¿Remando al revés? El giro de Boris Johnson en combate al coronavirus

El primer ministro británico, Boris Johnson, habla durante una conferencia de prensa sobre la situación actual con la enfermedad por coronavirus, en Londres, 16 de marzo.

El primer ministro británico decretó en primera instancia políticas de mitigación en vez de medidas de supresión como sus países vecinos. Sin embargo, ante las crecientes críticas de expertos, Johnson tuvo que cambiar de plan, aunque sin decretar estado de emergencia aún.


Con un modelo de mitigación pero no de supresión, el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, busca hacer frente a la pandemia del coronavirus, que tiene a otros países de Europa con drásticas medidas de aislamiento social. Sin embargo, días después el premier conservador tuvo que dar un giro en su estrategia, tras las duras críticas de expertos. Hasta hoy, Reino Unido sumaba 1.553 casos de coronavirus, 56 fallecidos y 53 recuperados.

Estas políticas de mitigación, anunciadas la semana pasada por Johnson, incluyen el aislamiento domiciliario de casos sospechosos, el distanciamiento social de ancianos y personas con un riesgo mayor de contraer enfermedades graves. Al mismo tiempo, las familias serían puestas en cuarentena si un miembro tenía tos. Sin embargo, dentro de sus medidas no se contemplaba el cierre de colegios, ni la cancelación en el corto plazo de reuniones masivas. De hecho, los expertos que acompañaron al primer ministro en su conferencia de prensa el jueves pasado, insistieron en que las personas tenían más probabilidades de propagar el virus viendo fútbol en un pub que en un partido al aire libre.

Inmunidad de grupo

El gobierno británico se apoyó en la idea de que más de la mitad de los habitantes de Reino Unido inevitablemente serán receptores del virus. Así, se estimó que el 60% que se infectara serían jóvenes y personas saludables que podrían superar la enfermedad sin problema, mientras los ancianos y los más vulnerables deberían permanecer encerrados en sus casas hasta que se desarrolle la “inmunidad de grupo” y el virus muera.

“Nuestra meta es intentar reducir el peak (de la epidemia), no suprimirlo por completo”, señaló el director científico del gobierno británico, Patrick Vallance. “Y como la mayoría de la gente desarrolla una enfermedad leve, podremos desarrollar así una especie de inmunidad de grupo, de manera que más gente sea inmune a la enfermedad y podamos reducir la transmisión, al mismo tiempo que protegemos a los más vulnerables. Estas son las cosas que necesitamos hacer”, declaró.

Sin embargo, esta estrategia no tardó en recibir duras críticas de decenas de expertos, que cuestionaron la eficacia de las medidas del gobierno británico, que diferían profundamente de las drásticas acciones de sus países vecinos.

“Jugando a la ruleta”

El editor en jefe de la revista científica The Lancet, Richard Horton, dijo que el gobierno estaba “jugando a la ruleta con el público”, mientras que Jeremy Hunt, exsecretario de Salud, señaló que la decisión de retrasar la cancelación de grandes reuniones fue “sorprendente y preocupante”.

Lo que generó que Johnson echara pie atrás en su estrategia inicial fue el informe del Imperial College, publicado el lunes, que indicaba que las medidas iniciales de Reino Unido eran de “mitigación”, por la cual se retrasaría, pero no necesariamente detendría la propagación de la enfermedad. Aquello provocaría la muerte de hasta 250.000 personas.

Los investigadores argumentaron que Reino Unido no tenía la capacidad de hacer frente a un brote de ese nivel, puesto que los datos en Italia mostraron que la demanda de unidades de cuidados intensivos entre los hospitalizados fue mucho mayor de lo que inicialmente se creía.

Evitar el “contacto no esencial”

Ante la advertencia de que el método de “inmunidad en grupo” no sería suficiente, Boris Johnson decidió botar su estrategia inicial y llamó a la población a evitar todo “contacto no esencial” y los “viajes innecesarios”, realizando tele trabajo y absteniéndose de ir a bares, restaurantes, teatros y otros lugares.

Eso sí, hasta ahora el gobierno no ha decretado estado de emergencia y los colegios continuaban abiertos. “Somos una democracia madura, adulta y liberal, en la que la gente entiende muy claramente las recomendaciones que le damos”, indicó el premier.

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