SEÑOR DIRECTOR:

El Presidente Gabriel Boric presentó esta semana la Estrategia Nacional de Integridad Pública, un conjunto de 210 medidas divididas en cinco ejes que busca mejorar los estándares de transparencia, integridad y la lucha contra la corrupción en el país.

Al respecto, quisiera puntualizar dos cosas: Sin duda es positivo que se anuncien normas que buscan combatir los delitos y malas prácticas tanto en el sector público como en el privado, considerando que este año han sido abundantes los casos a ambos lados y que los chilenos están altamente sensibilizados al respecto, al punto de tener a la corrupción entre sus principales preocupaciones.

Sin embargo, no es la primera vez que ante escándalos altamente mediáticos la autoridad de turno responda con nuevas leyes que buscan solucionar el problema. No debemos descartar que, tratándose de más de 200 medidas en este caso, muchas terminen siendo ignoradas u olvidadas.

La corrupción es como el agua: siempre buscará la forma de abrirse camino. Por lo mismo, más que llenarnos de leyes, lo importante es que estas se implementen y se cumplan. El que exista un límite máximo de velocidad para conducir por sí solo no implica que todos lo respetarán, sino que más personas la cumplirán mientras mayor sea la fiscalización. Aquí ocurre lo mismo: la ley puede convertirse en letra muerta si no va acompañada de controles cruzados y rendiciones de cuenta efectivos, que es lo verdaderamente importante.

No olvidemos el viejo refrán que dice “hecha la ley, hecha la trampa”.

Susana Sierra

CEO de BH Compliance