Víctor Ramos y conformación de la Comisión por la Paz y el Entendimiento: “Hemos hecho distintas propuestas, pero los nombres los define el Presidente”

El encargado del Plan Buen Vivir aborda el retraso que ha enfrentado una de las comisiones que el propio Presidente Boric mandató para resolver el conflicto histórico en materia de restitución de tierras. Pese a que a cinco meses del anuncio oficial aún no se ha constituido el espacio, Ramos afirma que ya se han barajado los actores que integrarán el espacio de diálogo, quienes van desde el mundo político, empresarios y la propia comunidad mapuche.


La noche de este martes, diputados por la Región de La Araucanía sostuvieron una reunión con el Presidente Gabriel Boric en el Palacio de Cerro Castillo, en Valparaíso. ¿La razón? Poder abordar el estado de violencia en la Macrozona Sur que viene azotando al sector durante las últimas semanas, además de informar sobre los nuevos lineamientos del Plan Buen Vivir, que hoy depende de la Secretaría General de la República, y que tiene por objetivo el lanzamiento de la Comisión por la Paz y el Entendimiento, anunciado en noviembre de 2022 por el Presidente, para así abordar las demandas de restitución de tierras de la comunidad mapuche.

Hoy el plan presenta retrasos que han incomodado a sectores de la oposición por la “falta de información” que se tiene sobre la comisión, a cinco meses de su anuncio. En conversación con La Tercera PM, el encargado del Plan Buen Vivir y jefe de la Comisión por la Paz, Víctor Ramos, detalló los principales ejes del proyecto que busca hacer frente a un conflicto histórico que, afirma, “el gobierno no ha logrado resolver”.

¿Dentro de qué marco se presenta esta Comisión por la Paz y el Entendimiento?

El gobierno siempre ha señalado tres estrategias. Por un lado, la seguridad; por el otr, la inversión, y el rezago histórico que confluye en este lugar. Pero también se requería hacernos cargo de la arista histórica y política, y esta comisión da cuenta de poder completar este marco. Es una comisión que tiene que quedar al margen de la coyuntura nacional y lo que pasa día a día. Nosotros hemos hecho un trabajo bien importante para demostrar que esto no se trata solo del gobierno, sino de todo el arco político y social que suscribe a un espacio que tiene que permanecer donde sus soluciones y propuestas deben prevalecer más allá de este gobierno. Esta incluso ha sido la manera en que otros países han resuelto este problema y por eso hemos buscado a nivel internacional las mejores fórmulas que han dado efecto y han producido un resultado concreto en materia de restitución de tierras.

¿Cuál es el objetivo concreto de este espacio?

Es contar con un espacio institucional que pueda liderar un proceso de diálogo político para ir encontrando soluciones a un conflicto que se arrastra durante tanto tiempo, como lo es el problema en particular de la tierra. También lo ha sido la construcción de una vía política de negociación de alto nivel de Estado que incluye todo el arco político; expresiones del pueblo mapuche y liderazgos regionales para que podamos por fin tener un lugar para encontrar una salida en conjunto a un problema que se viene arrastrando hace más de un siglo y que no hemos logrado resolver. Eso sí, tenemos claro que este es un tema que no se resolverá mañana ni pasado ni la próxima semana. Los problemas van a seguir ahí siempre, durante un buen tiempo, a la vuelta de la esquina. Pero no por eso podemos inhibirnos a pensar en largo plazo.

¿Qué actores integrarán la comisión y por medio de qué mecanismos serán escogidos?

En cuanto a la elección de los nombres, eso lo define el Presidente. Nosotros hemos hecho distintas propuestas, pero él tendrá que tomar una definición final. Nosotros hemos hecho un diálogo transversal con todo el mundo: empresarios, comunidades, fuerzas políticas, actores de la sociedad civil, actuales líderes de la agenda indígena, Conadi, etc. Y creo que hay un set de nombres que atraviesan los distintos gobiernos que han hecho esfuerzos previos. Ese es un criterio fundamental y parte de las condiciones de éxito que tuvieron otras comisiones a nivel internacional, donde un gobierno fue capaz de formar una comisión incorporando la visión de sus opositores políticos. Ahí está la clave en la cual nosotros hemos apostado con fuerza.

Pero al mismo tiempo, liderazgos del mundo mapuche reconocidos por haber tenido una larga trayectoria del área indígena, de la articulación y negociación política. Eso va a ser clave para definir como Estado cuáles son las posibilidades que tiene para responder a esta demanda histórica y, por otro lado, quiénes van a ser interlocutores válidos para notificar a esos territorios. El mundo mapuche es muy diverso, no vamos a tener nunca un solo representante, pero sí hay gente que conoce y comprende muy bien cómo se pueden introducir esos diálogos. Lo mismo del mundo empresarial regional, que va a estar muy preocupado y va a querer tener incidencia.

Desde el mundo político se comenta que Luis Mayol y Alfredo Moreno estarían dentro de los posibles integrantes. ¿Es así?

Los nombres de comisionados y comisionadas los anunciará el Presidente de la República.

¿Se tiene un número de cuántas personas integrarán la comisión?

Sí. Ese es otro criterio que también hemos planteado. Es importante tener una comisión no tan amplia, porque se puede generar un proceso más de bancadas y difícil de llegar a acuerdos. Nos hemos movido siempre en el margen de los siete o cinco nombres. Eso va a depender de lo que defina Presidencia.

Durante la reunión que se realizó ayer en Cerro Castillo, donde asistió el Presidente Boric y parlamentarios, ¿se explicó si la comisión buscará ser un espacio autónomo o dependerá de una secretaría en específico?

El diseño planteado es que el gobierno pueda contribuir con una secretaría ejecutiva. Es muy difícil que esta comisión se maneje sola, porque no solo funcionará en materia de recomendaciones, sino también con la recopilación de antecedentes, con informes y propuestas de Estado. Por lo tanto, tiene que tener conexión con el Ejecutivo.

¿Esta funcionará específicamente en la Macrozona Sur o tendrá también sede en el Ejecutivo?

Al ser comisión de Estado tendrá que ser capaz de estar en todos los lugares que se necesite. Y eso implica el lugar donde se concentra el poder, pero también en las cuatro regiones donde tenemos los diferentes expresiones de títulos de tierra que en su momento el propio estado entregó y que atraviesan de Biobío hasta Los Lagos.

En su momento el Presidente anunció que esta comisión comenzaría en marzo y tendría duración de dos años. Pero ya estamos en mayo y aún no comienza. ¿A qué se debe el retraso?

Creo que hay que poner en perspectiva el tiempo: qué vamos a definir por retraso cuando estamos hablando de un problema que se arrastra por más de un siglo y que llevamos, por lo menos, tres décadas sufriéndolo. Creo que un mes, dos meses no es significativo para la envergadura de la tarea que estamos llevando. No hemos querido lanzar esta comisión en un ambiente donde había un gobierno que estaba completamente volcado a la emergencia de los incendios. Luego de eso se nos citó en abril y ya en ese mes estábamos muy encima de las elecciones y el ambiente tampoco estaba para producir una comisión de Estado con todo el entusiamo con el que todos los actores políticos pueden contribuir a votar.

Pero la comisión hoy presenta avances. Hace solo unas semanas la ministra del Interior confirmó que esta “aún estaba en pañales”...

Ella se refería a que la comisión sigue en pañales porque aún no la constituimos, no la anunciamos. Pero ya está todo preparado para poder constituirla. Ella lo hablaba en una perspectiva de tiempo de que tenemos que hacer los diálogos territoriales, hacer un informe de calificación de lo que vamos a recoger durante ese proceso, que el informe esperamos que lo hagan expertos que lo puedan entregar a los comisionados presidenciales y sean estos quienes zanjen los diferentes mecanismos que pueden surgir de este proceso. Esperamos que estos no solo puedan ser temas de tierra, y al mismo tiempo plantearle al Estado cuál es la envergadura de la reparación que tenemos que lograr.

¿En qué fecha se busca lanzar la comisión?

Mis ganas son de que se pueda constituir lo antes posible. Están todas las condiciones para hacerlo. No podría dar una fecha, porque supera mis competencias. Pero hemos estado tranquilos con el tema de los plazos. Sé que para los diferentes actores es un tema. Si bien nos interesa cumplir con los compromisos que hacemos, también tenemos que ponderar que la envergadura y la tarea que tiene esta comisión es de un calado tan profundo que estamos tranquilos de que lo podamos lanzar durante este tiempo y cumplir con el mandato de contar con un informe de recomendación final para el Presidente para implementar los acuerdos a fines de 2024 y enero de 2025.

Uno de los puntos relevantes de esta comisión sería avanzar en la restitución de tierras mapuches en la zona. Hasta la fecha, ¿hay un catastro creado?

No. Precisamente uno de los tres objetivos que explicaba la ministra Tohá es que para tranquilidad de todos los actores y también como una lectura completa, esto no es de diagnóstico, sino de acción. Una de las tres acciones que el mundo viene demandando hace tiempo es tener un primer catastro dentro de lo que es la Ley Indígena y complementar esto con aquellas demandas que puedan estar por fuera de esta ley. Y ahí hay un segundo momento de catastro y registro de a cuánto asciende ese tipo de demanda. La cantidad de carga se conocerá una vez que echemos a andar todo este procedimiento.

¿Cómo se han desarrollado las conversaciones con las comunidades mapuches?

Nosotros hemos establecido diálogos desde Conadi con las diferentes mesas territoriales que tienen ellos a lo largo del Biobío al sur. Hemos estado generando diálogos a través del Plan Buen Vivir también y lo hemos dicho: el Estado tiene disposición y al parecer todo el arco político también tiene disposición, pero eso implica negociación y renunciar a que no se puede obtener todo lo que se está demandando y eso implica sentarse, dialogar y llegar a acuerdos, y en eso hemos encontrado una muy buena disposición de todas las comunidades que llevan tantos años esperando.

Dado el problema de seguridad, ¿esta instancia puede servir para abordar esa materia o contribuir de alguna manera a la pacificación de la zona?

Me siento incapaz de poder predecir algo como eso. Es tan complejo el escenario allá. Hay tan poca confianza muchas veces en esto, que eso sería más bien una esperanza y un anhelo que una apuesta que yo podría hacer.

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