Ambiciosa Verónica
El Parque Forestal y el Museo de Bellas Artes son los íconos que la diseñadora Verónica Posada eligió para mirar cada día. Un par de años en el extranjero la devolvieron con más amor por el centro, con más admiración por sus calles, y un edificio de los años 50 dio el toque de gracia para cumplir con todas y cada una de sus aspiraciones.


La diseñadora Verónica Posada vivió tres años fuera de Chile. Recorrió calles y vivió el cotidiano de ciudades como Milán, Nueva York y Barcelona perfeccionando su carrera de diseño industrial y trabajando para destacadas oficinas de arquitectura, como la neoyorquina Gtects. Regresó a Santiago y se reencontró, por supuesto, con una ciudad más apretada, menos cosmopolita, pero el lugar donde Verónica proyectaba realizar un emprendimiento propio. Se demoró poco en crear Si Studio (sistudio.cl), asimilando toda esa experiencia y conocimientos que adquirió como 'extranjera'.
Este departamento de 200 m², remodelado por el arquitecto Ricardo Posada, es parte de un antiguo edificio de los 50, proyectado por los arquitectos Juan Echenique y José Cruz.
Sumando a su regreso los planes de independencia, la diseñadora tenía además la aspiración de, al menos en una pequeña escala, recrear el modo en que había pasado sus días afuera. Nada de sencillo esto de encontrar un lugar donde vivir, menos concretar la idea de despertar cada mañana en un 'barrio especial', urbano, pero con tradición, historia y elegancia. Verónica, ambiciosa y afortunada, encontró que sus pretensiones estaban en el Forestal y el centro.
En breve tiempo ya estaba instalada junto a su marido en un departamento en Ismael Valdés Vergara, frente a las copas de históricos árboles y en torno a un pequeño mundo de diseño, que ella misma se encargó de armar.
La cocina, de 8 metros de largo, se diseñó para estar y reunir mediante un comedor de diario que antecede una gran pizarra pensada para escribir principalmente temas de fútbol.
"Buscaba el privilegio de tener mucha diversidad en tan pocas cuadras, caminar, mirar el parque al frente mío como si fuera el patio de mi casa y abrir un ojo cada mañana para enfrentarme a una milenaria araucaria", dice.
Confiesa que siempre que necesita hacer un trámite rápido se propone tomar un camino diferente para descubrir algo nuevo en este sector, como parte de su objetivo de recorrer, explorar y conocer al máximo el centro de Santiago. "Voy siempre a Rosas, a La Vega a comprar fruta y a Independencia en busca de materiales", comenta.

Una lámpara de Marcel Wanders, una silla de François Azambourg y un móvil de Clara von Zweigbergk, son algunos de los destacados elementos de diseño que tienen presencia en este departamento ubicado frente al Parque Forestal.
Con este panorama e inspiración de fondo inició su su 'refugio' de diseño, no solo por el hecho de que en este lugar trabaja a diario junto a su equipo creando nuevos modelos de lámparas Origami Hunter y maceteros de fieltro -dos íconos de su autoría- sino además por la decoración de su departamento, un verdadero showroom de objetos de colección.
Desde Cappellini a Marimekko o Droog Design, pasando por exclusivas piezas de tiendas santiaguinas como Santiago Milán y Metro Cuadrado, la colección de Verónica se despliega con libertad y cierta austeridad en los 200 m² que conforman este departamento.
Modular y básico, el sofá del living se coplementó con colores potentes en los cojines, logrando un área demarcada y separada del comedor. Es precisamente la funcionalidad de esta pieza clave, la que consigue independencia entre ambos sectores.
"La forma como ambiento mi casa coincide con la manera en que trabajo", cuenta la diseñadora, puntualizando que es la iluminación otro tema vital para lograr que cada pieza se luzca por sí sola. Para ahorrar energía, decidió cambiar los artefactos tradicionales por iluminación led; Tienda Energía la asesoró en este tema.
INSPIRACIÓN
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