Expertos habían advertido que la negación de tratamiento médico a Morsi "podría llevar a su muerta prematura"

FOTO: EFE

El expresidente egipcio (2012-2013), el primero en ser electo democráticamente tras la caída del dictador Hosni Mubarak, falleció hoy durante una audiencia en uno de los casos abiertos en su contra. Estaba en la cárcel desde 2013.


"Nuestras conclusiones son crudas. Sobre su salud, la negación del tratamiento médico básico al que tiene derecho podría llevar a su muerte prematura. Toda la cadena de mando supervisora ​​hasta el actual Presidente sería responsable de esto". Así, el legislador británico, Crispin Blunt, junto a dos colegas miembros del Panel de Revisión de Detención Independiente alertaron a la comunidad internacional el año pasado sobre las condiciones en las que estaba detenido el expresidente egipcio Mohamed Morsi (2012-2013) en una cárcel en El Cairo, donde permanecía recluido hasta hoy cuando falleció en una de las audiencias judiciales en su contra.

"Llegó al hospital fallecido y se comprobó que no había heridas recientes a la vista del cadáver", señaló la Fiscalía a través de un comunicado en que puntualizaron que durante el juicio de hoy en la Academia de la Policía de El Cairo, el expresidente solicitó la palabra y le dieron cinco minutos antes de un receso para la deliberación del caso. La Fiscalía, que pidió además que se conserven las grabaciones de las cámaras de seguridad de la sala del juicio y de la "jaula" (vidrios aislantes del sonido) de los acusados", dará inicio luego a los interrogatorios.

"Habló ante el juez durante 20 minutos, luego se exaltó y se desmayó. Fue llevado rápidamente al hospital, donde murió más tarde", indicó una fuente judicial a la agencia France Presse. Morsi, de 67 años, fue el primer mandatario electo democráticamente en los primeros comicios libres de Egipto en junio de 2012 tras el derrocamiento del dictador Hosni Mubarak, quien estuvo 30 años en el poder. Sin embargo, un año más tarde y en medio de masivas protestas, Morsi fue sacado del poder tras un golpe de Estado militar impulsado por el entonces ministro de Defensa y hoy Presidente, Abdel Fattah Al Sisi.

El Presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, aliado del expresidente islamista, catalogó de "mártir" a Morsi y manifestó su "profunda tristeza". El expresidente egipcio, electo tras el levantamiento de la Primavera Árabe, provenía de una familia de agricultores,  estaba casado y tenía cinco hijos. Tras estudiar ingeniería en la Universidad de El Cairo, luego vivió en Estados Unidos mientras finalizaba un doctorado.

Según el diario The New York Times, Morsi era el principal líder de la Hermandad Musulmana, un movimiento islamista de 90 años fundado en Egipto y que el actual gobierno había proscrito tras catalogarlo como un grupo terrorista. El exmandatario no alcanzó a estar más de un año en el poder, pese a que su mandato era de cuatro años. Fue destituido a raíz de la molestia generalizada en la población que lo acusaba de ser una "marioneta" de Hermandad Musulmana.

Según la agencia France Presse, un año después de la elección de Morsi los ciudadanos salieron a las calles para exigir su renuncia y, tras ordenes de Al Sisi, cerca de 1.400 manifestantes "pro-Morsi" fueron asesinados, cientos condenados a muerte en procesos que fueron catalogados por la ONU de "sin precedentes en la historia reciente" durante el período de transición.

El 3 de julio de 2013, Morsi fue llevado a la cárcel acusado de varios delitos, entre ellos fomentar actos terroristas y espionaje para Irán, Qatar y grupos como Hamas. En 2015, fue condenado a 20 años de cárcel, pero un año después un tribunal anuló la sentencia y ordenó repetir el juicio. Sin embargo, en 2017 volvió a recibir cadena perpetua.

El exmandatario egipcio sufría diabetes, una enfermedad hepática y renal, y supuestamente no estaba recibiendo la atención médica necesaria. En 2018, los legisladores británicos advirtieron que Morsi permanecía 23 horas al día en aislamiento y sólo tenía una hora para hacer ejercicios, por lo que su estado podría ser incluido por la ONU dentro del rango de torturas, penas crueles, inhumanas o degradantes.

La Fiscalía ordenó poner bajo custodia el expediente médico del exmandatario y designar un "comité superior de medicina forense" para determinar las causas de la muerte antes de entregar el permiso para el funeral. Sin embargo, Human Rights Watch sostuvo que la muerte de Morsi era "totalmente predecible", mientras que otras organizaciones ya habían denunciado maltrato y torturas contra el expresidente durante su estadía en prisión.

Abdullah Morsi, el menor de los hijos del expresidente, quien fue detenido en 2015 por "presunta posesión de drogas" y en 2018 por "difundir noticias falsas", señaló el año pasado que las autoridades egipcias negaban el acceso a familiares y al equipo legal a la cárcel donde permanecía Morsi. Abdullah no es el único hijo del exmandatario con problemas legales. Según Al Jazeera, Osama está encarcelado y sentenciado por su relación con las protestas tras el derrocamiento de su padre.

En los últimos años, la salud de Morsi se había deteriorado debido a su vida en la cárcel. Incluso, organizaciones de derechos humanos denunciaron que sólo había recibido tres visitas desde su detención. "No queremos que muera en la cárcel", dijo uno de sus hijos en 2018.

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