Luis Benavente, director de Vox Populi: “Pedro Castillo tiene desafíos inmediatos de gobernabilidad y de manejo de la economía”

Pedro Castillo saluda a su llegada al ministro de Relaciones Exteriores, en el Palacio de Torre Tagle, antes de la ceremonia de cambio de mando en Lima. Foto: AFP

Para el analista político peruano, el nuevo mandatario tiene que hacer frente a un Congreso de oposición y un partido oficialista, Perú Libre, "con un jefe que le exige posturas radicales”. "La Asamblea Constituyente es un tema que divide al país", señala Benavente sobre una de las propuestas de campaña de Castillo. "En este momento no creo que sea una prioridad", agrega.


Pedro Castillo juró hoy como nuevo Presidente de Perú, día que se conmemora el Bicentenario de la Independencia. Sin embargo, el equipo del profesor de izquierda tomó la decisión de posponer hasta el viernes la juramentación del gabinete de ministros programada para esta tarde en el Gran Teatro Nacional, debido a que no han terminado de conformarlo. En tanto, se informó que el presidente del Consejo de Ministros será investido mañana en Ayacucho.

En su primer mensaje a la nación como mandatario, Castillo dijo que “esta vez un gobierno del pueblo ha llegado a gobernar para el pueblo”, luego de comenzar sus palabras saludando “a mis hermanos ronderos, a mis hermanos quechuas, a los aimaras”.

En conversación con La Tercera, el analista político peruano y director ejecutivo de la encuestadora Vox Populi, Luis Benavente, analiza los desafíos y las tensiones que el nuevo mandatario enfrenta con su partido, Perú Libre.

¿Con qué desafíos inmediatos llega Pedro Castillo a la presidencia?

Castillo tiene muchos desafíos inmediatos y son muy grandes, muy fuertes. Primero, creo que es el tema de la gobernabilidad. De momento, tiene un Congreso de oposición, la mesa el Congreso elegida hace dos días está en manos de la oposición, lo cual conduce a un equilibrio de poderes. Pero, por un lado, tiene una mesa directiva de oposición, un Congreso de oposición y, por otro lado, tiene un partido radicalizado, con un jefe partidario, Vladimir Cerrón, que le exige posturas radicales. Entonces, ahí está el gran desafío, esperamos que tengan la capacidad de lograr un equilibrio en este sentido. Luego vienen otros temas fundamentales, como la pandemia, que es un tema tremendo en Perú, que es el país con más muertes por millón en el mundo, pero tiene 200 mil muertos reconocidos oficialmente. Otro tema de desafío es la crisis económica precisamente desatada por el impacto de la pandemia. Perú tiene un crecimiento menor en los últimos años respecto de la década pasada, pero aun así tenía un crecimiento que está entre los más altos de América Latina. La pandemia ha golpeado muy fuerte, el año pasado la caída del PIB fue del 11% y han caído el empleo y el trabajo informal de manera muy fuerte, ahí un desafío que va a ser difícil si es que no desarrolla incentivos a la inversión y a la estabilidad económica. Cuando él tenía la posibilidad de ganar la segunda vuelta el dólar subió mucho, la Bolsa de Valores cayó y el riesgo país aumentó. En resumen, desafíos de gobernabilidad, del manejo de la pandemia y de la crisis económica y del empleo.

Pedro Castillo llega a la Cancillería antes de acudir al Congreso para su juramentación, el día de su toma de posesión en Lima. Foto: AP

Castillo asume con una mesa opositora a cargo del Congreso y con el respaldo de Perú Libre, que solo cuenta con 37 escaños. ¿Cuán complejo se avizora el desafío de la gobernabilidad que menciona?

Por un lado, Castillo tiene un Congreso de oposición y, por otro lado, tiene un partido radicalizado en la izquierda, un partido marxista-leninista, muy ortodoxo. No es precisamente un partido de una izquierda moderna y eso se va a definir en estos días. El primer gabinete ministerial dará una pauta, de acuerdo con los integrantes, del camino que tome Castillo. El discurso de investidura al asumir el mando el día de hoy en el Congreso también contiene mensajes muy claros respecto de sus líneas políticas.

Durante su campaña Castillo dijo que una de sus primeras medidas sería pedir al Congreso la convocatoria a una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Constitución. ¿Este tema puede complicar su gestión?

La Asamblea Constituyente es un tema que divide al país. En este momento no creo que sea una prioridad, dado que hay una crisis muy profunda en lo político, económico y sanitario, pero si hay una insistencia de Asamblea Constituyente no va a encontrar mayoría en el Congreso. De tal manera que va a tener una dificultad y posiblemente una derrota política. Vamos a ver ahora que Castillo se ponga a prueba políticamente, cómo maneja las cosas, cómo satisface los ofrecimientos que hizo en campaña en una realidad que no es color de rosas para él.

Pedro Castillo saluda junto a su vicepresidenta Dina Boluarte luego de recibir las credenciales de parte de la autoridad electoral, en Lima. Foto: Reuters

En las últimas semanas se han observado desacuerdos entre Castillo y el líder de Perú Libre, Vladímir Cerrón. ¿Esas diferencias pueden agudizarse? ¿Cómo pueden afectar al gobierno?

Sí ha habido desacuerdos entre Cerrón, el presidente del partido, y Castillo, pero también ha habido muchas señales de acercamiento. En política muchas veces los desacuerdos no son reales, son puestas en escena para satisfacer a los ciudadanos. En cualquier caso, las posturas de Cerrón llevan a un gobierno radical que no podría darse, porque el Congreso no está en esa línea, el Congreso es de oposición, entonces Castillo requiere buscar un equilibrio. Castillo y Cerrón van a tener que ponerse de acuerdo en fórmulas intermedias, porque si quieren poner un programa de gobierno radical de izquierda en lo económico o cosas que lleven al recorte de libertades va haber una reacción muy fuerte en Perú y no solo de parte del Congreso, y eso aseguraría ingobernabilidad, inestabilidad y que continúe el caos político que se ha dado en los últimos cinco años.

Con un país tan polarizado tras las elecciones, ¿qué rol podría jugar el fujimorismo ahora?

En este escenario polarizado el fujimorismo ha dado una muestra favorable o algunas muestras favorables. Primero, Keiko Fujimori a regañadientes ha reconocido el triunfo de Castillo. Creo que eso es algo favorable. En segundo lugar, el fujimorismo ha declinado participar en la mesa directiva del Congreso en una fórmula multipartidaria que finalmente ha ganado la presidencia del Congreso y que la pone en manos de la oposición, y eso ha sido facilitado porque el fujimorismo no ha pedido una cuota de participación en esa mesa directiva. Estas dos señales podrían indicarnos que el fujimorismo y Keiko Fujimori esta vez van a ser más prudentes. En todo caso, eso es lo que esperaría el Perú, dado que Keiko al no aceptar la derrota de 2016 ante (Pedro Pablo) Kuczynski su reacción fue hacerle la vida imposible y no parar hasta que Kuczynski tuvo que renunciar, y por eso es sindicada como la gran responsable del caos político que vivió el país en los últimos cinco años. Por otro lado, está muy debilitada, porque hay sobre ella una acción judicial, ha tenido ya un tiempo de prisión preventiva, fue liberada el año pasado, pero el juicio está pendiente y corre el riesgo de volver a la cárcel. Keiko estaba entre la presidencia y el presidio, un dilema un poco complicado para ella.

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