Cuando se habla de duplas de directores y actores (Scorsese-De Niro, Tim Burton-Johnny Depp) se olvida a Dennis Dugan y Adam Sandler no obstante las seis películas que llevan juntos. Pero es obvio que no van a  pasar a la posteridad ni juntos ni por separado.

Una esposa de mentira se basa en una exitosa obra francesa que ya fue llevada al cine en 1969 por Gene Saks, con Walter Matthau e Ingrid Bergman: un médico (Sandler), alérgico a los compromisos sentimentales, lleva un anillo de casado para evitar complicaciones y seducir a las que prefieren las aventuras con hombres casados. El asunto se complica cuando conoce a la supuesta mujer de su vida. ¿Cómo salir del embrollo del falso matrimonio? Muy fácil. Le pide a su abnegada secretaria (Jennifer Aniston) que cumpla el rol de esposa en trámites de divorcio. ¿Qué podría salir mal?

Por supuesto que Sandler y Aniston no son Matthau y Bergman. Distancia y categoría. Al margen de este factor, es cierto que esta película tiene un par de momentos de buena comedia, siempre a cargo de Aniston. Es básicamente ella quien salva a la cinta de su misoginia soterrada, su racismo encubierto y su flojera narrativa.  Pero son tantos los lugares comunes que esta es una más de las tantas comedias románticas intercambiables de la actualidad. Ojo con la bella Nicole Kidman. ¿Qué diablos hace aquí?