
¿Se repetirá el caso de Canadá? Conservadores temen al efecto Trump en las elecciones de Australia
Con el antecedente de lo sucedido esta semana en las parlamentarias de Canadá, el líder opositor australiano Peter Dutton se ha distanciado lo más lejos posible de la figura del presidente de EE.UU., de cara a las elecciones federales de este sábado.

“Yo dirijo el país y el mundo”. Las declaraciones efectuadas por Donald Trump en una entrevista el lunes pasado con la revista The Atlantic resonaron mucho más allá de su red Truth Social esta última semana, llegando incluso a las costas australianas, aunque ahogadas por la frenética última semana de campaña electoral.
“Trump cree que gobierna el mundo. Los australianos podrían tener algo que decir al respecto”, comentó Ava Kalinauskas, investigadora asociada del Centro de Estudios de Estados Unidos de la Universidad de Sydney, en alusión al impacto que la figura del presidente estadounidense podría tener en las elecciones federales de este sábado en Australia.
Si bien Kalinauskas reconoce que “los australianos son ávidos consumidores del espectáculo de la política estadounidense”, aclara que “eso no significa que la gran mayoría sea fanática del actual presidente”.
“En las últimas semanas, los efectos de Trump 2.0 se han sentido cerca de casa, ya que sus aranceles del ‘Día de la Liberación’ siguen repercutiendo en los mercados globales, afectando los bolsillos de los australianos y sus planes de jubilación”, destaca.
De todos modos, la figura de Trump planea en las elecciones de Australia, ante las que los candidatos de los principales partidos evitan mencionar al líder republicano directamente, si bien ha marcado algunas de sus posturas y decisiones.
El líder de los laboristas, Anthony Albanese, que busca la reelección como primer ministro en las urnas este 3 de mayo, ha hecho delicados ejercicios para mantener su relación con Estados Unidos, uno de sus principales socios extranjeros, mientras se ha mantenido crítico con la imposición de aranceles.
Trump no eximió a Australia, como sí hizo durante su primer mandato (2017-2021) y el país austral pretendía, de las tarifas del 25% a todas las importaciones de acero y aluminio anunciadas en marzo, que el gobierno laborista calificó de “injustificadas”, subrayando su “decepción”, según consigna EFE.
Así, Albanese ha tenido que ser casi un equilibrista para manifestar el rechazo a las políticas estadounidenses, especialmente tras recibir aranceles del 10%, la base general establecida en el marco de las llamadas tarifas “recíprocas” en abril, y la necesidad de preservar la “gran alianza” estratégica entre ambas naciones.
Por su parte, el opositor conservador Peter Dutton, comparado con el republicano y a quien se llegó a apodar “Temu Trump” —por la empresa de comercio electrónico china, una suerte de “copia de Trump”—, se ha ido distanciando del presidente estadounidense.
Dutton ha dado en los últimos meses un golpe de timón: del idilio ideológico inicial con el mandatario republicano ha virado hasta distanciarse lo más lejos posible de su figura.
La mutación ha sido directamente proporcional al descenso de su popularidad entre los australianos, según las encuestas, motivado principalmente por los efectos globales del torbellino Trump.
Es probable que el gobierno laborista de centroizquierda de Australia conserve el poder en las reñidas elecciones nacionales este fin de semana, según mostraron dos encuestas de opinión el jueves. Los votantes sitúan las políticas de Trump entre sus principales preocupaciones.
Una encuesta de RedBridge-Accent publicada por los periódicos News Corp mostró que el Partido Laborista lidera con un 53% frente a un 47% frente a la coalición conservadora Liberal-Nacional, según el sistema de voto preferencial bipartidista australiano, en el que los votos se distribuyen hasta que se declara un ganador.
El Partido Laborista podría ganar las elecciones por sí solo o formar un gobierno minoritario, reveló la encuesta de RedBridge, lo que marca un cambio de sentimiento respecto de febrero, cuando los votantes querían que el primer ministro Anthony Albanese dejara el cargo.
El 28 de abril pasado, los liberales del primer ministro de Canadá, Mark Carney, protagonizaron una importante recuperación política para retener el poder en las elecciones parlamentarias, impulsada por la reacción negativa a las políticas de Trump y sus comentarios sobre convertir a Canadá en el estado número 51 de EE.UU.
Alrededor del 48% de los votantes australianos identificaron las incertidumbres generadas por Trump como una de sus cinco principales preocupaciones.
El líder de la oposición, Peter Dutton, ha hecho campaña con varias políticas consideradas ampliamente como una imitación de Trump y su Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), liderado por Elon Musk, aunque posteriormente abandonó una política que habría exigido que los empleados públicos regresaran a sus puestos a tiempo completo.
Las comparaciones con Trump y sus políticas han mermado la popularidad de Dutton en Australia, donde una encuesta realizada el mes pasado mostró que la confianza de los australianos en Estados Unidos había alcanzado su mínimo histórico, consignó Reuters
Una encuesta separada de YouGov publicada el jueves sitúa al Partido Laborista con el 54% del voto bipartidista, frente al 47% de la Coalición opositora (una alianza entre los liberales y los nacionales). De conseguir esta mayoría, los laboristas probablemente ganarían hasta 85 escaños en la cámara baja de 150 escaños y la oposición enfrentaría una pérdida neta de 11 escaños, su peor desempeño desde 1946.
Un escenario impensado para la oposición hace un año. Según The Guardian, en 2024, la Coalición logró aprovechar la queja en el electorado y contribuir a crear un clima de cambio. “Muchos votantes moderados consideraban que Albanese tenía un enfoque y prioridades equivocados, y la inflación seguía siendo una criptonita política para la mayoría de los gobiernos en el poder”, escribió el periódico británico.
“Sin embargo, a principios de 2025, la campaña del Partido Laborista comenzó a agudizar sus mensajes mientras que la Coalición empezó a desviarse en términos de estar en la conversación sobre la economía (…) A pesar del mejorado desempeño político del Partido Laborista, el verdadero punto de inflexión en esta campaña fue el anuncio del presidente Trump sobre los aranceles y, específicamente, la respuesta del mercado de valores a su posición”, agregó el medio.
Y agrega: “La campaña central del Partido Laborista ha capitalizado inteligentemente este cambio de sentimiento que ha sustentado las consideraciones de los votantes y definido el riesgo de cambio en estos tiempos inciertos”.
El retorno de Trump a la Casa Blanca no ha sido bien visto por los australianos. Una encuesta publicada por el periódico Sydney Morning Herald el mes pasado reveló que el 60% de los australianos consideraba que la victoria de Trump era perjudicial para Australia. Esta cifra representa un aumento con respecto a noviembre pasado, cuando solo era del 40%.
Y una encuesta del Instituto Lowy publicada dos semanas después mostró que casi dos de cada tres australianos tenían poca o ninguna confianza en que Estados Unidos actuara con responsabilidad, consigna la BBC.
En un perfil similar al de Trump, Dutton ha sido acusado de avivar guerras culturales, afirma que Australia recibe demasiados inmigrantes y hace unos días calificó a la emisora pública del país de “medio de comunicación del odio”.
“Sus instintos son los de un populista de derecha. No me cabe duda, así que se asemejan al tipo de política y retórica que hemos asociado con Trump”, afirmó Frank Bongiorno, profesor de historia en la Universidad Nacional Australiana, en declaraciones a CNN.
La estrategia trumpiana, según la cadena de televisión, parece haber sido alentada por altos cargos del partido y por la mujer más rica de Australia, la magnate minera Gina Rinehart, quien asistió a la toma de posesión del presidente estadounidense y apoya su mantra de “perforar, nene, perforar”, de acuerdo con informes de 2024.
Rinehart declaró a Reuters que, en lugar de “quejarse y lamentarse” sobre Trump y sus políticas, Australia podría beneficiarse de un planteamiento similar. “Australia debe reducir sus costos, recortar el gasto público y los gastos burocráticos, las regulaciones, el cumplimiento normativo, las licencias”, afirmó la magnate minera, con un patrimonio neto que Forbes cifra en 30.000 millones de dólares.
El apoyo de Rinehart a Dutton y al movimiento conservador populista en Australia recuerda al apoyo que el multimillonario Elon Musk, ahora asesor clave del presidente, ha brindado a Trump.
Rinehart no ha solicitado públicamente ningún cargo en el gobierno australiano, pero ha pedido que se cree una versión del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) de Musk. También quiere que Australia se retire del Acuerdo de París para combatir el cambio climático, tal y como hizo Trump durante su primer mandato.
Australia está presenciando una versión diluida de la tendencia canadiense, según Marija Taflaga, directora del Centro para el Estudio de la Política Australiana de la Universidad Nacional Australiana.
“Trump ha creado un movimiento en torno al efecto bandera”, comentó la experta a CNN. “En democracias liberales como Australia y Canadá, él ha lanzado al incumbente en el poder de estar en una posición desfavorecida… a una posición ventajosa”, añadió. “Más vale malo conocido que malo por conocer”.
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