Su envidiable ubicación, mirando en primera fila las copas de los árboles del cerro, la cautivó por completo a la dueña de casa. Fue tal su obsesión que lo esperó tranquilamente por variosmeses hasta que los antiguos moradores se fueron. La convencieron sus medidas generosas, la terraza -que literalmente limita con el cerro- y lo principal: el barrio Bellas Artes, donde todo está a mano y todos se conocen.

Las modificaciones que le hizo parecen hoy una anécdota, porque estaba en muy buenas condiciones. “Sólo cambié detalles como las manillas, barnicé las puertas, pinté las paredes y vitrifiqué el piso”, explica la publicista y Dj Paola Benavides. De ahí en adelante sólo ha sido disfrutar de sus comodidades, como la cocina -que es por excelencia el lugar de reunión-, donde se concentran todas las actividades. Al llegar los primeros días de la primavera, la actividad se desplaza inmediatamente a la terraza. Ahí pasa de todo: fiestas, asados, almuerzos y comidas eternas. En definitiva, la vida misma. Lo que no es una anécdota es el cañonazo de las 12. Estuvimos ahí cuando marcó puntualmente elmediodía. Suena y lo hacemuy fuerte, retumba todo y se paraliza el corazón. Como dice la propietaria “¡Siempre me sorprende!” e ironiza que muchas veces se imagina que va a entrar el hombre bala a su cocina. Pero al fin y al cabo ésta es otra cualidad del lugar y su entorno, y a Paola le encanta.

Sumado al estilo del departamento y el de su dueña, otra de las gracias es cómo ha dispuesto de todo en su interior. Su apuesta fue por no tener cosas de gran valor porque siempre ha llevado una vida muy nómade, y aunque parezca insistente, lo verde del cerro se roba todas las miradas. El living y comedor comparten un gran ambiente con vista hacia la terraza, sin cortinas, al igual que el resto de los espacios, así todo traspasa, se ven las horas del día y el cerro se porta como un invitado más.

• El rojo marca la pauta en la decoración, combinándose sobriamente con la arquitectura y estilo, propios del departamento.
• Al salir del ascensor, hay un pequeño recibidor que se decoró con una antigua silla y un cuadro de Rodolfo Edwards. La bicicleta de paseo que Paola usa diariamente para sus recorridos por las calles del barrio espera en el mismo lugar.