
Polonia se prepara para eventual guerra con entrenamiento militar para sus ciudadanos
El primer ministro del país, Donald Tusk, señaló que el objetivo era aumentar la capacidad para entrenar a 100.000 voluntarios al año a partir de 2027.

Imágenes similares se vieron en Ucrania, previo a la invasión a gran escala de Rusia en 2022, y también en Taiwán ante el creciente temor de un ataque de China: ciudadanos comunes tomando las armas, recibiendo entrenamiento militar en el caso de una posible guerra. Eso es lo que está ocurriendo ahora en Polonia, país que no solo está aumentando su gasto en defensa, sino que quiere que todos los hombres adultos reciban los conocimientos necesarios en caso de conflicto.
“Vivimos tiempos peligrosos, debemos estar preparados”, dijo a la cadena BBC el coordinador del proyecto, el capitán Adam Sielicki. “Tenemos una amenaza militar de Rusia y nos estamos preparando para ello”.
El capitán Sielicki afirmó que el programa tiene una demanda excesiva, y el gobierno polaco planea ampliarlo para que todos los varones adultos del país reciban capacitación. Polonia, que comparte fronteras con Rusia y Ucrania, afirma que destinará casi el 5% de su PIB a defensa este año, la cifra más alta de la OTAN.

El primer ministro liberal europeísta Donald Tusk, y su equipo están en modo preguerra, preparándose para lo peor. El dirigente anunció en marzo ante el Parlamento que su gobierno ultima “una formación militar a gran escala para todos los varones adultos”. Esto generó una gran controversia porque fue interpretado como el regreso del servicio militar obligatorio, que había sido suspendido en 2010 y que puede ser reactivado en caso de crisis.
Sin embargo, Tusk aclaró que el objetivo era aumentar la capacidad para entrenar a 100.000 voluntarios al año a partir de 2027. “Más allá del Ejército profesional y más allá de las Fuerzas de Defensa Territorial, debemos construir, en efecto, un Ejército de reservistas”, indicó, citado por el diario El País.
Así la preparación que está llevando adelante Polonia no es antojadiza. El mismo el secretario general de la Alianza Atlántica, Mark Rutte, dijo en un discurso en Londres el lunes que Rusia podría estar lista para atacar a la OTAN en cinco años y agregó que la organización necesitaba “un salto cuántico en nuestra defensa colectiva”, que incluiría un rearme significativo para disuadir a una Rusia cada vez más militarizada.
Sumado a esto, Polonia y los otros miembros de la OTAN enviaron aviones de combate la mañana del lunes para asegurar el espacio aéreo polaco luego de los ataques aéreos rusos cerca de su frontera con el oeste de Ucrania, dijeron las autoridades.
“El peligro no desaparecerá incluso cuando termine la guerra en Ucrania”, enfatizó Rutte, reflejando su convicción de que el Kremlin no se desmilitarizará incluso si acepta un alto el fuego y, eventualmente, la paz con Kiev.

“Quiero aprender cosas útiles en caso de guerra; es mi deber patriótico”, explicó a El País Tomasz Kuczynski, de 16 años, que se encuentra en la 7ª Brigada de Defensa Territorial de Pomerania. “Llegará un momento para actuar, sin tiempo de aprender. La amenaza es real, es posible. Veo lo que pasa al otro lado de la frontera”, añadió el joven refiriéndose a la invasión a gran escala de Rusia en Ucrania.
“La guerra no termina y hay información de que Rusia está amasando miles de soldados en la frontera Este (en Bielorrusia)”, señaló el portavoz de la brigada al mismo diario. “Probablemente, se estén preparando para los Ejercicios Zapad, pero puede pasar cualquier cosa; hay riesgo de que invadan los países bálticos”, alertó.
Agata, que asiste a uno de los cursos con una amiga y conversó con la BBC, señaló que la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha aumentado la preocupación de la gente. “Quiere retirarse (de Europa). Por eso nos sentimos aún más inseguros. Si no estamos preparados y Rusia nos ataca, simplemente nos convertiremos en sus prisioneros”, dijo.
Las declaraciones de Donald Trump y miembros de su administración han generado profunda preocupación entre los funcionarios de Varsovia. Durante una visita a la capital polaca en febrero, el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, afirmó que Europa no debe asumir que la presencia de tropas estadounidenses en el continente “durará para siempre”.

Estados Unidos tiene actualmente 10.000 soldados estacionados en Polonia, pero Washington anunció el mes pasado la retirada de una base militar clave en la ciudad de Rzeszów, al este del país. Las autoridades afirman que las tropas serán redistribuidas dentro del territorio polaco, pero la medida ha generado aún más inquietud.
La aparente hostilidad de Donald Trump hacia el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, y sus cálidas palabras hacia Vladimir Putin, de Rusia, sólo han aumentado la preocupación.
Polonia firmó un acuerdo de defensa con Francia el mes pasado, y otro pacto con Reino Unido está en trámite: nuevas medidas de Varsovia para distanciarse de sus históricamente fuertes vínculos militares con Washington.
“Creo que (Trump) sin duda nos ha presionado para que pensemos de forma más creativa en nuestra seguridad”, afirmó a la BBC Tomasz Szatkowski, representante permanente de Polonia ante la OTAN y asesor presidencial en materia de defensa. “Creo que Estados Unidos no puede permitirse perder a Polonia, porque eso sería una señal de que no se puede confiar en Estados Unidos. Sin embargo, tenemos que considerar otras opciones y desarrollar nuestras propias capacidades”.
“Si los rusos persisten en sus intenciones agresivas hacia Europa, seremos los primeros, el guardián”, indicó Szatkowski. Atribuye el rápido desarrollo militar de Polonia a, “en primer lugar, la situación geopolítica, pero también, la experiencia histórica”.
En la misma línea, Polonia anunció recientemente que se retiraba de la Convención de Ottawa, un tratado internacional de 1997 que prohíbe el uso de minas terrestres.
“Lo que vemos aquí es el aspecto que tendrá algún día gran parte de la frontera de 800 kilómetros entre nosotros, Rusia y Bielorrusia”, dijo a la cadena de radio estadounidense NPR, la teniente polaca Iwona Misiarz, apuntando a un pedazo de tierra ancho como una cancha de fútbol. “Una zanja larguísima, columnas de erizos de hormigón y campos de minas terrestres. Esto va a suponer mucho trabajo”, agregó.
Polonia ha reservado más de 2.000 millones de dólares para construir esta barrera fronteriza, y su Departamento del Tesoro está comprando tierras a los agricultores a lo largo de las fronteras con Rusia y Bielorrusia para esta iniciativa.
Pero eso no es todo lo que ocurre en esta tensa frontera. Cientos de kilómetros al este, en otro tramo de la misma frontera, soldados estadounidenses realizan ejercicios de entrenamiento, detonando explosivos reales antes de inspeccionar la zona.
“Hemos desarrollado una estrategia para contrarrestar cualquier tipo de apropiación masiva de tierras, invasión o incursión masiva de tierras que pudiera ocurrir”, afirmó a NPR el teniente coronel del Ejército estadounidense William Branch, comandante del grupo multinacional de fuerzas terrestres avanzadas Polonia, un grupo de 1.000 soldados estadounidenses en el campo de entrenamiento de Bemowo Piskie, en el noreste de Polonia.
Las tropas de Branch ayudan a defender el frente oriental de la OTAN, a lo largo de un tramo conocido como la Brecha de Suwalki, un estrecho corredor fronterizo entre Polonia y Lituania, donde Kaliningrado y Bielorrusia se encuentran más cerca. Los estrategas militares afirman que es una región que Rusia probablemente sería un blanco si atacara a los Estados miembros de la OTAN.
Los soldados de Branch han visitado los países bálticos vecinos de Lituania, Letonia y Estonia, también miembros de la OTAN. “Hay un tema recurrente en todas esas visitas”, afirma. “Estos países luchan activamente por conservar su soberanía. Luchan activamente por seguir existiendo porque existe una amenaza real”.
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