Poco más de 48 años llevaban casados el agricultor Werner Luchsinger Lemp (75) y Vivian Mackay González (69). Tras su muerte, la madrugada de este viernes, sus cercanos los recuerdan como una pareja tranquila, que pasaba sus últimos años en el campo donde criaron a sus cuatro hijos. "Actualmente, estaban solos, junto a sus perros, nada más", dice Pedro Nickelsen, un agricultor de la zona que compartió hace más de una década con Werner Luchsinger la pasión por el vuelo. "Eramos pilotos civiles del Club Aéreo de Temuco. Era un hobby que tenía Werner y que practicamos hace más de 10 años", relató.

Uno de sus hijos, Jorge Andrés Luchsinger, vivía muy cerca de ellos, a 10 minutos del fundo La Granja. "Su hijo siempre estaba atento a sus padres, por eso vivía cerca de él, y claro que existía una preocupación por los otros ataques a los predios colindantes", señaló Emilio Taladriz, vocero regional de la Sociedad de Fomento Agrícola y amigo de la familia.

Otro vecino de la zona recordó que, pese a que los Luchsinger Mackay nunca fueron blanco de ataques o amenazas con anterioridad, sí les preocupaban los hechos de violencia contra los agricultores. Pese a esto, habrían señalado a dirigentes que ambos preferían la vía pacífica a armarse en la zona. "Tenían la opinión de trabajar y producir y vivir en paz, porque eran gente pacífica", señaló otro agricultor.

El dueño del fundo Santo Domingo de Perquenco, Waldemar Schürch, asegura que lo más probable es que en el ataque "don Werner haya defendido hasta el final a su esposa y por eso lo asesinaron. La señora no quiso abandonar a su marido y por eso fallecieron".