El presidente Donald Trump ha promovido su presupuesto como un “gran y hermoso proyecto de ley” porque, según él, aborda una serie de temas difíciles y pone al país en camino a reducir los déficits. La legislación fue aprobada en el Senado de Estados Unidos con 51-50 votos, ya que el Vicepresidente J.D. Vance intervino para desempatar. En la Cámara de Representantes, la votación fue de 218 a 214, con dos republicanos votando en contra. En ambas cámaras, ningún demócrata votó a favor.

A simple vista, parece que el Presidente ha conseguido una victoria. Usó el peso de su cargo para presionar a los miembros de su partido con promesas de ahorro en gastos en sus estados y distritos. Pero, en realidad, esta ley (que está en camino de ser firmada por él) parece mucho más complicada.

Primero, la legislación mantiene fuertes recortes de impuestos principalmente para los estadounidenses adinerados y, para “permitir” esos recortes, se realizan recortes severos en programas necesarios y populares como Medicaid y el Affordable Care Act, que brindan cobertura de salud a los pobres y a los indigentes, incluyendo a millones que están trabajando.

Se estima que 17 millones de estadounidenses perderán su seguro de salud. También significa que muchos estados, incluyendo aquellos que apoyaron a Trump en 2024, tendrán que compensar algunas de las pérdidas debido a los recortes federales en el gasto. Simplemente no pueden permitirse esto. Muchos hospitales y centros de atención médica dependen de Medicaid y del seguro del Affordable Care Act para pagar sus costosos servicios. Ya operando con déficits, esto podría llevar a cierres y a una reducción aún mayor de la cobertura.

En segundo lugar, los republicanos hacen campaña contra grandes déficits, pero este presupuesto añade otros 330 mil millones de dólares a los déficits anuales y 3.3 billones de dólares (más intereses) a la deuda nacional.

Esto parece muy extraño para un presidente que encargó al ultramillonario Elon Musk liderar una comisión para recortar drásticamente el gasto federal. Decenas de miles de trabajadores fueron despedidos. Muchos fueron recontratados una vez evaluado el impacto de sus salidas, y el propio Musk renunció. Ahora promete hacer campaña contra los funcionarios electos que apoyaron este presupuesto y contra Trump mismo.

En privado, muchos miembros republicanos del Congreso que enfrentan reelección en 2026 dicen que será muy difícil competir en distritos donde los ciudadanos han sufrido pérdidas de empleos y programas, donde la cobertura de salud está en riesgo, y donde hay mucha confusión.

Por John Zogby, socio principal de la firma de encuestas John Zogby Strategies y autor de Beyond the Horse Race: How to Read the Polls and Why We Should (Rowman & Littlefield).