El retorno del último Faraón

Matías Donoso

Tras más de medio año alejado por lesión de los terrenos de juego, Matías Donoso volvió a disputar un partido oficial el pasado viernes, con Temuco. Después, se sinceró con La Tercera.




Había sido el hombre elegido para comandar el ataque de Deportes Temuco en el regreso del conjunto araucano a Primera once años después de su última aventura en la élite. Él, que había dado sus primeros pasos en el fútbol profesional precisamente allí, en la capital de la IX Región, en el extinto Unión Temuco, antes de convertirse en Faraón del desierto de Atacama y de exiliarse después en otro desierto, más distante todavía, en donde terminó por perdérsele la pista.

Pero el auspicioso regreso de Matías Donoso a la ciudad que lo vio consolidarse como jugador, previo paso por Patronato, de la Primera División argentina, no tardó demasiado en truncarse. Una condropatía rotuliana, localizada en la rodilla izquierda, le obligó a pasar por el quirófano apenas cuatro meses después de haberse enfundado por primera vez la elástica del Indio Pije.

"Fue una lesión de cartílago por desgaste de la que me tomó mucho tiempo recuperarme. Nunca había tenido una lesión tan grave y al ser la primera vez fue bastante fuerte. Te ves diariamente sometido a situaciones duras; el hecho de ver a tus compañeros correr y tú no poder hacerlo, el de tener que ver los partidos desde la casa... Pero ahora ya estoy de vuelta", explica, con renovada ilusión, el Tanque de Victoria, tras haber rubricado la pasada jornada, ante Universidad de Concepción, su regreso a las canchas luego de 195 días de ausencia. Y es que con su ingreso a los 80 minutos en reemplazo de Lucas Campana, Donoso (30) volvía a jugar un partido oficial seis meses y medio después de su última presentación, registrada el 16 de octubre del pasado año.

En su primer semestre en Temuco, el Apertura 2016, el delantero había alcanzado a disputar tan solo seis encuentros (tres de ellos completos), logrando convertir una sola vez. Un pobre bagaje, lastrado por las lesiones, que explica hoy su tono autocrítico. "Mi intención cuando llegué a Temuco era ser un aporte para el equipo y a la vista está que no fue así. Pero en todos estos meses me he guardado hartas cosas y lo que viene ahora va a ser una revancha", proclama.

Travesías por el desierto

Pero el regreso de Donoso no sólo se produjo 195 días más tarde de su último encuentro con el cuadro albiverde, sino también exactamente dos años y tres días después de su gran noche; aquella en la que fue ungido definitivamente faraón del desierto en El Salvador; la del inolvidable 26 de abril de 2015 en que un gol suyo de penal ante Barnechea otorgó a Cobresal el primer y único título nacional de su historia. El semestre que cambió su vida.

Y es que resulta imposible entender hoy el presente del futbolista sin detenerse en sus dos consecutivas y antitéticas travesías por el desierto. La primera, acaecida en la Tercera Región chilena y jalonada con nueve dianas en un Clausura 2015 absolutamente excelso, le valieron un sinnúmero de reconocimientos; entre ellos, su designación como mejor jugador del torneo, mejor futbolista revelación, mejor delantero y autor del mejor gol del campeonato a juicio de sus pares, en la encuesta semestral que realiza La Tercera.

La segunda -consecuencia directa de su extraordinario rendimiento alcanzado en Cobresal-, la vivió a 15.782 kilómetros de allí, en las filas del modesto Al-Shaab y en la inhóspita Liga Árabe del Golfo, el lugar elegido -de entre las múltiples ofertas que manejaba entonces- para tratar de hacer explotar definitivamente su carrera. Algo que jamás sucedería. "Las experiencias tanto en Emiratos (en el Al-Shaab) como en Argentina (en Patronato), no fueron lo que uno esperaba en lo futbolístico, pero me dieron un gran aprendizaje de vida", rescata.

En el campeonato del Golfo Pérsico, que el propio Donoso da en definir como "un fútbol tácticamente muy distinto, en el que los jugadores suplen sus falencias técnicas corriendo", las cosas nunca llegaron a marchar según lo previsto. El bajo potencial del equipo, la falta de regularidad y el choque cultural experimentado ("creo que lo más raro que me tocó vivir fue haber ido al mall y haber visto allí a una mujer con un bozal de fierro"), aceleraron su partida luego de seis meses.

Hoy, dos años después de su salida de Chile con el objetivo de relanzar su carrera, la realidad que vive Cobresal, el equipo del que un día fue faraón, al que guió a la conquista del Clausura 2015 y en el que vivió su mejor momento deportivo, es muy diferente. "Es doloroso ver lo que le está pasando al club porque es un equipo al que le tengo mucho cariño, donde tengo muchos amigos y muchos ex compañeros. Después de salir campeones como salimos, estar viviendo ahora esto es muy difícil de explicar. Creo que hay dirigentes que están a cargo del club que no hicieron las cosas de la mejor manera. Cuando se clasificó a la Copa Libertadores, no se trabajó para seguir siendo competitivos. Son sentimientos encontrados, pero es doloroso ver a Cobresal casi descendido", explica, a propósito del complejo presente de un equipo que necesita hoy un auténtico milagro para salvar la categoría.

Pero Donoso no es el único superviviente de aquel legendario plantel cobresalino que hoy milita en Temuco. El volante Rodrigo Ureña es también jugador albiverde. Y desde el área técnica dirige al equipo un tal Dalcio Giovagnoli, el DT responsable de aquella primera estrella nortina. "Sabía que si él llegaba acá nos podía sacar del mal momento que estábamos viviendo", manifiesta el oriundo de San José de Maipo, quien en relación a su pasado (el glorioso y el no tanto), y también a su futuro (ése siempre impredecible), prefiere hoy mostrarse cauto:"Si tuviera una bolita mágica podría decirte el Matías Donoso que vamos a ver a partir de ahora, pero no la tengo. Mis sensaciones fueron buenas, me sentí bien, pero hay que ir despacio hasta tener confianza y soltarme más. Mi objetivo ahora es poder demostrar que no se equivocaron conmigo y mi único deseo, salir muy pronto campeón con Temuco". El último Faraón del desierto está de vuelta.

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