Columna de Héctor Soto: Ojos Rasgados

Es cosa seria saltar, en cuestión de una o dos generaciones, de la Edad Media al siglo XXI, como ha ocurrido en muchas regiones de China. Y desde luego que no es fácil, porque ciertamente hay vínculos, tradiciones, formas de vida, valores, que se extinguen para siempre. Otras cosas se ganan, por supuesto, como queda de manifiesto en la cinta Esa mujer (2018).



Si Jia Zhang-ke ha sido reconocido internacionalmente como el gran cineasta de la transformación de China en las últimas décadas, es porque nadie ha mostrado con mayor independencia que él los claroscuros de ese complejo y gigantesco proceso. Es cosa seria saltar, en cuestión de una o dos generaciones, de la Edad Media al siglo XXI, como ha ocurrido en muchas regiones de ese país. Y desde luego que no es fácil, porque ciertamente hay vínculos, tradiciones, formas de vida, valores, que se extinguen para siempre. Otras cosas se ganan, por supuesto, como queda de manifiesto en Esa mujer (2018), la magnífica cinta del realizador que ahora Arcadiafilms.cl pone a disposición en VOD en carácter de estreno absoluto en Chile. La oferta de ojos rasgados incluye otros tres magníficos títulos orientales que corresponden a reposiciones. Son pocas las películas de Zhang-ke que han llegado a nuestra cartelera (creo que solo Lejos de ella) y es una lástima porque si alguien en la actualidad merece el título de maestro del cine, no obstante tener solo algo más de 50 años, es él. Todos sus trabajos son de primerísimo nivel.

Esta cinta, desde luego, también lo es, aunque muchos críticos creen que esta vez, contando una historia de amor plebeyo entre un mafioso de barrio y una chica atrevida, se repite un poco. Y es verdad que se repite. La relación cubre el arco de unos 20 años, nace en los suburbios, se suspende cuando cae la policía y ambos van a parar a la cárcel, continúa cuando ella lo busca a él cinco años después en una nación que parece ser otra y concluye cuando el tiempo y la vida cobraron cuentas que hicieron de él un inválido y de ella una mujer exitosa. No solo en Occidente se rinden tributos al temple de una mujer entregada y recia.

Película sobrecogedora por muchos conceptos, fascinante por los mundos que describe y curiosa -entre otros detalles- por la punta que el realizador les ha sacado a temas musicales pop como Go West, de los Pet Shop Boys, o aquí a ese verdadero himno que es YMCA de los Village People, Esa mujer es ciertamente un melodrama occidentalizado. Pero aun así tiene una puesta en escena estilizada y conserva rastros de la precisión contemplativa del mejor cine oriental.

Ojo, porque el paquete de Arcadia incluye también, aparte de dos realizaciones japonesas de Hirazuko Koreeda, una cinta formidable del cineasta coreano Hong Sang-hoo, titulada El día después, que no tuvo en su momento la difusión que merecía. Sí, es una obra desafiante, exigente, mínima, quizás todo lo contrario de Esa mujer, que es una gran producción y dura más de dos horas. Esta otra es una historia recogida, pequeña, filmada prácticamente en solo tres secuencias de largo diálogo y otra arriba de un taxi, que incumben a un editor, a una secretaria, una amante y una esposa. El detalle es que las escenas no están ordenadas según el tiempo cronológico. La película la tiene que armar después el espectador en su cabeza. Y la experiencia es increíble. También este cineasta es un maestro, un maestro que asimiló lo mejor de la “nouvelle-vague” para su cine, y esta película en concreto es una lección apabullante de como con muy poco -con poca plata, pocos decorados, pocos actores, poca producción y cero parafernalia- se puede llegar increíblemente lejos. En este caso preciso, a una película en verdad muy grande.

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