Gobierno de Perú insiste en cremar el cadáver del líder senderista Abimael Guzmán

Las autoridades peruanas quieren evitar el entierro de Abimael Guzmán, el fallecido líder histórico de Sendero Luminoso. Foto: AFP

El Ministerio de Justicia peruano dijo en carta enviada a la fiscalía que si se entierran los restos del guerrillero “podría conllevar a afectaciones del orden público y la seguridad de toda nuestra sociedad poniendo en riesgo la seguridad de peruanos y peruanas”. En 2018, el gobierno destruyó un mausoleo en un cementerio de Lima que iba a servir para enterrar a Guzmán. Las autoridades del Rimac quieren evitar enterrar al senderista y así no convertir al sitio de inhumación en un lugar de peregrinaje o de culto para sus seguidores.


El gobierno del presidente peruano Pedro Castillo insistió este lunes en cremar el cadáver del líder histórico de Sendero Luminoso Abimael Guzmán tras indicar que el cuerpo no ha sido entregado a un familiar directo 36 horas después de ingresar a la morgue del puerto de El Callao.

El ministro de Justicia, Aníbal Torres, dijo en un oficio a la fiscal general Zoraida Avalos, cuya institución decidirá el destino del cadáver, que tras interpretar las leyes, éstas permiten que en caso de que el cuerpo no es entregado, la fiscalía puede donar el cuerpo para ser estudiado o pedir la cremación en un cementerio.

Elena Iparraguirre, esposa de Guzmán, no puede recoger el cadáver porque cumple una condena de cadena perpetua en una cárcel de Lima por el asesinato de 69 campesinos en 1983. Ella es la única familiar directo del líder de Sendero. La pareja se casó en 2010 y no tiene hijos.

El domingo, un juez declaró inadmisible un recurso de hábeas corpus donde se solicitaba se entregue el cuerpo del fallecido a una mujer llamada Iris Quiñónez, quien aseguró que Iparraguirre le había otorgado un poder escrito. Los juristas afirman que Quiñónez debe tener de forma adicional otra carta poder realizada en una notaría para que pueda recibir el cuerpo.

El Ministerio de Justicia dijo en la carta enviada a la fiscalía que si se entierra el cadáver “podría conllevar a afectaciones del orden público y la seguridad de toda nuestra sociedad poniendo en riesgo la seguridad de peruanos y peruanas”.

En 2018, el gobierno destruyó un mausoleo en un cementerio de Lima que iba a servir para enterrar a Guzmán.

El gobierno peruano quiere evitar enterrar a Guzmán y así no convertir al sitio de inhumación en un lugar de peregrinaje o de culto para sus seguidores.

Guzmán murió el sábado a los 86 años de “neumonía bilateral causada por un agente patológico” en su celda en una cárcel militar a orillas del Pacífico. Fue profesor de filosofía en la universidad nacional San Cristóbal de Huamanga, y en 1980 inició una lucha armada para tomar el poder en Perú que dejó como saldo a miles de muertos, la mayoría indígenas de los Andes y la Amazonía.

El líder de Sendero fue atrapado hace 29 años por un grupo de inteligencia policial apoyado por Estados Unidos. Murió en una celda con paredes resistentes a explosiones en la que fue recluido en 1992. Su cadáver tenía en el cuarto dedo de su mano derecha su anillo dorado de matrimonio.

Una comisión de la verdad que estudió el conflicto armado interno indicó que el enfrentamiento entre los senderistas contra las fuerzas de seguridad dejó casi 70.000 muertos.

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