Contaminación marina en Ventanas


SEÑOR DIRECTOR:

Uno de los graves efectos del complejo industrial de Ventanas ha sido documentado por la ciencia desde al menos una década. En 2012, Oceana hizo un estudio para determinar el nivel de contaminación en mariscos y crustáceos de esa bahía. Los resultados fueron categóricos: el 100% de las muestras de lapas, almejas, jaibas y locos presentaron contaminación por cobre, arsénico y cadmio. Todos estos metales tienen efectos negativos probados en la salud humana.

Luego, en 2020, el Laboratorio de Ecología y Biología Molecular en Algas de la UNAB realizó una investigación en Ventanas, Horcón y Cachagua, detectando altas concentraciones de cobre y arsénico en el agua y en los sedimentos marinos por encima de normas internacionales. El resultado más llamativo del estudio fue la expansión hacia el norte de la contaminación transportada por masas de agua que van en esa dirección, evidenciando que la zona de sacrificio de Ventanas no afecta únicamente a esa bahía.

Y ahora, una nueva investigación corrobora la evidencia anteriormente documentada en el mismo sector. Según el reciente informe realizado por el Núcleo Milenio Océano, Patrimonio y Cultura, se encontró contaminación de metales pesados en el mar, producto de actividades humanas como la fundición de metales y la operación de termoeléctricas a carbón.

La acumulación de sustancias tóxicas en el sedimento marino será irreparable. La ciencia es contundente, y no hay dudas de que este modelo de desarrollo debe ir en retirada, para que la dolorosa experiencia de Ventanas no se repita.

Esperamos que esta sea la última zona de sacrificio que exista en nuestro abundante mar.

Liesbeth van der Meer

Directora ejecutiva de Oceana

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