25 de octubre: un refuerzo a nuestros cimientos



Por Karla Rubilar, ministra de Desarrollo Social y Familia

Íbamos a toda velocidad construyendo piso a piso, sin mirar atrás e, incluso en algunas ocasiones, sin siquiera hacia los costados. Creíamos contar con la estructura más fuerte y sólida de toda la región; sin embargo, el 18 de octubre pasado, descubrimos que nuestros cimientos, aquellos que le dan solidez a nuestra institucionalidad, que sirven de base y apoyo para el desarrollo de nuestra vida diaria, estaban fracturados e hicieron tambalear todo lo que habíamos construido durante años.

El proceso de observación para diagnosticar la causa del deterioro institucional se inició, literalmente, de la noche a la mañana. No podíamos pasar por alto lo que más de 2 millones de personas salieron a exigir el pasado 25 de octubre en las calles. No solo eran los años los que habían hecho crecer las grietas, sino también el peso sobre la estructura, lo que hacía que Chile pidiera cambios urgentes, que nos acercaran a la tan anhelada justicia social e igualdad de trato. Esto, como la primera fórmula para comenzar con la reparación. Descubrimos, en ese instante, la oportunidad que teníamos de garantizar una intervención mayor y urgente a lo que hoy teníamos construido.

Pero no podíamos solos. Necesitábamos ayuda de todos. Es así como conformamos el “Consejo para la Cohesión Social”, que tenía como mandato generar un diagnóstico multidimensional de la realidad nacional, que nos permitiera avanzar hacia el Chile que queremos para los próximos 30 años. Debíamos comenzar a reunir los ladrillos que nos permitieran reforzar nuestra estructura, y para ello era prioritario tener en cuenta que tenemos grandes fortalezas, como nuestra resiliencia, sentido de pertenencia, coraje y orgullo de ser chilenos. No obstante, también debíamos considerar los nudos problemáticos, como el déficit en la confianza interpersonal e institucional, el aumento de la percepción de injusticia social, especialmente en torno a salud y educación, como también la baja participación electoral.

El 25 de octubre del 2019, los chilenos y chilenas, sin ninguna distinción, se manifestaron en la calle para expresar de forma pacífica que se requería una reconstrucción de las confianzas, mejoras y cambios sociales urgentes; un Chile distinto. Nosotros, como gobierno, los escuchamos fuerte y claro. Bajo este escenario, el 25 de octubre vuelve a ser protagonista. Pareciera intencional, pero no lo es. Este día será trascendental, pues la ciudadanía se manifestará en las urnas, haciendo uso de la herramienta más importante en democracia: el voto.

Hoy estamos centrados en atender las necesidades más profundas de la ciudadanía. Continuaremos trabajando con nuestra hoja de ruta, una agenda social robusta, donde un 91% de los proyectos de ley impulsados por el Presidente Sebastián Piñera han sido promulgados o han avanzado en su tramitación.

El tiempo pasó rápido. Estamos a solo días de volver a enfrentamos a uno de los procesos más relevantes y significativos de nuestra democracia. Nos toca decidir en conjunto el Chile en el que queremos vivir, y el que queremos heredarle a nuestros niños y niñas. El plebiscito nos ofrece dos caminos completamente legítimos y la libertad de escoger el que nos parezca mejor.

Tengo la profunda convicción que, independiente de lo que decidan los chilenos, el día después del plebiscito seremos una nación más madura, más dialogante y respetuosa, que supo ponerse de pie y resolver sus diferencias acudiendo masivamente a las urnas. Sabemos que podemos decidir entre dos alternativas, eso es posible en nuestro país porque tenemos el derecho de pensar y votar con libertad. Decidamos todos este 25 de octubre el Chile que queremos para el futuro.

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