En el StubHub Stadium, el hogar de Los Angeles Galaxy de la Major League Soccer norteamericana, ha habido fiesta desde hace tres días. Miles de asistentes han llegado hasta el recinto de Carson, en California, para presenciar los Crossfit Games, el evento mundial de una disciplina que año a año suma más adeptos. Y allí, ayer celebraron los chilenos.

Marco Casali (50), un multifacético deportista, terminó segundo en el evento más importante de este deporte en el mundo, donde compitió en la categoría 50-54 años. Durante tres días, el entrenador del gimnasio Crossfit Atakama se midió contra los 19 mejores atletas del mundo en su condición y se quedó con la medalla de plata, la primera para Chile y Sudamérica.

Ya era una hazaña que hubiese clasificado, aunque el desplante que mostró durante los días de competencia -que en esta edición mezcló movimientos de halterofilia, gimnasia y pedestrismo- lo tuvieron siempre entre los 10 mejores. Ya para el último día de competencias, Casali llegó en una cómoda posición, ubicado en el segundo lugar de la tabla. Y en la prueba final batalló contra el líder, el norteamericano Ron Ortiz, quien le terminó ganando por un estrecho margen de tiempo.

“Es una sensación extraña, porque (en este deporte) nunca competí con gente de mi edad. En Chile siempre lo hice con atletas más jóvenes. Aquí me enfrenté a la crème dela crème de este deporte”, explica para La Tercera. Pasó por más de 10 deportes distintos, por lo que ahora se sorprende: “A los 50 años encontrar algo en lo que soy totalmente idóneo es algo increíble”.

En Santiago, Casali es el entrenador de la medallista olímpica colombiana Ximena Restrepo y del lanzador de la bala Gert Weil, y también entrena al filántropo Leonardo Farkas. Pero fue de los ex atletas olímpicos de quienes recibió una fuerte arenga y consejos antes de viajar a la competencia de Estados Unidos. “Gert me dijo: este es el momento de ser egoísta y hacerlo bien por ti mismo.

Han sido realmente unos guardianes”, asegura.

Camada criolla
Marco no fue el único en estar presente durante esta competencia. Rodrigo Domínguez (60) y Rolando González (55) también lo hicieron, en la categoría 55-59 y 60 años y más, respectivamente.

Domínguez es arquitecto y entrena junto a Casali. Fue campeón chileno en los albores del ski y el moto trial, además de participar en los primeros triatlones que se realizaron en el país. Su llegada al crossfit fue una revancha con el deporte. “Me acerqué a esto porque compito en carrera aventura con mi hijo, y quería estar en mejores condiciones físicas para ello”, confiesa Godo, como le apodan, terminó en octavo lugar.

González proviene de Vallenar, donde entrena el el gimnasio Filadelfia Fitness. “Esto es un sueño para cualquier crossfitero. Cuando me inscribí me entregaron cinco pares de zapatillas (entre ellas las Nano 6, el recién estrenado modelo que Reebok dedicó al crossfit), lentes, short… Realmente es algo de primer nivel”, comentó.

Rolando siempre hizo deporte, donde destacó en las artes marciales. Conoció el crossfit gracias a sus hijos, quienes lo entrenaron para la competencia de Carson. Terminó en el puesto 16° de su categoría.

Hoy, la competencia continúa con los atletas elite. El domingo finaliza la competencia que definirá al hombre y la mujer más fit del mundo.