Hyundai i20: para vivir con estilo la ciudad

La tercera generación del Hyundai i20 quiere exhibir credenciales para dar la batalla en un segmento claramente a la baja. ¿La pregunta es cuánto hace Hyundai por revalidar al gremio? Testeamos la versión tope, equipada con caja manual de seis relaciones.




El Hyundai i20 es un modelo que inspira un reconocido respeto en los mercados europeos donde la marca participa y, en el fondo, no podría ser de otra forma si se piensa que es el vehículo que la firma coreana escogió en 2013 para enrolarse en la división mayor del Campeonato del Mundo de Rally. Alejado de aquel cierto glamour que genera el nombre en el Viejo Continente (ese modelo se produce en İzmit, Turquía), a Chile el Hyundai i20 llega con otro enfoque, con distinto origen y dimensiones y por supuesto en configuraciones particulares de equipamiento y seguridad. ¿Cómo anda en la práctica este ‘otro’ Hyundai i20?

Yendo por parte, el Hyundai i20 fabricado en India de algún modo anuncia su origen. ¿Por qué? Simplemente porque se trata de un hatchback ligeramente más corto (también más alto) respecto de su símil turco, cuestión que obedece a la legislación india que graba con mayores impuestos a los modelos que miden igual o más de cuatro metros de largo. Dicho eso, es evidente que esta versión también replica fielmente las líneas de diseño atrevidas que Hyundai ha utilizado en su nueva generación de automóviles, que ha denominado como ‘Sensuous Sportiness’.

Por delante, el Hyundai i20 exhibe una trompa relativamente corta y angulosa -con relieve central-, que crea un conjunto muy aerodinámico con la línea del parabrisas. La parrilla de tono negro brillante roba buena parte del protagonismo, al presentarse en formato de entramado tipo cascada de vistosos huecos, que, adicionalmente facilitan la refrigeración del motor. Más abajo, la zona de los neblineros se presenta en trazos triangulares, tanto para los apliqués negros que alojan las luces antiniebla redondas como las mismas luces con forma de equilátero que funcionan como faros DRL (Daylight Running Lamps). ¿Alguna crítica? Hay algo que destiñe notoriamente en este bonito conjunto, y es que poco juego hacen los faros principales halógenos. Por supuesto que el modelo europeo equipa luces full LED y por eso es inevitable que las comparaciones salgan a colación.

De costado, este compañero de base del sedán Accent y del SUV Venue replica esta ‘sensualidad deportiva’ que se deja sentir desde el capó, porque en la vista lateral se percibe una subida pronunciada de la línea de cintura. Tanto es así, que pese a que el modelo no llega a los cuatro metros de largo, la manilla de la puerta trasera está ubicada notoriamente más arriba que el tirador delantero. Las llantas son bicolor -gris y negro- de 16 pulgadas.

En la zaga es donde más se sufren los abaratamientos de costos. Y es algo de lo que personalmente me di cuenta en la calle, mucho antes de conducir el auto, un día cuando vi pasar un Hyundai i20 sin patente. ¿Por qué razón? Sin duda que lo más llamativo de la cara trasera es el diseño de los grupos ópticos, que tienen forma de boomerang, naciendo del costado, y que se unen por el ancho de todo el portalón con una banda negra ahumada donde va la H de Hyundai y una barra de luz roja que timbra el conjunto. Por supuesto todo esto fue pensado para lucir con tecnología LED, lo que aquí -en la versión testeada: MT Value- tampoco ocurre.

Puertas adentro, el hatchback asiático luce resuelto. Lleva el atractivo volante de cuatro radios propio Hyundai, que cuenta con mandos de audio integrados (pero que carece de ajuste en profundidad), mientras que el conjunto del tablero está muy pensado en la comodidad del conductor, ya que cuenta con una pantalla táctil compatible con Android Auto y Apple CarPlay de forma inalámbrica, que está incluso por sobre la línea del panel de instrumentos. Así resulta sencillo echar un vistazo flash sin bajar la mirada, por ejemplo, para chequear una dirección. Este display de 8″ tiene dos perillas y seis botones, de forma que resulta también fácil de manipular para los copilotos con aspiraciones de navegantes o de DJs. La instrumentación recrea dos grandes relojes: el velocímetro, de sentido horario, y el tacómetro, de manecilla antihoraria.

Más abajo, llaman la atención las salidas de aire del climatizador que aparecen fusionadas con un tablero que replica ese diseño de líneas horizontales. Esta misma temática se emplea en los paneles de ambas puertas delanteras. En la consola hay dos puertos de carga, uno que sirve como transferencia de datos al vehículo y uno pensado para el acompañante, que solo suministra energía. No hay carga inductiva.

Para las plazas traseras, el espacio es generoso y hay cargador USB, pero hay otra falencia, que, supongo, también se debe a su origen: el cinturón de seguridad del medio es solo de dos puntos, cuestión que evidentemente contraviene las recomendaciones de todos los organismos internacionales de seguridad, pero que todavía no choca con la atrasada normativa nacional. Punto menos.

Al volante, este auto de enfoque citadino se siente relativamente ágil de respuestas, aunque hay que ser diestro con el pie izquierdo y la mano derecha -valga la redundancia-, ya que como es de esperar en este tipo de vehículos de baja cilindrada (y sin turbo), presenta una relación de marchas muy corta, pensada sobre todo en la economía de combustible bajo el amparo de un contenido régimen de revoluciones. En subidas, eso sí, no hay más remedio que pisar y retrasar el paso de cambio, porque la entrega máxima de torque se encuentra a la altura de las 4.000 rpm.

En seguridad es tal vez el punto más flojo de este Hyundai i20 disponible en concesionarios locales. Resulta que si bien la versión Value equipa seis airbags (el Plus de base trae apenas los dos obligatorios) y discos de frenos en las cuatro ruedas (ventilados adelante y sólidos atrás), no tiene controles de estabilidad ni de tracción. Esto quiere decir que ante una maniobra de emergencia por evitar, por ejemplo, a un animal lo más probable es que se termine en una pérdida de control del vehículo, con sus consiguientes consecuencias. Al menos en ciudad, la dirección se muestra presta de reacciones.

En suma, este Hyundai i20 asoma como un producto que cumple en los apartados de diseño, de comodidad, conectividad y, a grandes rasgos, de equipamiento, aunque trastabilla en el que es a todas luces el punto más importante: el de la seguridad. Hyundai había dicho en marzo durante el lanzamiento local que muy posiblemente el hatchback i20 añadiría el control de estabilidad una vez que la versión con motor 1.0 litros turbo hiciera su estreno. Que así sea.

Ficha TécnicaHyundai i20 1.4 MT Value
Motor1.4 aspirado de cuatro cilindros
Potencia99 Hp
Torque133 Nm a 4.000 rpm
CajaMT6
Tracciónsimple delantera
Largo3.995 mm
Ancho1.775 mm
Alto1.505 mm
Distancia entre ejes2.580 mm
Maletero311 litros cúbicos
Estanque37 litros
Llantasaleación 16″
Neumáticos195/55 R16
Pantallatáctil de 8″
Airbagsseis
OrigenIndia
Precio versión testeada$ 13.340.000

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