de Vallejo. Esto, justo cuando ya se había comenzado a instalar la idea de que esa moción era inconstitucional. "Obvio que sí, por supuesto. Eso es lo que hemos dicho nosotros. Si vamos a reducir la jornada preocupémonos de que haya adaptabilidad (…). Ojalá se produzca ese acuerdo, lo estoy impulsando", dijo el secretario de Estado en la oportunidad.

En todo caso, en el Ministerio afirman que sus dichos fueron malinterpretados. De todas formas, en La Moneda defienden la gestión del ministro. Aseguran que ha logrado desplegarse comunicacionalmente, sobre todo, en una cartera que es altamente compleja. Además, defienden que no se le haya puesto urgencia con anticipación al proyecto de adaptabilidad del gobierno debido a que la Comisión de Trabajo del Senado estaba "copada" con otros proyectos: la iniciativa de tele trabajo, sala cuna universal, entre otros.

Asimismo, las mismas fuentes añaden que ha tenido avances relevantes en su agenda como la aprobación del estatuto laboral jóvenes, el contrato por obras y faenas y acuerdo plurianual por salario mínimo.

"En las condiciones en las que está jugando, lo ha hecho bien. A lo mejor, lo que pudo haber hecho mejor fue tener más complicidad con la gente de Chile Vamos, eso fue un error. Debió haber socializado lo que iba a decir, el proyecto, antes de mandarlo", comentó el senador Manuel José Ossandón (RN) sobre Monckeberg.

La discusión del 4%

El otro flanco que se abrió para Monckeberg fue la advertencia sobre la reforma a las pensiones que hizo Desbordes hoy. Esta tiene que ver que si se obliga a los trabajadores independientes -incluyendo aquellos que emiten boletas a honorarios y prestan servicios en el sistema público- a costear de manera obligatoria y de sus bolsillos el 4% adicional. 

Hoy, en Radio Pauta, Monckeberg consultado sobre quién costeará el 4% adicional, contestó: "El trabajador independiente no tiene empleador, no tiene relación laboral. Es un trabajador que respecto de todas sus cotizaciones él es el que se cotiza".

El ministro Gonzalo Blumel también fue consultado por las declaraciones del timonel de RN, pero evitó profundizar en los cuestionamientos de Mario Desbordes.

"Hay hartos temas que están, que son parte del debate. Nosotros esperamos que esta semana termine la tramitación de la reforma tributaria en la comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, que la próxima semana se vote y se apruebe en la Cámara de Diputados. E, inmediatamente, vamos a iniciar la discusión de la reforma previsional para que sea aprobada por la comisión de Hacienda y por la sala de la Cámara de Diputados. Y, obviamente, ese y otros temas es parte de la discusión que vamos a tener", sostuvo el secretario Estado.

En tanto, hoy en la mañana, las declaraciones del ministro del Interior, Andrés Chadwick, contratastaron con lo planteado por el titular de Trabajo.

"Es una propuesta que como gobierno la analizamos, pero es una propuesta. Así que estamos en la etapa de sacar adelante la reforma previsional. Es muy importante poder avanzar en ella. Queremos, y ese es el llamado que hacemos, a que a partir del 1 de enero los pensionados de nuestro país puedan recibir el aumento de las pensiones que ha propuesto el gobierno y para eso tenemos que avanzar y las distintas ideas que se están proponiendo obviamente que se evalúan", comentó Chadwick.

La relación de Piñera y Monckeberg

La relación de Piñera y Monckeberg ha pasado por altos y muy bajos. El ministro es sobrino de Pedro Pablo Díaz, uno de los más antiguos y leales amigos del Presidente (léase Caso Piñeragate), pero eso no siempre ha sido garantía de fidelidad total.

Sobre todo, en el período en que el mandatario presidió RN (2001-2005), cuando amenazaba constantemente con disputarle al entonces favorito Joaquín Lavín su "mejor derecho" a ser nuevamente candidato de la derecha, después de la apretada derrota de éste ante Ricardo Lagos. El UDI tenía entonces amplias redes entre alcaldes y diputados RN, conocidos como los "lavinistas", que bloqueaban los avances de Piñera.

En ese grupo estaban el entonces senador Sergio Romero, y varios de quienes por esos días eran diputados, como Lily Pérez, el hoy subsecretario Alfonso Vargas y el mismo Monckeberg. Cuando éste ganó su diputación el 2001, el presidente UDI Pablo Longueira aprovechó rápidamente de llamarlo y felicitarlo, aprovechando la carencia de esa habilidad blanda de Piñera. Eso, y la popularidad de Lavín, dejaron al diputado de su lado.

La disputa interna en RN entre "piñeristas" y "lavinistas" se exacerbaba cada vez que las relaciones de ambos o de Piñera-Longueira entraban en crisis: hubo revueltas entre los diputados y Piñera más de una vez se molestó al contar a Monckeberg entre sus "quintacolumnistas". El Caso Spiniak llevó el conflicto a niveles casi insalvables, y el 2005 Lavín le pidió a Piñera y Longueira que dejaran las presidencias de ambos partidos.

Longueira accedió de mala gana. Piñera intentó atrincherarse en la sede de RN, pero finalmente aceptó y dejó el cargo (aunque no la lucha por la candidatura). La noche en que se retiró de la sede del partido, ésta hervía de furibundos adherentes suyos: cuando luego vieron retirarse a Monckeberg, la emprendieron contra él lanzándole monedas.

La relación de ambos se recompuso con el tiempo y a medida que Piñera fue ganando preeminencia y logró asegurar su candidatura única el 2009.

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