Por Fernando FuentesPaul Biya, el presidente más longevo del mundo, extiende su mandato en Camerún y podría gobernar hasta los 99 años
A sus 92 años, Paul Biya ganó un octavo mandato. El actual presidente de Camerún es uno de los muchos líderes mayores de 70 años en África, el continente más joven del mundo.

El presidente más longevo del mundo registrado, Paul Biya, fue declarado ganador el lunes de las elecciones presidenciales de Camerún con casi el 54% de los votos, asegurando un octavo mandato que, de completarse, durará hasta que tenga 99 años. Ello si logra resistir el caos que asola a la nación africana productora de petróleo y cacao.
El organismo electoral de Camerún anunció los resultados a favor de Biya, de 92 años, desafiando a un candidato de la oposición que se proclamó vencedor dos días después de las elecciones del 12 de octubre, alegando fraude generalizado en lo que denominó una “oligarquía depredadora”.
En medio de rumores de un resultado ajustado y proclamas de victoria por parte de su principal rival, el exministro de gobierno Issa Tchiroma Bakary, el fervor y la tensión habían ido en aumento en los últimos días. El resultado oficial (Biya 54%, Tchiroma 35%) fue a la vez una sorpresa y, para algunos, una decepción, según la cadena BBC.

De hecho, los líderes de la oposición de Camerún rechazaron los resultados de las elecciones presidenciales que extendieron el gobierno del presidente Biya por otros siete años, diciendo que el resultado no reflejaba la voluntad del pueblo en un país que ya luchaba contra un conflicto separatista.
Bakary advirtió que no aceptaría otro resultado. Sus partidarios han salido furiosos a las calles, enfrentándose a la policía antidisturbios y bloqueando carreteras en la capital comercial y puerto más grande del país, Duala, con neumáticos en llamas y escombros.
Las protestas causaron la muerte de al menos cuatro personas durante el fin de semana y otras dos el lunes, según la oposición. Las calles de Duala, habitualmente bulliciosas, permanecieron tranquilas el martes debido a la lluvia y a que la policía antidisturbios mantuvo alejados a los manifestantes.
Akere Muna, destacado abogado y excandidato presidencial, condenó el proceso como fraudulento y acusó al Consejo Constitucional de ser “nada más que el sello de una tiranía”.
Muna, cuyo nombre apareció en la papeleta a pesar de haberse retirado 11 días antes para unirse a una coalición rival, afirmó que las elecciones reflejaban la voluntad de un sistema de décadas diseñado para mantener el poder. Citó como prueba de fraude las cifras inverosímiles de participación en las regiones anglófonas, sumidas en un conflicto separatista desde 2017.
“Lo que vivimos no fueron unas elecciones dignas de una República”, declaró Tomaino Ndam Njoya, la única candidata mujer, quien quedó en quinto lugar.
“Fue una usurpación del derecho popular por parte de intereses que rechazan la transparencia en el proceso democrático. Rechazo solemnemente estos resultados”, añadió en un comunicado emitido el lunes por la noche.
Las elecciones fueron las más trascendentales en décadas en el país centroafricano, según analistas citados por el diario The New York Times. Los resultados fueron los más ajustados a favor de Biya desde 1992.
Biya ya se había enfrentado a este tipo de oposición. Un día después de las últimas elecciones, en 2018, el principal opositor Maurice Kamto, a quien la comisión electoral le prohibió presentarse como candidato en 2025, también se proclamó vencedor. Tras denunciar los resultados como fraudulentos y liderar protestas, Kamto fue arrestado y pasó nueve meses en prisión.
Durante las últimas cuatro décadas, Biya se ha enfrentado a todo tipo de desafíos, incluyendo un intento de golpe de Estado en 1984 por parte de la guardia presidencial, un movimiento secesionista que ha desestabilizado las regiones anglófonas del país desde 2016 y luchas internas dentro de su propio partido, el Movimiento Democrático del Pueblo Camerunés.
A lo largo de todo este tiempo, ha reforzado su férreo control del poder, reprimiendo a la oposición, eliminando las barreras contra el fraude electoral y, en 2008, eliminando los límites al mandato presidencial. Para mantenerse en el poder durante cuatro décadas, según los analistas, Biya ha evitado intentos de golpe de Estado manteniendo un férreo control sobre el Ejército.
Si bien los gobiernos de la cercana región del Sahel fueron derrocados por golpes de Estado en los últimos años, Biya ha sobrevivido, destaca el Times.
Los analistas citados por el periódico neoyorquino afirman que el mayor peligro para su gobierno podría no provenir de rivales como Tchiroma Bakary, sino del vacío político que ha creado su longevidad. Sin un plan de sucesión conocido, algunos expertos sugieren que Biya podría estar preparando discretamente a su hijo, Franck Biya.
“Es viejo y no tiene buena salud”, declaró el analista Hubert Kinkoh. “Si fallece en el cargo, no hay un sucesor claro. Por lo tanto, existe el riesgo de conflictos políticos”.
Chuo Walters, abogado y profesor universitario partidario de Biya, comparó la situación con la del expresidente de Gabón, Omar Bongo, quien falleció de un infarto a los 73 años, tras 41 años en el poder. Bongo fue sucedido por su hijo.
Pero nadie sabe qué planea Biya, dijo Walters. “Es un hombre muy discreto y siempre le gusta sorprender a la gente”.
Según The New York Times, Camerún ofrece el ejemplo más claro del continente de un país de jóvenes gobernado por líderes de una era pasada. La edad mediana en 2024 era de 18,9 años. Biya no ha presentado ningún plan conocido de sucesión. Llegó al poder en 1982, antes de que muchos cameruneses hubieran nacido.
Pero una crisis política podría avecinarse. Muchos jóvenes cameruneses se han negado a aceptar los resultados, y las acusaciones de fraude podrían alimentar protestas masivas de la Generación Z, similares a las que estallan en otras partes del continente, debido a la incapacidad de los gobiernos para crear oportunidades económicas para la juventud.
El desajuste generacional ha afectado incluso a la familia presidencial. Biya fue abiertamente criticado por su propia hija, Brenda Biya, quien pidió a sus seguidores de TikTok que no votaran por su padre, de quien dijo que había hecho sufrir a la nación durante años.
Biya también ha pasado largas temporadas fuera del país, realizando frecuentes viajes a Suiza con una numerosa comitiva y acumulando facturas de hotel que, según una investigación, ascendieron a unos 65 millones de dólares, lo que ha contribuido al resentimiento.
Al sumar las diferentes estadías entre 1982 y 2018, se estima que Biya pasó al menos cuatro años y medio en viajes privados, principalmente en Suiza, de acuerdo a una investigación del Organized Crime and Corruption Reporting Project.
Más recientemente se siguieron registrando ausencias, como una de 2024 de 42 días fuera del país, según Reuters.
Conocido por su gusto por pasar tiempo en hoteles suizos, Biya rara vez es visto en público, y su ausencia durante más de seis semanas el año pasado desató rumores sobre su fallecimiento.
Pero el político, apodado “el hombre león” por la llegada de la selección de fútbol del país centroafricano, los Leones Indomables, a cuartos de final del Mundial de 1990, ha empleado tácticas leoninas desde muy joven y no da señales de querer rendirse.
Quizás una de las claves de su longevidad política sea su segunda esposa, Chantal, 38 años menor que él, con quien se casó en 1994.
Famosa por su melena anaranjada, su carácter extrovertido y su labor benéfica le han asegurado una gran cobertura mediática, consigna BBC.
A menudo aparece en la prensa como la “Reina de Corazones” de Camerún, lo que compensa con creces el carácter distante de su marido.
Sin embargo, bajo el gobierno de Biya, Camerún lleva casi una década sumido en una violenta insurgencia separatista en el oeste anglófono, mientras que el grupo militante islamista Boko Haram tiene presencia en el norte.
El desempleo alcanza el 40% entre los menores de 35 años, las carreteras y los hospitales se están desmoronando, y la libertad de expresión es más una noción que una realidad.
Camerún es el claro ejemplo de un país gobernado por un dirigente de otra época. Biya es uno de varios líderes africanos que superan los 70 años. El sábado, Costa de Marfil celebró elecciones en las que el presidente, Alassane Ouattara, de 83 años, aspiraba a un cuarto mandato, a pesar de que la Constitución marfileña los limita a dos. Debido a una enmienda constitucional, Ouattara reinicia el cómputo de su mandato.
Diecisiete de los líderes del continente más joven del mundo superan los 70 años, mientras que la edad mediana en África es de 19.
Incluso el principal rival de Biya en la contienda, Issa Tchiroma Bakary, tiene 76 años. Hasta junio, fue un leal partidario de Biya, habiendo ejercido como ministro durante años. Obtuvo el 35% de los votos, según los resultados oficiales publicados el lunes. La figura más destacada de la oposición, Maurice Kamto, de 71 años, fue inhabilitada para presentarse a las elecciones por la comisión electoral.
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