
Columna de Maisa Rojas: Biodiversidad: prioridad ambiental para el 2023

Comenzando el año comparto uno de los desafíos más relevantes que tendremos este 2023: transversalizar y relevar la importancia de la biodiversidad. Una tarea que viene impulsada, entre otras razones, por la agenda multilateral. A fines de diciembre, en Montreal, se llevó a cabo la Conferencia de las Partes número 15 (COP15) de la Convención de Diversidad Biológica (CDB).
La visión 2050 de la CDB es “vivir en armonía con la naturaleza” y para ello, el resultado más importante de esta COP15 fue la adopción del Marco Global de Biodiversidad. Este nuevo instrumento se considera histórico, debido a que no se trata solo de una declaración, sino de un plan de acción con cuatro objetivos y 23 metas.
De las 23 metas, la más emblemática es la llamada “30x30″, en la cual nos comprometemos a proteger de manera efectiva el 30% de la tierra y del océano al 2030. Dada la continua degradación ambiental y pérdida de especies, esta meta de conservación asegura que podamos salvaguardar el espacio necesario para mantener la diversidad biológica del planeta.
La biósfera, de la que depende la humanidad en su conjunto, está siendo alterada en un grado sin precedentes en todas las escalas. La ciencia muestra que un promedio de 25% de las especies están amenazadas, equivalente a que alrededor de 1 millón están enfrentadas a la extinción.
La biodiversidad, es decir, la variedad de los organismos vivos existentes, está disminuyendo más rápido que en cualquier otro momento de la historia humana.
¿Qué hacer en este escenario? Primero, necesitamos reconocer que existe una relación indisoluble entre los seres humanos y la naturaleza. Todas las actividades humanas se sustentan y dependen del medioambiente, por lo que asegurar su protección es asegurar nuestro propio bienestar.
En segundo lugar, necesitamos avanzar en institucionalidad. Así como Chile ha avanzado en una gobernanza para enfrentar el cambio climático, con la Ley Marco de Cambio Climático como instrumento principal, estamos en deuda con algo equivalente para enfrentar la crisis de pérdida de biodiversidad. Estamos en una década crítica para hacernos cargo de estas dos crisis interrelacionadas y evitar que las posibles soluciones a la primera profundicen la crisis de la segunda.
Por ello, el avance en el Congreso del proyecto de ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP) es una condición habilitante para la implementación del Marco Global de Biodiversidad. Este nuevo servicio público tiene como único objeto y misión la conservación de la naturaleza y del patrimonio natural del país.
Una ley para la naturaleza es algo que Chile no puede seguir esperando.
Por Maisa Rojas, ministra del Medio Ambiente
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