Columna de Óscar Guillermo Garretón: ¡Cómo les cuesta unir a Chile!



¡Les cuesta unir a Chile! Se sentían mayoría y ahora la vida les dice que no lo eran. Debieron tragarse el Rechazo; hacer flamear banderas chilenas y guardar las variopintas; hacerse cargo de que demasiados abominan violencias, saqueos e incendios; constatar que sus propuestas en salud, pensiones e impuestos, deben flexibilizarse para hacerse viables; caer en cuenta de que la mayor parte de los chilenos anhela reformas democráticas, no refundacionales.

La comprensión de todo eso pareciera comenzar a abrirse paso, sin embargo, les cuesta convertirla en lógica compartida de gobierno. La gestión de los incendios es prueba de ello.

Hay cientos de miles de hectáreas quemadas, destrucción de viviendas y cultivos no solo forestales, como bicentenarias vides del valle de Itata; y, sobre todo, pérdidas importantes de vidas humanas. Es el tipo de catástrofes donde la cultura nacional reacciona uniendo fuerzas. Se sumaron partidos políticos de gobierno y oposición, empresarios con sus gremios, sindicatos, autoridades locales, bomberos, FF.AA. y policías; en fin, todos. Son momentos en que nadie se resta, ni mira mal al vecino que combate al lado suyo.

Pero vuelven a caer en lo mismo, cuando no solo se incendian zonas extensas del país, sino que se comprueba que muchos de ellos son intencionales, o sea, criminales; que la eficiencia del gobierno merecía dudas, y que si bien daba muestras de querer unir, esa alma refundacional con pulsiones incontrolables volvía a torpedearlas. ¡Qué manera de agregar razones a la extendida convicción de que partidos de gobierno son reticentes a actuar contra violencias e incendios que buscan destruir Chile; y son hostiles a la empresa! Los participantes en el combate a los incendios saben que las empresas forestales han estado hombro con hombro con ellos y cuentan con sistemas sofisticados de prevención y combate a los incendios. Debió salir la ministra del Interior a desautorizar intentos de poner foco crítico en esas empresas. Por suerte para ella, sus desautorizaciones contaron con el ministro de Agricultura para convertirlo en destinatario; y así disimular expresiones parecidas de otras autoridades. La delegada presidencial Paulina Saball, sumándose a la ministra Tohá, reiteró que la participación de privados era determinante. Pero no cejan: ahora parlamentarios de gobierno apuntan contra las forestales.

Les cuesta unir a Chile. Siempre en sus filas hay francotiradores al acecho, buscando al enemigo para disparar y la oportunidad de polarizar. Si el gobierno mantiene la ambigüedad entre reformistas y refundacionales, no revertirá su decaída aprobación. ¡Háganse cargo! El tiempo refundacional está muerto, por suerte; el reformismo gradualista y democrático hace revoluciones más perdurables. Pero tiene otra condición: contar con todos, unir a Chile y no solo en el combate a los incendios.

Por Óscar Guillermo Garretón, economista

Comenta

Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.