Los Parques Nacionales y los Santuarios de la Naturaleza son parte del patrimonio de un país y el cuidado de especies naturales y animales es igual de importante que hitos históricos o culturales. Así reza el derecho respecto a los Santuarios de la Naturaleza, legislación establecida en Chile en 1970 con la ley 17.288 de Monumentos Nacionales. Ésta consagra los  "sitios terrestres o marinos que ofrezcan posibilidades especiales para estudios e investigaciones geológicas, paleontológicas, zoológicas, botánicas o de ecología, o que posean formaciones naturales, cuya conservación sea de interés para la ciencia o para el Estado".

No sólo en Chile, sino también a nivel internacional hay definiciones respecto a que el patrimonio cultural y natural son parte de una herencia armónica. La UNESCO adoptó esta visión integrada al aprobar la Convención del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural en 1972. En esa línea, prohibir la construcción de una termoeléctricaleáse Castilla- en una zona de gran importancia en cuanto a la biodiversidad y fenómenos únicos como el desierto florido, no hace más que tener sentido.

Sobre el rol protector del Estado hacia estos sitios, el Secretario Ejecutivo del Consejo de Monumentos Nacionales, Óscar Acuña, explicó que "el patrimonio cultural está profundamente ligado al natural. Sin el patrimonio natural muchas de las vivencias de nuestra cultura no se entenderían o simplemente no existirían". También recordó la importancia de las áreas naturales costeras durante el pasado terremoto y maremoto, en que muchas de ellas funcionaron como verdaderos amortiguadores ante el tsunami.

El Consejo de Monumentos Nacionales lanzó hace unas semanas el libro Santuario de la Naturaleza de Chile, con fotografías de Augusto Domínguez e información oficial de todos los monumentos declarados desde 1970 a la fecha. Esto, porque es aquella entidad la que ha estado a cargo de esos santuarios desde hace 40 años. Muy pronto, su custodia pasará a manos del futuro Ministerio del Medioambiente.

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