Econciencia: Construcción en madera
Semana del 10 al 16 de noviembre de 2012


Una de las mejores maneras de ahorrar energía es poner aislación térmica en toda la envoltente de la construcción. Esta se puede ubicar por el interior, el exterior, en el medio o que el mismo material en sí sea la aislación; como es el caso de algunos bloques constructivos (adobe, fardos, poliestireno expandido, hormigón celular, entre otros) y la madera. Todas son buenas posibilidades, todo depende de los costos y terminado final deseado. Ideal sería si el material cumpliese varias funciones a la vez, como que sea estructura, terminación, aislación, no produzca puentes térmicos, permita facilidad de construcción, prefabricable, desmontable y sea aislación térmica; además que su producción sea amigable con el medioambiente y biodegradable. Diría que el único material que cumple todo lo anterior es la madera.
Los inconvenientes (más que nada sustos por desconocimiento) en principio son: las termitas, los incendios, los rayos UV, la pudrición, la duración y la reventa (por las dudas con respecto a lo anterior). En la antigüedad todo estaba resuelto por la excelente calidad de sus maderas y carpintería de la época. Hoy en día está prohibido por regulaciones de conservación la explotación de estas maderas nobles (entre ellas: luma, alerce, raulí, coigüe, ciprés), que son de muy lento crecimiento, y con ello su recuperación es impracticable a mediano plazo. Ahora bien, hay gente que se las arregla para burlar la ley y el sentido común. Nefasto.
Es por esto que la alternativa del pino radiata, el típico que se encuentra en barracas y distribuidoras de madera, es la especie más empleada en la construcción. Crece muy rápido, por ello no es tan dura, es fácil de explotar y trabajar. Hay que tener mucho cuidado con su sobreplantación, pues esta especie trae problemas a la flora y fauna locales: debe controlarse y respetarse su producción, así como también exigirse calidad de ella (humedad, corte, cantidad de nudos y otros).
Para mayor seguridad, esta madera no debe topar con el terreno (usar pisos o apoyos de hormigón, por ejemplo), debería ser tratada contra la humedad y termitas, por el interior revestida con planchas de yeso-cartón (excelente protección contra incendios) y por el exterior con fibrocemento u otros como plásticos y/o enchapes de diversos tipos (para protección contra lluvias y UV). Así, más bien se hablaría de una construcción de estructura soportante en madera, que es lo que se hace finalmente en muchos países desarrollados.
Otras ventajas que tienen estas construcciones es que pagan mucho menos contribuciones o impuestos, son fáciles de modificar o ampliar, resisten los temblores fácilmente (en realidad todas resisten los sismos, pero en las de madera se logra con menos costos y complicaciones) y son muy ahorrativas de energía. Si son más acogedoras o no, dependerá de su diseño más que nada.
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