Armas de fuego, el foco equivocado

Convenio Club de tiro comuna de La Reina
26 DE AGOSTO DE 2018/SANTIAGO En una de cada tres casas de la comuna de La Reina existe un arma de fuego, por eso, el alcalde José Manuel Palacios firmó un convenio con un club de tiro de la comuna para que los vecinos se capaciten en el uso de armas de fuego para enfrentar situaciones delictuales y tenencia responsable de éstas. Una encuesta aplicada en la comuna reveló que el 98% de las personas está de acuerdo con dicha capacitación. FOTO: FRANCISCA CARLINI/AGENCIAUNO


Si va a tener un arma de fuego, mejor sepa usarla. Esa es la premisa que subyace en lo planteado por el alcalde de La Reina, José Manuel Palacios, quien ha anunciado un convenio para que los vecinos de la comuna aprendan a utilizar sus armas en un polígono de tiro local. Como en muchas otras políticas públicas, la idea parece intuitiva y razonable.

El problema, sin embargo, es el contexto legal y social de esta propuesta, que la trasforma en un incentivo a la tenencia de armas y envía un mensaje equívoco en cuanto a cómo combatir la delincuencia.

La evidencia internacional muestra que tener un arma de fuego en el hogar aumenta en casi 3 veces el riesgo de homicidio; dichos homicidios son cometidos mayoritariamente por algún familiar o pareja.

Y pese a lo que se cree comúnmente, en Estados Unidos 2 de cada 3 muertes por armas de fuego son suicidios, siendo la letalidad de un intento suicida mediante esa vía cercana al 80%, en contraste con el 2% a través de la ingesta de medicamentos. Como contexto cabe destacar que en Chile el suicidio es la segunda causa de muerte entre adolescentes.

En cuanto al control de armas de fuego, incluir capacitación al momento de adquirir una ha demostrado ser una política efectiva. En el estado de Connecticut, Estados Unidos, la implementación de una ley que exige un permiso para comprar armas —incluyendo capacitación en su uso, mantención y conservación— se asoció con una disminución del 40% en la tasa de homicidios por esa vía en la década posterior a su puesta en marcha.

El alcalde Palacios tiene razón respecto a que, si la ley obligara a capacitarse de forma previa a la obtención de un permiso, no sería necesario tener esta discusión.

El foco debiese estar puesto en incluir el entrenamiento obligatorio en la ley para todos quienes apliquen o renueven un permiso, y no en un mero examen teórico como se exige actualmente. De esa forma se desincentivaría la compra impulsiva, asegurando que quienes persistan en la tenencia de armas lo hagan de forma segura y responsable.

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