
¿Presidente a los 81 años?: Lula busca ir por la reelección en 2026 fortalecido por la pelea con Trump
“Para ser candidato, tengo que ser muy honesto conmigo mismo. Necesito estar cien por ciento sano. Para que me postule y me pase lo mismo que le pasó a Biden, jamás”, dijo el mandatario, quien ha fortalecido su liderazgo tras la disputa con el presidente estadounidense, Donald Trump, por la imposición de aranceles del 50% a Brasil.

En medio de una nueva ofensiva judicial contra Jair Bolsonaro, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha reiterado su disposición a buscar la reelección en 2026. Pero con una condición: si su salud se lo permite. El líder del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) actualmente tiene 79 años de edad y, si gana los comicios fijados para el 4 de octubre de 2026, estaría asumiendo en 81 años en enero de 2027.
“Voy a cumplir 80. Si me mantengo tan sano y con la energía que tengo hoy, tengan la seguridad de que volveré a ser candidato para ganar las elecciones”, dijo Lula, el pasado 18 de julio, durante un acto en el municipio de Missão Velha, en el estado de Ceará, donde encabezó la presentación de inversiones para la construcción de la línea ferroviaria Transnordestina. “No voy a entregar este país de vuelta a esta banda de lunáticos que casi lo destruyó en los últimos años”, aseguró tajante en esa oportunidad.
Y este domingo, Lula volvió a plantear la idea de su reelección. Durante un discurso en la toma de posesión de Edinho Silva como nuevo presidente nacional del PT, en Brasilia, el mandatario dijo que no se postularía si no estuviera en plena condición física y mencionó el caso del presidente estadounidense Joe Biden como un ejemplo a no seguir.
“Para ser candidato, tengo que ser muy honesto conmigo mismo. Necesito estar cien por ciento sano. Para que me postule y me pase lo mismo que le pasó a Biden, jamás. Cuando digo que tengo 80 años, con la energía de alguien de 30, pueden creerme”, enfatizó Lula. “Si yo fuera candidato, seré candidato para ganar”.
Lula ya gobernó Brasil entre 2003 y 2010, y regresó al Palacio del Planalto en 2023 tras vencer a Bolsonaro en una elección profundamente polarizada. Su actual mandato termina el 31 de diciembre de 2026. De concretar su postulación y alcanzar una nueva victoria, se convertiría en el primer presidente brasileño en asumir un cuarto mandato no consecutivo por vías democráticas.
La pelea con el presidente estadounidense Donald Trump por la imposición de aranceles del 50% a Brasil ha fortalecido el liderazgo de Lula. Según la última encuesta de Atlas Intel, por primera vez en el 2025 la aprobación del líder petista está por encima de la desaprobación.
La encuestadora remarca que el presidente de Brasil llegó en julio al 50,2% de respaldo con un 49,7% de desaprobación. La última vez que esto había ocurrido fue en octubre de 2024. El crecimiento de junio a julio, según Atlas, está directamente ligado a la pelea con Trump dado que el 13 de julio la aprobación todavía estaba por debajo y eso cambió el 28 de julio.
En tanto, una encuesta de Datafolha, publicada este sábado por el diario Folha de Sao Paulo, muestra que el 71% de los votantes cree que Lula será candidato a la reelección en 2026. El índice de quienes consideran al petista como presidenciable ha aumentado en los últimos meses: un 62% en abril, el 66% en junio y ahora el 71%. En cambio, un 54% considera que no debería presentarse a las elecciones, un descenso respecto al 57% que expresó esa respuesta en junio.
El mismo sondeo muestra una ligera recuperación en la posición de Lula en la carrera por la reelección del próximo año. Lidera con una amplia ventaja en todos los escenarios en los que compite en la primera vuelta, y en la segunda, se alejó por un margen de error del inelegible Jair Bolsonaro y del gobernador de Sao Paulo, Tarcísio de Freitas.
En un escenario con Lula y Bolsonaro, el presidente tiene el 39%, y el exmandatario, el 33%. En caso de segunda vuelta entre ambos, el petista obtendría el 47%, y el exmilitar, el 43%. En la eventual disputa entre Lula y Tarcísio, el presidente tiene el 38%, frente al 21% del jefe del Ejecutivo paulista. Entre los votantes, el 30% dice que Jair Bolsonaro debería presentarse a las elecciones, aunque no sea elegible hasta 2030. El 67% sostiene que debería pasarle el testigo a otro nombre de su campo político.
Si Lula decide no presentarse, Fernando Haddad (PT) y Geraldo Alckmin (PSB) son los nombres más citados por los votantes como quienes deberían recibir el apoyo del presidente. Haddad lidera con el 29%, si bien cayó respecto al 37% de junio. El vicepresidente Alckmin, por su parte, subió del 18% al 26% en el mismo período, acercándose al ministro de Hacienda. Según Folha de Sao Paulo, el papel protagónico de Alckmin en la reacción al aumento de aranceles impuesto a los productos brasileños por parte de Trump fortaleció la posición del vicepresidente para permanecer en el puesto en la boleta de Lula en 2026.
Pero Hélio Schwartsman, columnista del diario paulista, advirtió sobre los resultados del sondeo. “La última encuesta de Datafolha pretendía servir como un ‘reality check’, un baño de realidad para el gobierno de Lula. Según las conclusiones del instituto, la crisis en torno al aumento de aranceles impuesto por Trump a los productos brasileños benefició al petista, pero de forma menos directa y definitiva de lo que cabría suponer”.
“En términos más estructurales, la crisis de las sanciones apenas ha modificado la valoración negativa del gobierno de Lula: el 40% sigue calificándolo de malo o pésimo (excelente y bueno suman un 29%). Esto indica que será difícil ganar las elecciones simplemente aprovechando los errores de los oponentes; también será necesario mostrar servicio”, apunta Schwartsman.
Y advierte: “En un plano más especulativo, creo que la crisis está generando cambios cualitativos que podrían beneficiar al gobierno. El más importante de ellos es que el chantaje trumpiano tiene un carácter tan antiinstitucional que tiende a alejar del bolsonarismo a los votantes moderados. Este grupo es pequeño, pero podría, como en 2022, ser el factor decisivo en unas elecciones reñidas”.
En medio de este escenario, el nuevo presidente del PT, Edinho Silva, declaró este domingo que es necesario pensar en la “era post Lula”. “Tendremos tareas fundamentales. Primero, construir el PT cuando Lula ya no esté en las urnas, luchando por nuestro proyecto. Lula deja un legado para el resto de nuestra existencia. Se presentó a las elecciones y devolvió al partido al lugar que le corresponde. Después de 2026, por derecho al descanso y al derecho a vivir su vida personal, ya no estará. Quiero reafirmar que su reemplazo no será un nombre; será el Partido de los Trabajadores. Si el PT es fuerte, construiremos el nombre. Sobre todo porque no nacerá otro Lula”, enfatizó.
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