Economía de la realidad

AFP pensiones


A principios de los 2000, estudiantes de Francia, Cambridge UK y Harvard, entre otros, firmaron una petición por una "economía post-autista". Es decir, una economía que estuviera ligada a la realidad. El diagnóstico era que la economía neoclásica había abusado de los modelos matemáticos dejando de lado el análisis cualitativo de la realidad, que en economía había existido un triunfo de la idelogía neoliberal sobre la ciencia y, finalmente, que la economía neoclásica se había convertido en un monopolio (gris y reducido) que cada vez respondía menos a la realidad de las sociedades.

Bueno, el sistema de pensiones chileno y la propuesta del actual gobierno son uno de los ejemplos más evidentes de la necesidad de una "economía post-autista".

Un sistema de pensiones debe asegurar una vejez digna para todos(as) sus ciudadanos(as). La gran parte de los resultados en la vida activa no son responsabilidad individual, sino que dependen del contexto cultural, social, político y económico. Un sistema de pensiones que basa toda la calidad de vida en la vejez en los resultados de la vida activa, fracasa. Más aún en un país altamente desigual como Chile.

¿La propuesta del gobierno se hace cargo de ese fracaso?No. A diferencia de las propuestas de la Comisión de Pensiones 2015 con un grupo multidisciplinario y diverso que escuchó a más de 80 organizaciones de la sociedad civil y realizó encuentros ciudadanos en cada región-, en que la menos radical destinaba 2% a capitalización y 2% a un Fondo Solidario-, la propuesta del gobierno, en cambio, insiste en destinar todo a capitalización, que transforma en benefios en 40 años. Además, propone aumentar el gasto público en 161% con respecto al gasto del Pilar Solidario (el 2030) para financiar las bajas pensiones que entregan las AFP, sin reforma tributaria que recaude recursos, transformándose en la reforma más irresponsable fiscalmente desde la vuelta a la democracia. También profundiza en la regresividad que implica hoy que los trabajadores le entreguen a las AFP cerca de USD 9.600 millones al año en cotizaciones que se transforman, primero, en utilidades de las instituciones financieras involucradas en el sistema, que alcanzaron casi USD 3.000 millones el último año; segundo, en alimento al sistema financiero por USD 3.800 millones, y tercero, la mínima parte de USD 2.800 millones es usada para pago de pensiones. Adicionalmente, el flujo al sistema financiero hoy alcanza el acumulado de USD 190.000 millones (75% del PIB) sobre los cuales los trabajadores no tienen nada que decir; pudiendo un seguro social al menos duplicar las pensiones del Pilar Contributivo hoy.

La desregulación financiera, protección del negocio privado a costa de los más pobres y el endeudamiento del Estado fue justamente lo que hicieron las derechas en Europa para hacer quebrar los estados de bienestar y luego, cínicamente, decían que era culpa de la izquierda. Cualquier parecido con la realidad local (no) es pura coincidencia.

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