Las razones tras el desmantelamiento de la plaza del movimiento “Black Lives Matter” en Washington

La plaza y mural que fueron creados en la capital estadounidense, en honor al movimiento de protesta originado por la muerte del afroamericano George Floyd, empezaron a ser desmantelados por orden de la alcaldesa de la ciudad.
El día lunes en Estados Unidos se iniciaron los trabajos de desmantelamiento y remodelación de la plaza “Black Lives Matter” (La vida de los negros importa) en la capital de ese país, un lugar que nació hace casi cinco años como recordatorio de lo que muchos tratan de discriminación racial por parte de las instituciones norteamericanas, en especial la policía.
Todo comenzó tras el caso de George Floyd, un ciudadano afroamericano que murió en custodia de policías blancos en 2020, en Minneapolis, Minnesota. El hombre de 46 años sufrió un paro cardíaco mientras los agentes lo tenían inmovilizado, según el informe del forense de Minneapolis. El reporte indica que la causa de muerte se generó tras “la sumisión, la restricción y la compresión del cuello” que sufrió Floyd cuando estaba siendo arrestado.
“La causa de la muerte en mi opinión es asfixia, debido a la compresión del cuello, que puede interferir con el oxígeno que llega al cerebro, y la compresión de la espalda, que interfiere con la respiración”, dijo Michael Baden, uno de los doctores contratados por la familia.
Tras la difusión del video del incidente, la indignación se tomó las calles de Estados Unidos y se iniciaron masivas protestas para pedir justicia por su muerte.
De ahí nació el movimiento Black Lives Matter, que pedía mayor igualdad y trato justo para la comunidad afroamericana en el país y que quedo inmortalizado en aquella plaza con un gran mural que lleva el nombre del movimiento y que se encuentra frente a la Casa Blanca.
La decisión de acabar con este mural llega después de que los legisladores republicanos presentaran una ley contra este recordatorio en la que amenazaban a la alcaldesa de la capital, la demócrata Muriel Bowser, con retirar los fondos federales para el Distrito de Columbia, que incluye a la capital, si no se procedía con el cambio de nombre de la plaza. El congresista del estado de Georgia, Andrew Clyde, propuso esta iniciativa en la Cámara de Representantes, donde el partido del presidente Donald Trump tiene la mayoría.

Clyde, legislador por el noveno distrito de Georgia, presentó en 2022 una propuesta para derogar la Ley de Autonomía Local, que otorga a Washington DC ciertas facultades para gobernarse independientemente. Ante el embate contra la plaza, Bowser ha optado por un plan para reemplazar el mensaje de protesta con obras de arte creadas por estudiantes locales.
La alcaldesa publicó entonces un comunicado en X que anunciaba la devolución de esta plaza y su transformación. Bowser expresó que “este mural inspiró a millones de personas y ayudó a nuestra ciudad a atravesar un período muy doloroso, pero ahora no podemos distraernos con injerencias sin sentido por parte del Congreso, el impacto devastador de los recortes en los empleos federales debe de ser nuestra primera preocupación”.
Sin embargo, miembros del movimiento la acusaron de no haber hecho nada por las personas negras y la tildaron de hipócrita. Este lunes, un grupo de personas se posicionó frente al lugar de las obras para fotografiar el final de este símbolo de igualdad racial y a protestar por esta medida del ayuntamiento.

Los desplazamientos de los habitantes de Washington pueden verse afectados, ya que algunas zonas se cerrarán durante breves períodos durante las obras que “tendrán lugar en días laborables y fines de semana, con esfuerzos por minimizar las interrupciones y mantener la accesibilidad para empresas y residentes”, según una declaración del Departamento de Transportes del Distrito (DDOT). Las obras durarán entre seis y ocho semanas, detalló la agencia.
Las reacciones de las personas en contra de la decisión de desmantelar la plaza no se han hecho esperar. Bruce Edmonds, un hombre de Míchigan que se encontraba en la ciudad visitando a su hijo, expresó a EFE frente a las obras que para él “es terrible y ridículo. El gobierno está haciendo las cosas mal en muchas cuestiones”.
Una opinión similar manifestó Jessica Sawyer, residente de Maryland, que se acercó a las obras con un cartel con el nombre del movimiento para protestar por la decisión. “Me siento muy triste y asqueada que tanta gente en EE.UU. haya trabajado tanto por la igualdad y los derechos humanos y que ahora la administración de Trump esté haciendo retroceder los derechos de los afroamericanos, de la comunidad LGBTQ+ y nuestra comunidad inmigrante es muy triste”, declaró.
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