Uno de los modelos que gozan de mayor éxito en Latinoamérica es el Volkswagen Gol. Pensado siempre como el hermano menor del Polo y enfocado a estudiantes, profesionales jóvenes o familias que buscan su primer auto, en nuestro país acaba de estrenar una renovación que le permitirá ser un actor a considerar, especialmente en aquellos que tomen en cuenta aspectos que van más allá de la estética o el precio.

Es que las variaciones con que podría cautivar este hatchback de cinco puertas no se aprecian a simple vista, de hecho, sus 3.899 mm de largo no lo hacen lucir como el modelo más moderno del segmento. Por el contrario, a pesar de los ajustes en el frontal, de la presencia de neblineros, del parachoques en el color de la carrocería o del spoiler trasero, el Gol sigue manteniendo una estética algo añosa en comparación con productos de origen europeo o coreano, aunque para ser justos, las llantas de 16'' de nuestra unidad de prueba sí le hacen ganar puntos.

Entonces, si tomamos en consideración el refrán popular de que "todo entra por la vista", ¿cómo podría salir airoso el Gol? La respuesta está en el interior, desde lo que se percibe a lo que esconde.

Ágil y seguro

Las virtudes del vehículo de entrada a Volkswagen en nuestro país siempre han pasado por la eficiencia y funcionalidad. En esta ocasión, esos conceptos se mantienen debido a que el modelo se mueve por el motor de 1.6 litros que desarrolla 101 caballos de fuerza. La osadía no es algo que esté presente en este motor, algo llamativo considerando que el grupo alemán es precisamente uno de los que más destacan por su innovación motriz. Pero siendo justos, aunque sea ultraconocido, se trata de un bloque fiable, que no tiene mayores complicaciones y que entrega la suficiente fuerza para movernos con soltura y agilidad, cualidades mínimas que debe tener un buen vehículo urbano. Además, se coordina de manera correcta con la transmisión de cinco velocidades, aunque obviamente nos gustaría una alternativa que permita mejorar el rendimiento a velocidades altas.

Donde saca ventajas este motor respecto de otros compactos es en el torque. En este caso, los 143 Nm los entrega desde bajas revoluciones (a 2.500 rpm), lo que permite atreverse con tranquilidad a la hora de hacer sobrepasos o incluso en ciertos caminos de subida.

Si a esto le sumamos una dirección precisa, un gran desarrollo en lo que respecta a insonorización y comodidad para los ocupantes, buenas terminaciones y uno de los maleteros más amplios del segmento, se configura una apuesta muy interesante, que se ve mejorada aún más por el equipamiento.

Es que la presencia de controles de radio al volante, bluetooth, una pantalla táctil de 5'', computador a bordo y el sistema de infoentretención Mirror Link, que actúa como espejo con un Smartphone y el sistema tilt down del espejo lateral, que se inclina al poner marcha atrás, mejorando la visibilidad, le dan un salto al Gol y lo ponen a la par, o superando a muchos, de sus competidores. Este aspecto es clave a la hora de captar adeptos, puesto que un factor que se demanda con fuerza es la conectividad, y en este caso la unidad tope de gama del compacto de origen brasileño cumple.

Para el final, no queremos obviar un aspecto que afortunadamente no debimos comprobar, pero que da señales respecto de la visión que tiene la marca. En este caso, VW da un paso en seguridad, pues equipa de serie a todas las versiones del Gol con doble airbag y frenos ABS, elementos que aún no son estándar en la industria, que quizás no aparecen entre las prioridades de los más jóvenes, que no sacan adrenalina al volante y que no lo hacen brillar frente a los amigos, pero es algo que marca diferencias a la hora de desplazarnos con tranquilidad. Y ese conocimiento que entregan años en el sector resulta más importante, más que el diseño o los pesos que existan de diferencia.