BMW Serie 1: The One

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La nueva era del hatchback juvenil de la firma alemana llega con un cambio de diseño radical, la incorporación de variantes con tracción delantera y un despliegue de tecnología de alta gama pocas veces visto en este segmento. En su tercera generación, el BMW Serie 1 quiere seguir rompiendo los esquemas, despertando pasiones y atrayendo las miradas.




El origen del Serie 1 tiene algo de pasión y rebeldía, y como toda buena historia de origen, también tiene enemigos y detractores. Es que en el 2000, cuando BMW anunció su incursión en el segmento de los hatchbacks, muchos temieron que la marca perdiera su ADN premium y deportivo. Siempre están los escépticos y los pesimistas.

Fieles a su idea, cuatro años más tarde pusieron a la venta la primera generación del Serie 1, el más pequeño de sus modelos y, por lejos, uno de los más exitosos, con ventas que bordean los dos millones y medio de unidades en sus dos generaciones.

A 15 años de que el Serie 1 pusiera sus neumáticos sobre el asfalto por primera vez, viajamos a Múnich, el hogar y corazón de la firma alemana, para conocer a la esperada tercera generación, una que también llega entre críticas.

Justo fuera del hotel Andaz, lugar de moda por estos días, dos grandes "cajas" de cristal resguardan a las unidades que estamos por conocer. "No sé si me gusta tanto la grilla", se escucha decir a un colega, mientras rodeamos la instalación.

Es que no han sido pocos los detractores del nuevo estilo de diseño de la marca, más anguloso, contrastante, más dinámico y afilado, y que ha modificado nuevamente los riñones de la grilla frontal, emblema de los autos de la marca desde sus inicios.

"Lo difícil de crear una nueva generación de un ícono como este es mantener el ADN, pero al mismo tiempo hacer algo nuevo y radical, que exprese emoción", confiesa Sebastian Simm, encargado de diseño exterior del modelo, mientras miramos la parrilla de la discordia.

A simple vista, el nuevo Serie 1 se diferencia absolutamente de su antecesor, con voladizos más cortos, líneas dinámicas laterales que buscan hacer contrastar luces y sombras para una sensación de velocidad permanente y, por supuesto, una parrilla más grande, con un marco completo para ambos riñones y que en el caso de la variante M cambia las clásicas barras verticales por una malla tridimensional inspirada en los autos de carreras.

La misma deportividad y estilo se aplican en el rediseño del habitáculo, con una consola limpia, que integra luces ambientales con elementos cromados y materiales de alta calidad. No solo se trata de cambiar el estilo, aquí lo importante es la comodidad y recordar en todo momento que estamos a bordo de un BMW.

El cuadro de instrumentos completamente digital y una gran pantalla táctil con altísima conectividad dan la bienvenida a bordo del nuevo Serie 1. Pero, por lejos, lo mejor es el asistente de voz incorporado en esta tercera generación.

Es que la tecnología de los modelos de alta gama llegó con todo a este hatchback que ahora presume de un asistente de voz al que se le puede asignar un nombre personalizado y que funciona igual que Siri, Google o Alexa. Viene programado con respuestas para casi todas las preguntas, incluso la difícil ¿cuál es el sentido de la vida?

Si las ganas de conversar con el auto no son muchas, siempre se pueden usar los mandos del volante, la rueda táctil de la consola central o gestos para cambiar la música o subir el volumen (si se dibuja un círculo en el aire se sube o baja la intensidad).

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Dos motores bencineros y tres diésel componen la oferta inicial del nuevo Serie 1, pero la estrella es el bloque de dos litros TwinPower turbo de cuatro cilindros, un propulsor que tardó cinco años en su desarrollo y que es el gran orgullo de BMW, ya que es el más potente de la gama en el momento, entregando 306 caballos de fuerza y 450 Nm de torque máximo.

Gracias a la excelente gestión de la transmisión automática Steptronic Sport de ocho marchas de BMW y a la nueva arquitectura con tracción total inteligente xDrive (y nueva tracción delantera para otras variantes), el Serie 1 se siente más dinámico y aplomado que nunca, sobre todo la variante insignia M135i xDrive, que aceleramos y maniobramos por 120 kilómetros en los alrededores de Munich, solo para disfrutar de la precisión de su dirección deportiva y la celeridad de sus frenos M Sport.

"El mejor momento del desarrollo fue cuando el motor por fin fue montado en el auto y pudimos probarlo. Es un momento único, porque trabajas por años en algo que esperas sea realmente emocionante", destacó Stefan Ortmann, encargado del desarrollo de este nuevo propulsor, luego de contarnos sus características en una presentación interactiva.

El BMW Serie 1 de tercera generación sigue apuntando a los jóvenes de edad y de espíritu, ahora con más espacio para los pasajeros traseros (+33 mm), más anchura en los asientos delanteros (+42 mm) y un maletero 20 litros más grande (380 litros en total), porque el hecho de que sea un hatchback no quiere decir que haya que viajar apretados.

Y como la tecnología no solo se queda en el entretenimiento, también se incorporaron diversas ayudas de manejo, como permanencia en el carril y control crucero adaptativo, además de un novedoso asistente de reversa que "recuerda" los últimos 50 metros de maniobras y los replica en el sentido contrario para ayudar a estacionar el vehículo de manera más sencilla.

Esto, además del debutante ARB o “actuador de limitación de deslizamiento de la rueda contigua”, que permite controlar el desplazamiento de las ruedas de forma mucho más sensible y rápida. Manteniendo la radicalidad y la efervescencia que lo vio nacer en 2004, y con la misma pasión de siempre, el BMW Serie 1 se gana el título de divertido, emocionante... único. The one. MT

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