Informe advierte sobre retroceso del poderío militar de EE.UU.

EEUU
Grupo de ataque del portaaviones USS Ronald Reagan, en septiembre. Foto: Departamento de Defensa

Estudio de la Comisión para la Estrategia de la Defensa Nacional apunta al riesgo si se afronta más de un conflicto a la vez o en el caso de una guerra contra Rusia o China.


"Tenemos US$ 716.000 millones para entregarles los mejores aviones, los mejores barcos, los mejores tanques, y misiles en cualquier lugar de la Tierra. Nadie los hace como nosotros". Exultante, así se refería el Presidente de EE.UU., Donald Trump, en agosto, a la firma del presupuesto para el Pentágono en el año fiscal 2019. En un acto entonces con militares en Fort Drum, Nueva York, el mandatario fue categórico en su promesa: "Reemplazaremos los viejos tanques, los viejos aviones y naves, con la tecnología más avanzada y letal jamás desarrollada".

Y Trump tenía razones para sentirse orgulloso de su firma a este presupuesto récord. No solo representaba US$ 16.000 millones más que el del año actual, sino que también constituía la mayor partida desde la salida de Estados Unidos de Irak en 2011.

Sin embargo, la euforia por el millonario desembolso pasó a segundo plano tras conocerse este mes un lapidario informe de la Comisión para la Estrategia de la Defensa Nacional, por encargo del Congreso. "La seguridad y el bienestar de Estados Unidos se enfrentan a su mayor riesgo en décadas", señala el reporte, que advierte que "la superioridad militar de Estados Unidos se ha erosionado hasta un nivel peligroso".

Según se desprende del documento, actualmente Estados Unidos se enfrenta a una "crisis de seguridad nacional" y corre el riesgo de un mayor deterioro de su dominio militar, especialmente si afronta más de un conflicto a la vez o en el caso de una guerra contra Rusia o China.

Al respecto, el informe detalla que "los competidores y adversarios de Estados Unidos -en particular Rusia y China- están disputándole el control de terreno en el mar, el espacio e internet, mejorando su capacidad de atacar territorio nacional norteamericano". Alerta además de que "Estados Unidos podría perder en confrontaciones y conflictos en los que está inmerso hoy en día si no renueva de forma coherente y con recursos departamentos y agencias dentro del gobierno, en especial diplomacia, inteligencia, política económica y desinformación".

Para uno de los coautores del informe, Thomas G. Mahnken, presidente y CEO del Centro de Evaluación Estratégica y Presupuestaria de EE.UU., las razones de esta pérdida del poderío militar norteamericano están claras. "La superioridad militar de Estados Unidos se ha erosionado porque competidores como China y Rusia han formado sus militares al mismo tiempo que los militares de Estados Unidos se enfocaban en derrotar a los terroristas en lugar de a los poderosos adversarios estatales", explica Mahnken a La Tercera.

Pero el analista para temas de Defensa de la cadena británica BBC, Jonathan Marcus, considera que hoy "el patrón de amenaza se está alejando de las operaciones de contraterrorismo o contrainsurgencia que han dominado el pensamiento militar de EE.UU. desde el 11 de septiembre, es decir, la guerra contra Al Qaeda y luego el Estado Islámico, y volviendo a la guerra de alta tecnología contra un competidor similar armado y equipado como Rusia o China", según comenta a La Tercera. Sin embargo, advierte que "estos dos países han estado invirtiendo significativamente en un esfuerzo por socavar a EE.UU. en áreas donde ha tenido una ventaja tradicional".

En este escenario, sostiene Mahnken, "el principal desafío que Estados Unidos debe abordar es prepararse para la realidad de la competencia de grandes potencias y la posibilidad cada vez mayor de una guerra de grandes potencias". Al respecto, Marcus asegura que "el desafío general es poder disuadir a una Rusia y China mucho más asertivas". "Esto requiere un esfuerzo en el dominio cibernético y en todo el espectro de las operaciones militares. Esto significa aprovechar la tecnología para tratar de retener la ventaja tecnológica tradicional de Washington. No es fácil", reconoce el analista de Defensa de la BBC.

A juicio de Marcus, esto "también significa fomentar alianzas en Europa y Asia (lo que Trump no parece entender) al tiempo que actúa diplomáticamente para intentar limitar las incursiones de Rusia y China en América Latina y África". "Una nueva batalla por la influencia está en marcha", concluye.

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