Trump y una Casa Blanca en llamas

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Donald Trump se sube al helicóptero presidencial para viajar a Montana, donde realizó un acto político de cara a las legislativas de noviembre. Foto EFE

Los rumores sobre la turbulencia que se vive al interior de la Casa Blanca han rondado desde que asumió el poder en enero de 2017. Muchos funcionarios han señalado que Trump no es apto para el cargo.


"La nueva narrativa de las noticias falsas es que hay caos en la Casa Blanca. ¡Error! No hay caos, solo una gran energía!". Con esas palabras el Presidente Donald Trump negaba en marzo pasado los rumores sobre la desorganización al interior de su gobierno, en momentos en que su administración enfrentaba una serie de renuncias. Cuando han pasado seis meses de aquel episodio, poco ha cambiado en la Presidencia. De hecho, los murmullos sobre la confusión y los cuestionamientos respecto de la ética y el comportamiento de Trump aumentan semana a semana.

La última controversia se desató el martes, una vez que se conoció el adelanto de Fear, el libro del periodista Bob Woodward, que se publicará el 11 de septiembre y que entrega detalles de la pésima opinión que tienen funcionarios de Trump respecto del funcionamiento de la Casa Blanca. Un día después, el diario The New York Times dio otro golpe al gobierno al publicar una columna anónima escrita por alguien catalogado como un "alto funcionario" que decía formar parte de la "resistencia" al interior del Ejecutivo. Los dos textos lo describen como un hombre incapaz de entender los retos de la Presidencia y la constante contención que recibe de parte de sus colaboradores para evitar un desastre.

El enojo de Trump por este tema ha llegado a tal nivel que dijo que quiere que el secretario Justicia, Jeff Sessions, investigue quién es el autor de la columna. Y, además, advirtió que si los republicanos no ganan en las legislativas del 6 de noviembre podría enfrentar un impeachment.

"Tanto el libro como la columna son malas noticias para el Presidente y muestran de que es una Casa Blanca muy turbulenta y que no es un lugar donde sea fácil trabajar y que hay caos. No es una sorpresa para quienes no les gusta el Presidente, pero esto no tendrá impacto en su popularidad", dijo a La Tercera, John Fortier, analista del Centro Bipartisan Policy.

Los rumores sobre el caos que se vive en la Casa Blanca han rondado Washington desde que asumió la Presidencia en enero de 2017. Las quejas sobre la dificultad de trabajar en este ambiente hostil han sido frecuentes entre los funcionarios. De hecho, el porcentaje de pérdida de empleados en este gobierno es tres veces superior al de Barack Obama y dos veces superior al de Ronald Reagan.

Uno de los primeros que advirtió sobre este ambiente fue el exasesor presidencial Reince Priebus, que dejó su cargo en julio de 2017. Durante una entrevista con el periodista Chris Whipple para su libro The Gatekeepers contó que menos de 24 horas después de haber jurado como Presidente, Trump lo llamó por teléfono enfurecido por un artículo del diario The Washington Post en el que se mostraba una foto de la ceremonia inaugural con una considerable baja asistencia. "¡Esta historia es una mierda!", gritó Trump, según Priebus. "Había más personas ahí, habían personas que no pudieron llegar a las rejas, había muchas cosas que pasaban que hizo imposible para las personas llegar a la reja", sostuvo el mandatario, que pidió que se hicieran cargo del asunto inmediatamente.

"Tomen todo lo que han escuchado y multiplíquenlo por 50", afirmó Priebus, antes de describir que trabajar para Trump es "como montar al caballo más fuerte e independiente" que cualquiera podría imaginar.

Una vez instalado en la Casa Blanca y al igual que sus predecesores Trump quiso imponer su sello, según un artículo de la revista Time. La publicación señala que una de las mayores diferencias con Barack Obama es que él trataba su oficina como un santuario y solo unos selectos funcionarios podían visitarlo. Sin embargo, el Salón Oval de Trump es diferente: las puertas siempre están abiertas y durante el día circula mucha gente. Además, uno de sus mayores orgullos es el televisor de 60 pulgadas que fue colocada arriba de la chimenea.

En Fuego y Furia el periodista Michael Wolff señaló que el propio entorno presidencial duda sobre la capacidad de mandatario para gobernar y lo describen como un hombre inestable, con frecuentes y graves pérdidas de memoria y que se informa sobre todo a partir de la televisión. "Todos lo han descrito de la misma manera, dicen que es como un niño, lo que quieren decir es que necesita satisfacción inmediata, todo gira en torno a él", dijo Wolff. "Dicen que es un imbécil, un idiota", insistió el periodista

El libro cita un email de un asesor de la Casa Blanca, que se dice reflejaba la visión del exasesor económico Gary D. Cohn: "Es peor de lo que puedes imaginar. Un idiota rodeado por payasos. Trump no lee nada. Él se va de las reuniones con los líderes mundiales porque está aburrido". Mientras que en el libro de Woodward se señala que Cohn le escondía documentos para evitar crisis de proporciones.

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