“Dudas sobre Boric”



SEÑOR DIRECTOR:

A propósito de mi columna “Dudas sobre Boric” (22/09), Álvaro Ramis afirmó que “no se puede propugnar el uso de la denigración y el insulto ni la acusación ad hominem gratuita e infundada”, fronteras que, a su juicio, yo habría traspasado “al calificar la salud mental del Presidente de la República”. Es extraño que Ramis no cite ninguna frase de mi columna para sostener su imputación. ¿Denigración? ¿Insulto? No puede probarlo. No he calificado la salud mental del Presidente, pero tengo sí una enorme inquietud, como mucha gente.

Lo que hice fue describir una serie de comportamientos erráticos del Mandatario, de los cuales ha sido testigo el país entero, y que generan comprensible preocupación, sobre todo si, como dije, algunos de sus actos han perjudicado objetivamente el interés nacional, como el incidente con Israel. Dije que la estabilidad y la gobernabilidad eran vitales, y que las instituciones democráticas debían estar muy atentas.

Sostuve que se debe tener consideración por Boric en términos humanos, pero que ello no significa hacer como que los problemas no existen. Equivale a cerrar los ojos ante una situación muy riesgosa, y respecto de la cual no sirve de excusa la afinidad ideológica: los más cercanos deberían ser los más preocupados. Por supuesto que hay que rechazar las ofensas al Mandatario y a cualquier persona, pero no se puede calificar de insulto la constatación de los hechos o la crítica política.

Ramis dice que “Muñoz debe reflexionar antes de volver a compartirnos sus reflexiones”. Qué afortunado soy de recibir su consejo.

Sergio Muñoz Riveros

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