Enfoque jurisdiccional y choque con el TC "superado": Los primeros lineamientos de Guillermo Silva como nuevo presidente de la Suprema

Esta jornada, Guillermo Silva se convirtió en el nuevo presidente de la Corte Suprema, en reemplazo del ministro Haroldo Brito, quien cumplió sus respectivos dos años a la cabeza del tribunal.

Luego de una serie de reuniones que mantuvo durante la jornada, a las 13.00 horas se realizó la ceremonia de asunción, y posteriormente realizó un punto de prensa. Fue durante estas instancias que Silva dejó ver las primeras definiciones en relación a su presidencia.

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En su discurso protocolar afirmó que "no puedo dejar de referirme a los recientes acontecimientos en nuestro país, desarrollados desde el mes de octubre del año recién pasado en adelante. Que nos han hecho reflexionar respecto de nuestras propias obligaciones, actuaciones y deberes".

"Nada de lo que suceda en la comunidad nos es ajeno, pero debemos entender bien en qué momento nos corresponde ejercer nuestras obligaciones o expresar nuestra opinión.  Se abre a partir de este nuevo escenario social una etapa distinta e inédita en el devenir de la nación, al que todas las autoridades debemos estar atentas", afirmó Silva.

Ya en las palabras que entregó a los medios, profundizó sobre otros temas. Consultado sobre el periodo en el que asumió el liderazgo del máximo tribunal, sostuvo que "por supuesto que me hubiese gustado llegar en una época más tranquila, porque los tiempos que se nos vienen encima van a ser, no me cabe duda, difíciles".

"Pero con buena voluntad, con diálogo, con tranquilidad, con comprensión, en que no primen intereses especiales, y si existen, cada cual tiene que ceder un poco en sus posiciones para llegar a un acuerdo que nos permita salir de lo que estamos viviendo", agregó.

En relación a la disputa jurisdiccional con el Tribunal Constitucional, Silva indicó que "eso está superado. Incluso hace un par de meses acompañé al presidente Brito y nos reunimos con integrantes del Tribunal Constitucional y es un problema que ya no existe".

En relación a los fallos que pueden generar debate jurisdiccional, el ministro señaló que "eso no lo podemos evitar. Porque los ministros de la Corte Suprema no pensamos todos lo mismo ante una situación determinada. A veces tenemos opiniones que son divergentes, pero el primer fallo de la tercera sala no fue un fallo unánime, acaba de salir otro que falló en sentido contrario, la composición de la sala ha variado y yo doy superado el problema. Son posiciones jurídicas en último término, todo depende de la manera que se enfoquen las cosas para evitar que se produzcan estos problemas que no le hacen bien a nadie, ni al Poder Judicial, ni al Tribunal Constitucional, ni a la ciudadanía. A nadie le hace bien ese tipo de conflictos".

"Puede producirse un problema jurídico, pero espero que no se produzcan más problemas con el Tribunal Constitucional. El problema puntual se superó, ojalá no se repita", dijo el magistrado.

Respecto al sello que le quiere entregar a su paso por la cabeza del tribunal, afirmó que es, principalmente, "lo jurisdiccional. Eso me interesa, porque esa es la tarea primordial de los jueces, la administración de justicia. Que ya gente, si nosotros hacemos una justicia rápida, expedita, va a mejorar la opinión de la gente hacia el Poder Judicial. Yo sé que la gente no tiene una buena opinión del Poder Judicial, hemos hecho esfuerzos por revertir esa consideración de la ciudadanía. No lo hemos logrado, pero en la última jornada de reflexión nos dieron un dato que me causó mucha extrañeza y que me agradó mucho: la gente que ha acudido a los tribunales tiene una muy buena opinión de los tribunales y la justicia".

En relación a la separación de las labores administrativas y jurídicas de los jueces, Silva afirmó que "esa también es una materia que viene siendo analizada por nosotros desde hace largo tiempo. En muchos países existe el consejo nacional de la magistratura, que es el que tiene que velar por todos los aspectos administrativos y gestión y que los jueces se dedican únicamente a fallar. Eso nosotros lo analizamos en la jornada de reflexión de Chillán, pero hay muchas personas, muchos ministros que piensan que eso terminaría politizando el Poder Judicial y nadie quiere eso. Entonces (estamos) viendo una fórmula intermedia, de sacar muchas cosas administrativas y de gestión. En Chillán nosotros acordamos de que el asunto de gestiones administrativas fueran llevados por algunos ministros de la Corte Suprema que se dedicaron exclusivamente a eso".

"Pero como quedó olvidado en el tiempo y como no se ha vuelto a revisar ese acuerdo sobre la conveniencia o no de la creación de un consejo de la magistratura", sostuvo.